Sector primario

La 'doctora Pol' del cochino negro

Alba Chasco González, veterinaria de la asociación de criadores de la raza autóctona, recorre las granjas de Canarias para certificar las garantías sanitaria y de bienestar animal en la crianza de los ejemplares

Santa Cruz de Tenerife

Alba Chasco González es la doctora Pol del cochino negro canario porque como su famoso colega televisivo del medio oeste estadounidense esta veterinaria majorera de la asociación de criadores recorre las granjas del Archipiélago para certificar las garantías sanitarias y el bienestar animal en la crianza de la raza porcina autóctona en peligro de extinción. Está involucrada «y llena de ilusión» en un estudio con la Universidad de Murcia sobre la genética de estos cerdos tan característicos por su color y pelaje. En Canarias, explica, «hay 666 ejemplares reproductores, 579 hembras y 87 machos» en unas 25 explotaciones distribuidas por varias islas, once de ellas en Tenerife. En la ubicada en Pedro Álvarez (Tegueste) compartió sus reflexiones con EL DÍA.

«Soy especialista en ganado porcino, explica, y colaboraba antes con el colectivo aunque el año pasado empecé a trabajar». Desde que terminó la carrera en la facultad de Veterinaria de la Universidad de Las Palmas se decantó por la reproducción. También es responsable de la Asociación de Defensa Sanitaria (ADS) de Tenerife.

Para el proyecto con la institución académica murciana era necesario tener un profesional fijo y Alba ocupa ese puesto. La iniciativa se denomina Bio4trace y trabaja con tres razas minoritarias: el cochino negro canario, el porco celta gallego y el chato murciano. La UE lo financia y la facultad de Veterinaria de Murcia lleva toda la parte genética a través del prestigioso profesor Guillermo Ramis.

El proyecto arrancó el año pasado con tres objetivos principales. El primero es analizar en laboratorio la calidad de la carne de estos animales. Todo lo que le da su sabor al cochino «tenerlo también genéticamente» explica la veterinaria. La segunda meta es saber cuales son los más resistentes o por qué dan la mejor carne. Chasco apunta : «Vamos a hacer una selección genética».

Hay que decir que el cochino negro está en peligro de extinción porque hay mucha gente que aún no lo sabe

ALBA CHASCO

— VETERINARIA DE LA ASOCIACIÓN DE CRIADORES

El tercer objetivo pasa por analizar su resistencia a la climatología adversa. A través de la saliva se miden los factores de estrés térmico y la razón de que los cochinos negros se adapten mejor a los microclimas de Canarias. Tanto a a 5 como a 30 grados.

Las granjas de cochino negro se distribuyen en Tenerife (11), La Palma (4), Lanzarote (5), Fuerteventura (8) y Gran Canaria (7). En esta isla tanto en el norte como en el sur. En Los Realejos o La Orotava pero también en Adeje.

Esta es una raza en peligro de extinción. Alba subraya: «Es importante recalcarlo porque la gente no lo sabe». Valora que «antes de que existiera la asociación estaba casi perdida». Detalla que «en las montañas de La Palma, en Garafía, el veterinario Juan Capote, encontró uno cuando pensaba que se habían extinguido». A partir de ahí, prosigue, «nació el colectivo que hoy preside Jesús Marrero».

La asociación de criadores de cochino negro canario regula y gestiona la presencia de este animal en las granjas. Los propietarios cuentan con ventajas como el asesoramiento veterinario. Ahí entra Alba Chasco quien las visita periódicamente para comprobar cómo están los animales. Alba les pone los crotales -la placa para identificación y control– «garantía de estar en el libro genealógico de la raza». Un registro que autentifica la trazabilidad desde el nacimiento al sacrificio en el matadero. Todo para que no den gato por liebre. En este caso cochino blanco por negro. En 2024 consiguieron el sello de 100% raza autóctona.

Los pesos de matanza están entre 7 u 8 kilos si son pequeños, de unos 2 meses. Los mayores, de 10, llegan a los 80. Se pierde más o menos un 15% en el corte. El resto se aprovecha porque «del cochino se aprovecha todo». Alba conoce a los berracos de las granjas por su nombre. La veterinaria se va ese mismo día a Las Palmas para inspeccionar otra granja. Es el sino de esta doctora Pol que pasa poco tiempo en la sede de la lagunera Casa del Ganadero porque e se recorre toda Canarias en busca de estos animales cuya carne es una delicia en cualquier guachinche.

Una estricta normativa europea que se cumple

El Real Decreto 159/2023 establece, desde el pasado 8 de marzo, la adaptación de las granjas porcinas de Canarias a la normativa europea para mejorar el bienestar animal y reducir la contaminación . De la limitación del ruido al que pudieran estar sometidos a sistemas adecuados de ventilación, calefacción o refrigeración para evitar el estrés térmico en explotaciones de gran capacidad. De la disposición adecuada de comida y bebida a un espacio para el descanso y la cuarentena, además de registros mensuales de los niveles de amoniaco y CO2. Sin olvidar los juegos antiestrés. Los veterinarios, tanto Alba Chasco como su compañero Fidel Pérez, certifican que las explotaciones de cochino negro son granjas donde se cumple de manera estricta la normativa ya antes de ese 8 de marzo.

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