Malabarismos sobre ruedas en un barrio de Tenerife: un cóctel de riesgo en las calles

Aunque puede parecer una exhibición inofensiva, es la punta de un iceberg que combina imprudencia, normativa estricta y una geografía especialmente complicada

Caballito de una motocicleta en el barrio de Santa Clara, en Santa Cruz de Tenerife

Caballito de una motocicleta en el barrio de Santa Clara, en Santa Cruz de Tenerife / Instagram

Santa Cruz de Tenerife

Este reel de Instagram publicado por la cuenta @xadvcanarias circula ya por los móviles de medio archipiélago: un motorista alza la rueda delantera y recorre varios metros haciendo un caballito en una vía abierta al tráfico de Santa Cruz de Tenerife.

Aunque puede parecer una exhibición inofensiva, es la punta de un iceberg que combina imprudencia, normativa estricta y una geografía especialmente complicada.

Una maniobra espectacular

No se puede negar que la maniobra realizada por el conductor es espectacular, "emponando" la motocicleta en una calle del barrio santacrucero de Santa Clara a lo largo de más de 100 metros con varias intersecciones y un considerable desnivel, lo que convierte la acrobacia en una acción de alto riesgo pese a ser visualmente impactante.

Es precisamente ese desnivel el que hace de Tenerife uno de los lugares de España donde es más arriesgado llevar a cabo este tipo de maniobras. Carreteras como la TF-21 hacia el Teide o la TF-28 serpentean entre barrancos, con firmes irregulares y cambios bruscos de pendiente. Todo ello lleva a que, con un solo contravolante durante un caballito, se pueda invadir el carril contrario en plena curva, con el riesgo que ello supone.

Además, los microclimas y el asfalto cambiante añaden un plus de peligrosidad puesto que las nieblas súbitas, la arena volcánica y la humedad en cotas altas reducen la adherencia. Un solo error al apoyar la rueda durante la acrobacia puede acabar en caída, como recordaba el siniestro crítico del 12 de enero de 2025 en El Portillo.

Entre la adrenalina y el Código Penal

Realizar acrobacias como caballitos, stoppies o equilibrios sin manos se considera conducción temeraria cuando existe “peligro concreto para la vida o la integridad de las personas”. Así lo tipifica el artículo 380 del Código Penal, que prevé penas de 6 meses a 2 años de prisión y retirada del permiso de conducir de 1 a 6 años.

Incluso sin llegar al ámbito penal, el Reglamento General de Circulación cataloga estos malabarismos como infracción grave: 200 a 500 € de multa y pérdida de 6 puntos del carnet.

No es teoría. En 2021 la Guardia Civil investigó a cuatro motoristas que grabaron maniobras similares en Tenerife y los puso a disposición judicial por temeridad manifiesta.

Por todo ello, las fuerzas de tráfico han redoblado la vigilancia con motos camufladas precisamente en comunidades con alta presencia de motoristas, entre ellas Canarias.

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