“¡Manolo, la cena te la haces solo!”: la marcha del 8M recorre Santa Cruz bajo la lluvia

El desfile une la plaza de La Paz y el reloj de flores del parque García Sanabria

«En esta lucha está en juego nuestras vidas», afirma la Plataforma Feminista en su manifiesto 

Manifestación del 8M en Santa Cruz de Tenerife

Andrés Gutiérrez

D. R.

Santa Cruz de Tenerife

«¡Manolo, Manolo, la cena te la haces solo!», «¡Que viva la lucha de las mujeres!», «¡Fuera machistas de nuestros barrios!» o «¡No es que sea día 8; es que estamos hasta el chocho!». Bajo esos y otros cánticos, la marcha del 8M recorrió en la mañana de este sábado Santa Cruz pese a la lluvia intermitente (y a la vez incesante) que caía sobre la capital y complicaba también el Carnaval de Día.

Unos cientos de personas partieron desde la plaza de La Paz pasadas las 11:15 horas. El comienzo, previsto para las 11:00, se demoraba y un agente del Cuerpo Nacional de Policía (CNP) se acercó a la cabecera. «Sí, ya vamos», le respondió una de las mujeres que portaban la pancarta inicial. Unos instantes después comenzó el desfile por La Rambla santacrucera. El destino se encontraba en el parque García Sanabria.

«Arrejuntadas y combativas, ¡somos alternativa! / ¡Feminismos en brega!», rezaba el mensaje principal. Detrás, carteles para todos los gustos: «No queremos ser valientes; queremos ser libres», «Aborto libre, seguro y gratuito», «El patriarcado me da patriarcadas; Voxmito», «Gritamos por las mujeres y las niñas que tuvieron que callar», «Los asesinos de las mujeres trans son violencia patriarcal», «Fuera el machismo del poder judicial», «Quien no se mueve no nota las cadenas»...

A la manifestación le costó entrar en calor. La lluvia y las pocas personas que salieron desde la plaza de La Paz parecieron lastrar inicialmente la marcha organizada por Plataforma Feminista 8M Tenerife. Pero, como suele suceder en estos casos, el desfile se fue nutriendo con participantes rezagados. Era el caso de Elena y Daniela, ambas de 25 años y que subían con apuro la Rambla Pulido cuando el acto ya estaba en marcha. «Nosotras no somos de ningún colectivo; hemos venido por nuestra cuenta y porque creemos que es necesario alzar la voz», explicaba la primera, que detalló que se desplazaron desde el municipio de Candelaria y que era la segunda vez que participaban en una cita de este tipo.

El recorrido a través de la Rambla fue lento. Miradas desde las aceras con desigual aprobación. La marcha se cruzaba con quienes se dirigían al Carnaval de Día. Había incluso quienes se encontraban con la comitiva por sorpresa. «Pues yo ni me acordaba de que esto era hoy; sí lo sabía, porque lo había visto en la televisión, pero vine a Santa Cruz sin tenerlo en cuenta», expresaba Jonay García. Había aparcado «de La Rambla hacia arriba» e iba acompañado de familiares e hijos y sobrinos disfrazados hacia el Carnaval.

«Hay que quejarse, estar aquí y luchar», exponía desde la manifestación Teresa, otra de las mujeres que integraban el desfile. «Yo siempre que he podido he venido. La sociedad necesita cambios. Ya se ha conseguido bastante, pero no podemos quedarnos aquí», manifestó con moderación. Secundaba su postura Silvia, llegada desde el municipio sureño de Arona. «Hemos estado juntas en muchos actos y manifestaciones, y seguiremos yendo siempre que podamos», dijo.

Reloj de flores

Alrededor de una hora después, la marcha –que, en relación al comienzo, había ampliado sus participantes de forma significativa– llegó al reloj de flores del parque García Sanabria, que lucía especies violetas para la ocasión. Ya en el momento álgido de la manifestación, los participantes se animaron con otros cánticos como «¡El pueblo canario, con el Frente Polisario!» o un «¡La poli no me cuida; me cuidan mis amigas!» en un punto en el que se encontraba un grupo de agentes del CNP.

Allí, en el reloj de flores, se dio lectura al manifiesto. «En un momento crucial derivado de las circunstancias geopolíticas que estamos sufriendo, desde la Plataforma Feminista 8M Tenerife llamamos a salir a las calles para defender los derechos conquistados, que nadie nos ha regalado, y para construir la sociedad que queremos y por la que luchamos», arrancaba el documento. «En esta lucha está en juego nuestras vidas, y, aunque da cierto miedo y vértigo, no estamos asustadas, sino seguras de que podemos construir una alternativa ecofeminista posible», continuaba.

«Estamos en un momento en el que el capitalismo patriarcal está implementando salidas extremadamente violentas, en una creciente deriva neofascista que intenta imponer una nueva esclavitud en base a las desigualdades», recogía también el texto. «Esta situación tiene consecuencias directas en las vidas de las mujeres, de quienes pertenecen al colectivo LGBTIQA+ y las personas migrantes. Por eso, remarcamos la importancia de la lucha de los feminismos antirracistas, antifascistas, anticapacitistas, transfeministas y anticapitalistas, como un elemento fundamental para los cambios necesarios para salvar la vida y el planeta», añadía.

Islas y paisaje

En el manifiesto destacaba el guiño a la situación poblacional del Archipiélago. «Queremos construir un planeta y unas islas habitables, que cuide el paisaje y la biodiversidad, frente al sistema de expolio neoliberal y neocolonial, basado en el consumo de recursos como si fueran inagotables, y que afecta de manera tan directa a nuestro territorio, limitado e insular», expresaba, y se detenía en la «explotación del territorio canario y las personas que lo habitamos, derivado del insostenible modelo turístico actual». 

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