Historia
El yacimiento guanche más fascinante de Canarias está en el sur de Tenerife
El hallazgo de un marcador solar acentúa la singularidad de Roque de Malpaso, zona arqueológica de Arona de incalculable valor

Los rayos del sol caen justo sobre el marcador solar guanche con la llegada del solsticio de invierno en el yacimiento del Roque de Malpaso / Tarek Ode
Lo descubrió por casualidad alguien que no es arqueólogo, aunque sí está muy involucrado en el estudio de los guanches, los primeros pobladores de Canarias. Tarek Ode, el fotógrafo, director de cine, escritor y poeta tinerfeño, acudió en el invierno de 2018 a hacer fotografías al Roque de Malpaso, en las proximidades de la carretera TF-6222 que va desde Guaza al Valle de San Lorenzo, en el municipio tinerfeño de Arona. Nunca imaginó que ese día iba a realizar un descubrimiento que ha convertido al Roque de Malpaso en el yacimiento guanche más fascinante de Canarias.
«Fui allí con mi equipo fotográfico en busca de la luz especial del amanecer del solsticio de invierno», recuerda Tarek Ode. Entonces ya se sabía que en ese roque había grabados rupestres y un litófono, un conjunto de piedras utilizadas con fines musicales y de comunicación. «Entre las rocas también había un grabado con forma de cruz al que nadie había dado importancia. Haciendo las fotos me di cuenta de que los rayos caían justo sobre esta cruz cuando el sol se situó sobre las piedras», detalla.
Por su experiencia en proyectos relacionados con la historia de Canarias, Ode pensó que podía tratarse de uno de los relojes solares que usaron los guanches para determinar la llegada de una nueva estación, conocimiento que empleaban para maximizar sus cosechas. De hecho, el fotógrafo ya había visto otros marcadores solares. «Me sorprendió porque la coincidiencia de los rayos con la cruz era exacta».

Grabados rupestres del yacimiento del Roque de Malpaso / Tarek Ode
Al momento, Tarek Ode se lo comentó a Antonio Tejera Gaspar, con el que ya había trabajado. Es uno de los mayores expertos en el mundo guanche. Le comentó lo que había visto y le mandó varias imágenes. El catedrático de Arqueología, Premio Canarias de Patrimonio Histórico y Medalla de Oro de la Universidad de La Laguna, ya retirado de la docencia, le contestó: «Muy interesante». Tejera Gaspar había sido precisamente quien descubrió a principios de los años 80 el litófono del Roque de Malpaso. Conocía bien la zona. Así que volvió junto a Tarek Ode.
El aval de Tejera Gaspar
Nada más comprobar con sus propios ojos que los rayos de sol caían justo sobre la cruz, Tejera Gaspar supo que era un reloj solar. «Recuerdo que pasamos mucho frío», rebobina el catedrático. «Era un marcador solsticial. Lo vi con una claridad meridiana». Tejera Gaspar y Beatriz Gallego, otra arqueóloga, emprendieron una investigación cuyas conclusiones se han expuesto ahora, siete años después, en un documental dirigido por el propio Tarek Ode. Se titula Magec en el Valle del Ahijadero y fue estrenado a finales de diciembre en el mejor lugar posible: el antiguo cine de Valle San Lorenzo. Magec, porque era el nombre que le daban los guanches al sol (en tamazight insular: Magheq, la-lo que posee resplandor, brillante); y Valle del Ahijadero, porque era como llamaban los indígenas tinerfeños al Valle de San Lorenzo. De forma específica, ahijadero es un término relacionado con la crianza de las cabras, con ahijar, que se refiere a acoger a una cría ajena. Y llamaban así a este valle porque en la época guanche movía mucho ganado.
El documental, patrocinado por la Concejalía de Patrimonio Histórico del Ayuntamiento de Arona, será exhibido este año en otros puntos del Archipiélago y cedido a televisiones locales. Tiene un gran valor porque desentraña los secretos de esta zona arqueológica única en Canarias. Lo corrobora el propio Tejera Gaspar: «No existe un yacimiento en las Islas con tantos elementos singulares como Roque de Malpaso. En este punto hay grabados rupestres, un litófono –hay pocos en Canarias– y ahora se ha sabido que un marcador solar. No hay nada que se le parezca».
Roque de Malpaso confirma la relación de los guanches con el cosmos, como tantas culturas antiguas que aplicaban ese saber logrado con la simple observación a la vida cotidiana, en especial a la base de aquellas civilizaciones: la agricultura y la ganadería. De hecho, estos hallazgos han atraído a expertos del Instituto de Astrofísica de Canarias a la arqueología. Pero, por encima de todo y con el descubrimiento del reloj, Roque de Malpaso se convertía en el yacimiento guanche más excepcional de las Islas.
No es de extrañar que fuera declarado Bien de Interés Cultural (BIC). El propio expediente ya lo definía como «una rareza en el contexto de las manifestaciones rupestres de Tenerife por albergar soportes pétreos que constituyen lo que se ha venido a denominar técnicamente litófonos, es decir, piedras que suenan siguiendo una escala musical». Y eso que todavía entonces no se había confirmado que además había otra rareza en forma de marcador solar.
Además del reloj, a Tejera Gaspar le llama mucho la atención el litófono. «Hay muy pocos sitios con piedras fonolíticas [que suenan] en Canarias que se usaran como litófono». En aquella época de los guanches –los primeros debieron llegar a las Islas en torno al siglo VI antes de Cristo–, cuando según recuerda el catedrático «no había ciudades, ni carreteras, ni hoteles, la sonoridad en lugares como Valle San Lorenzo era extraordinaria». El catedrático especifica que esta música de las piedras «estaba vinculada a la espiritualidad: ritos, danzas, la propia comunicación...». «Eran ritos propiciatorios como los que llaman a la lluvia y al tiempo favorable para las cosechas y los ganados».
Tenerife, como el resto de las Islas Canarias, posee entre sus yacimientos arqueológicos este tipo de instrumentos musicales hechos de rocas naturales conocidas como fonolitas y basaltos pero nunca se habían investigado en profundidad ni inventariado de forma específica. Hasta que la Dirección General de Patrimonio Cultural del Ejecutivo regional realizó en 2020 el primer catálogo de litófonos de Tenerife. La empresa Divulgación Inmersiva georeferenció 16 litófonos y bucios en toda la Isla a través de una investigación bibliográfica y toponímica que permitió encontrar nuevos yacimientos de estas características y tenerlos ubicados y fichados en los catálogos arqueológicos.
En los 20 minutos que dura Magec en el Valle del Ahijadero, Tarek Ode describe estos elementos que hacen del Roque de Malpaso un yacimiento «tan especial». Cuenta el origen del litófono, cómo la cruz está perfectamente orientada a los puntos cardinales e incluso aparecen imágenes de cómo los rayos solares caen sobre la mencionada cruz justo en el solsticio de invierno, que llega cada 21 de diciembre.
El litófono y el reloj coinciden en el mismo punto pero los grabados rupestres están más esparcidos en una zona arqueológica con una superficie total de 38.500 metros cuadrados situada sobre un roque o pitón fonolítico que emerge sobre el terreno. El Roque de Malpaso, según el expediente BIC, es un área intensamente antropizada, con antiguos bancales destinados al cultivo de tomate, y caracterizado por la abundancia de escombros y material de desecho. De ahí la necesidad de proteger este espacio.

