El ingeniero que paró la construcción de un puerto en Tenerife recibe el Nobel del ecologismo

Carlos Mallo recibe en San Francisco (Estados Unidos) uno de los premios más reconocidos en el mundo del activismo medioambiental por su defensa de la biodiversidad marina de la Isla

Carlos Mallo, en su discurso en la Ópera de San Francisco tras recibir el premio Nobel del ecologismo mundial.

Carlos Mallo, en su discurso en la Ópera de San Francisco tras recibir el premio Nobel del ecologismo mundial. / E. D.

Daniel Millet

Daniel Millet

Santa Cruz de Tenerife

Un ingeniero de caminos de 37 años logra que Tenerife tenga protagonismo en una de las galas más importantes del ecologismo mundial. Es Carlos Mallo Molina, que aunque nació en Lugo se siente un tinerfeño más pues pasa la mayor parte de su tiempo en la Isla.

Este activista acaba de recibir en Estados Unidos el que llaman el Nobel verde, el premio más prestigioso del ecologismo internacional, por lograr parar la construcción del Puerto de Fonsalía, en el municipio tinerfeño de Guía de Isora.

En la Casa Blanca

"Me tocó a mí recibirlo pero en realidad es un galardón a todos los que hicieron posible que se parara el proyecto del Puerto de Fonsalía, que suponía una grave amenaza a una zona tan rica en biodiversidad como la franja marina entre Teno y Rasca", asegura Carlos Mallo a EL DÍA desde Washington, muy cerca de la Casa Blanca, en conversación telefónica.

Mallo recibió el premio este lunes en una gala celebrada en San Francisco. Fue uno de los siete galardonados por la Fundación Medioambiental Goldman, cuyos premios son considerados, según la propia organización, como "los más importante del mundo para activistas medioambientales de base".

Héroes medioambientales

Otorgado anualmente a héroes medioambientales de cada una de las seis regiones continentales habitadas del mundo, el Premio Medioambiental Goldman honra los logros y el liderazgo de activistas medioambientales de base de todo el mundo, inspirándonos a todos a actuar para proteger nuestro planeta. 

Carlos Mallo, durante la ceremonia en la que recibió un premio Goldman, los Nobel del ecologismo mundial.

Carlos Mallo, durante la ceremonia en la que recibió un premio Goldman, los Nobel del ecologismo mundial. / E. D.

Estos premios fueron fundados en 1989 en San Francisco por los filántropos y líderes cívicos Rhoda y Richard Goldman. En 36 años, el premio ha tenido un enorme impacto en el planeta. Hasta la fecha, ha otorgado 233 ganadores de 98 países.

Mallo ganó en el apartado de "Islas y naciones insulares". Y lo hizo en concreto por estas razones que expone la Fundación Medioambiental Goldman: "Carlos Mallo Molina ayudó a liderar una sofisticada campaña mundial para impedir la construcción del Puerto de Fonsalía, una enorme terminal de embarcaciones de recreo y transbordadores que amenazaba una biodiversa zona marina protegida de 170.000 acres en las Islas Canarias".

La amenaza del Puerto de Fonsalía

"Propuesto para construirse en la isla de Tenerife, el puerto habría destruido un hábitat vital para tortugas marinas, ballenas y tiburones en peligro de extinción", detalla la organización, que concluye: "En octubre de 2021, debido a la campaña, el Gobierno canario canceló oficialmente el proyecto del puerto. En lugar del puerto, Carlos está haciendo realidad su visión de un centro de conservación y educación marina de categoría mundial, el primero de su clase en las Islas Canarias".  

Calderones en la franja marina Teno-Rasca.

Calderones en la franja marina Teno-Rasca. / Teo Lucas

Otro de los aspectos que valoró la Fundación Medioambiental Goldman fue el giro que dio a su vida Carlos Mallo. Este ingeniero de caminos se encontraba trabajando en el Anillo insular de Tenerife, una carretera en fase de construcción que unirá norte y sur de la Isla. Pero de repente lo dejó en 2016 y eligió un camino contrario, un volantazo en su vida: la lucha por el desmantelamiento de infraestructuras innecesarias.

