Solidaridad

Bailes, apoyo y thiakry para los migrantes de Las Raíces

El colectivo Proyect Xeewël organiza visitas al centro de acogida de Tenerife para dar calor humano y asesoramiento a los africanos

Bailes, apoyo y thiakry para los migrantes de Las Raíces

Andrés Gutiérrez

Daniel Millet

Daniel Millet

Mientras hacen cola en medio de los eucaliptos, los jóvenes mueven en vaivén sus cuerpos y sus brazos elevados. Es el típico baile del thiante, como se conoce a los cánticos espirituales de Senegal con los que se expresa la alegría compartida. El hecho de que muchos de estos jóvenes dancen al mismo ritmo denota que la mayoría viene de este país de África Occidental que está a la misma distancia de Canarias en avión que Madrid: dos horas y media. Los visitantes usan esta música como reclamo. Y funciona. En pocos minutos, decenas de ellos dejan de deambular –como hacen día tras día– por la carretera que conduce a La Laguna para acudir al punto donde suena el thiante.

Ocurrió el pasado 28 de diciembre pero la escena se repite periódicamente. Son las actividades solidarias que el colectivo Proyect Xeewël organiza a las afueras del centro de acogida de migrantes de Las Raíces, en el extrarradio de La Laguna, por encima del aeropuerto de Los Rodeos. Fundado y presidido por la universitaria tinerfeña de ascendencia senegalesa Sassy Diagne Wade, Xeewël –que en wólof, la lengua nativa más hablada de Senegal, significa paz y bienestar– brinda algo que tanto necesitan estos chicos en medio de ese frío húmedo tan lagunero que les cala hasta los huesos: calor humano.

Pero no solo les dan apoyo y una pizca de júbilo para aparcar, al menos por un rato, toda la incertidumbre y desorientación que sufren por no saber qué va a ser de sus vidas. En sus visitas, los colaboradores del colectivo les ofrecen asesoramiento, charlas, comida... Valoran sobre todo los platos senegaleses que les llevan el thiakry, un postre hecho a base de cuscús y yogur que tanto se consume en los países de África Occidental, que vendría a ser como una versión del arroz con leche. Los devuelve por unos instantes a su tierra. Y entre el pescado, la carne, el arroz, una porción de thiakry y los bailes encuentran al fin un momento en el que vencer a la magua.

Bailes, apoyo y thiakry para los migrantes de Las Raíces  | A. G.

Bailes, apoyo y thiakry para los migrantes de Las Raíces | A. G.

Todo comenzó hace dos años, cuando Sassy Diagne, que a sus 21 años estudia Relaciones Laborales en la Universidad de La Laguna, se movilizó por la frustración que sentía al ver en los medios las caras extenuadas de tantos jóvenes que acababan de llegar a las Islas en cayuco, jugándose la vida, para encontrar un futuro mejor. «Conocí a un grupo de migrantes senegaleses, me hice amiga de ellos y decidí fundar una organización para echarles una mano», revela Sassy.

Ella no tuvo que lanzarse al mar a la desesperada. Pero aún así los comprende en un simple ejercicio de empatía. Su madre, Faty Gora, y su padre, Cheykh Diagne, llegaron a Tenerife en avión, de forma regular, en 1991. Tenían medios para ello. Son pocos los que han tenido esa suerte. Ambos se dedicaron al comercio y alcanzaron la estabilidad suficiente para formar una familia. Sassy nació en Tenerife y asegura con orgullo que es «más canaria que el gofio». «En el 91 no había cayucos, era todo diferente. Pero ahora la llegada de estas barcazas típicas de los pescadores senegaleses es incesante. Y entendí que había que hacer algo por ellos».

Sassy y los otros miembros de Proyect Xeewël percibieron el alcance que ha cobrado esta crisis humanitaria, que se cobró la vida de casi 10.000 personas solo el año pasado, en su reciente visita al centro de Las Raíces. «No sé cuántos hay ahora mismo pero le puedo asegurar que muchos más de los 1.500 que teóricamente caben en el centro de acogida, muchos más que en cualquier visita que hemos hecho a Las Raíces», precisa Sassy, que sabe perfectamente que 2024 ha sido un año en el que se batió el récord de llegada de migrantes por la vía marítima y clandestina a Canarias: 46.843, la mayoría procedente de África Occidental pero algunos también de Asia. Tantos acudieron que la organización tuvo que esmerarse, con mucho tacto, para mantener el orden en las colas que se formaron para recoger los alimentos.

Voluntarios de Estados Unidos

Ya son una veintena de integrantes en la asociación solidaria, la mayoría senegaleses que han conseguido la residencia en Tenerife o isleños con ascendencia senegalesa. A ellos se han sumado voluntarios hasta de Estados Unidos. Es el caso de una pareja residente en Miami, formada por un tinerfeño y una india, que vienen de vez en cuando a la Isla y se apuntan a arrimar el hombro. «Nos contactaron por las redes sociales, al ver la labor que hacíamos, y comenzaron a colaborar con nosotros. Eso sí, no quieren que se dé a conocer su identidad. Prefieren mantener la discreción». De hecho, en la última visita navideña se unieron aportando productos para la comida y un vehículo de transporte.

Bailes, apoyo y thiakry para los migrantes de Las Raíces  | ANDRÉS GUTIÉRREZ

Bailes, apoyo y thiakry para los migrantes de Las Raíces | ANDRÉS GUTIÉRREZ

Los miembros del Proyect Xeewël les aconsejan principalmente armarse de paciencia. «Están confundidos. Piensan que van a llegar y rápidamente van a encontrar trabajo y la realidad es mucho más dura. Muchos admiten que no se habrían subido al cayuco de haber sabido lo que les esperaba», comenta Sassy, que matiza. «Impera la desesperación. Por eso les decimos, en el caso de los adultos, que hasta que los lleven a la Península, lo que puede demorarse semanas o meses, tienen que tener aguante».

Al menos los ve «bien atendidos» por el personal que gestiona el centro de acogida de Las Raíces. Abrigados con gorros y plumas, esperan en la cola a que les entreguen las bandejas de aluminio con la comida, un tetrabrik de jugo y una porción de thiakry, un paréntesis de regocijo en un trance vital pero plagado de desasosiego de sus vidas. Al menos tienen la solidaridad de Xeewël y otras organizaciones. n

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