Presentación del documental que protagoniza el Roque de Malpaso / E. D.
Las razones exactas para declarar BIC al Roque de Malpaso se deben por un lado a que se trata de «un conjunto rupestre íntimamente asociado a las estructuras pétreas o litófonos que se localizan en la arista que culmina el roque, y éstos, a su vez, con la propia singularidad geomorfológica de la citada eminencia orográfica, resultando esencial garantizar la protección de la totalidad del macizo fonolítico y de sus valores naturales, no sólo para lograr una percepción visual más idónea, sino para conservar el ambiente físico-natural en cuyo contexto fueron realizados los grabados y, posiblemente, utilizadas las estructuras litofónicas».
Elevada fragilidad
Además, tanto las manifestaciones rupestres como las estructuras litofónicas presentan una elevada fragilidad, «siendo muy vulnerables a la acción antrópica», por lo que se ha establecido una zona de seguridad integrada por el propio roque fonolítico que permita su integridad, protección, conservación y disfrute público, frente al importante deterioro que ha sufrido el yacimiento». El marcador descubierto ahora en el mismo roque apoya más si cabe la excepcionalidad de estos restos arqueológicos.
La zona en la que se enclava el yacimiento incrementa su significación. Arona alberga la mayor concentración de grabados rupestres de la Isla. La mayoría está ubicada en este mismo Valle de San Lorenzo, conocido además de como Valle del Ahijadero como Chacacharte en lengua guanche, paraje sobre el que los guanches sentían fascinación. Así lo concluyen muchos estudios, el último el plasmado en el libro Arona. Una aproximación al paisaje arqueológico guanche. Fue presentado en diciembre de 2023, realizado por la empresa Cultania y firmado por Francisco Pérez y Javier Soler, doctores en Prehistoria por la Universidad de La Laguna, y el arqueólogo Carlos J. Perdomo. Esta obra y el documental de Tarek Ode ratifican que los guanches valoraban mucho la mística de este espacio de las medianías de Arona. n
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