ONG Innoceana

Para esa batalla ecologista montó la ONG Innoceana, con sede muy cerca de donde estaba prevista la construcción del Puerto de Fonsalía, en Guía de Isora. "La oficina de Innoceana hace también las veces de mi casa. Siempre estoy moviéndome por el mundo, buscando apoyos para los proyectos que desarrollamos en Tenerife, pero al año donde paso más tiempo es en la Isla", cuenta Mallo.

De hecho, durante su actual estancia en Washington, a donde acudió desde San Francisco, donde recibió el premio, también está aprovechando para recabar respaldos a sus planes para la protección de la rica y variada biodiversidad marina de Tenerife.

El proyecto estrella

El proyecto estrella de Carlos Mallo, para el que cuenta con el respaldo de la Unión Europea, el Cabildo de Tenerife y el Ayuntamiento de Guía de Isora, es el Centro de Interpretación Marina y Aula del Mar en Alcalá, que tendría su sede también en Guía de Isora.

Carlos Mallo, en la costa de Guía de Isora, en Tenerife.

Carlos Mallo, en la costa de Guía de Isora, en Tenerife. / Ramón de la Rocha (Efe)

La ONG de este activista ya ha conseguido dos millones de euros de subvención de los fondos europeos para desarrollar esta iniciativa. El proyecto contempla, según detalla Mallo, "un museo sobre la enorme biodiversidad de la franja marina Teno-Rasca, unas instalaciones para actividades educativas y un centro de interpretación en el exterior donde se pondrían esqueletos de ballenas y paneles informativos".

Mallo se siente "muy orgulloso y satisfecho" de haber contribuido a parar la construcción del puerto que estaba proyectado en Fonsalía, al considerar que se trataba de "un disparate" que "suponía una gran amenaza para una zona con tanta concentración de vida como las aguas entre Tenerife y La Gomera".

Mucha vida marina en Teno-Rasca

De las 79 especies de cetáceos que habitan el planeta, ejemplares de 26 han sido vistos en la franja marina de Tenerife entre Teno y Rasca, y algunas viven de forma permanente. Es tal la importancia y riqueza de la biodiversidad de estas aguas frente a la costa suroeste de la Isla que recibieron en 2021 la declaración de Patrimonio Mundial de las Ballenas, el primer espacio marino de Europa que lo logra.

Es una franja marina de 22 kilómetros entre la punta de El Fraile (Teno, municipio de Buenavista del Norte) y Punta Salema o de Rasca (Las Galletas, municipio de Arona) que ya fue declarada Zona Especial de Conservación (ZEC) en 2011.

En una entrevista reciente a la agencia EFE, Mallo asegura que "donde estaba previsto el macropuerto de Fonsalía está el corazón de la zona de especial conservación y el segundo santuario de ballenas de Europa".

"Es uno de esos hotspots (zonas calientes de biodiversidad). Está lleno de tortugas verdes y bobas, calderones tropicales, rorcuales, elasmobranquios, sebadales y miles de especies que, por la profundidad de la zona, ni conocemos. Es absurdo destruir eso".

Como un megahotel en el Teide

"Hacer un puerto allí es como poner un megahotel gigante en el Parque Nacional del Teide", subrayó, para añadir: "Hemos visto casos de calderones que han aparecido con la aleta caudal cortada... muy trágico. Se generan muchos impactos por la actividad, por la etapa de construcción y, en un futuro, por su desmantelamiento, que es un concepto que España aún no se trabaja demasiado, pero que es necesario".

Hijo de un ingeniero de obras públicas, Mallo siempre ha estado vinculado al mundo marino. De hecho, nació en San Ciprián, una localidad costera de la provincia gallega de Lugo. Pero desde que pisó Tenerife se enamoró de una Isla y de las riquezas que esconde en sus aguas, a la que ha entregado gran parte de su actividad. Por eso se siente tan satisfecho de que en la gala de los Premios Goldman se hablara de la Isla gracias a su labor.

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