Apunte

La sequía para la repoblación del monte quemado en 2023

La difícil orografía en lugares como Tigaiga y la fata de lluvias ralentiza el proceso de sustituir el pino radiata por monteverde

Madera de pino radiata entongada en la pista KM29 de la Corona Forestal de Tenerife.

Madera de pino radiata entongada en la pista KM29 de la Corona Forestal de Tenerife. / El Día

Santa Cruz de Tenerife

Las pendientes y la falta de lluvias ralentizan la repoblación del monte quemado en la Corona Forestal de Tenerife durante el incendio de 2023. El proceso para regenerar la vegetación afectada por el fuego del año pasado avanza pese a ello con la plantación de monteverde, mucho mas resistente a las llamas, en lugar de pino radiata importado. El Cabildo ha presupuestado 12,3 millones de euros para estas labores. La complicada orografía de la Isla, sobre todo de Tigaiga, en Los Realejos, y Santa Úrsula, además de la sequía, son ahora los dos grandes frenos de la tarea.

Tomás Reneses de la Fuente es el responsable de la Unidad del Servicio de Gestión Forestal del Cabildo además uno de los tres directores técnicos de los trabajos de restauración. Hace referencia a la pista Km 29 de camino al Parque Nacional del Teide, «una de las más importantes de uso turístico en la Isla, ahora cerrada con arreo de madera». Valora el técnico forestal que «es una pista con mucha pendiente y los trabajos son lentos por eso, pero confiamos que en un mes pueda quedar ya abierta».

Reneses apunta que «el pino canario se recupera bastante bien, pero muchos ejemplares de radiata han muerto, son muy grandes y tenemos que cortarlos». Insiste Reneses en que «vamos a hacer plantaciones de enriquecimiento, pero aquí ya hay pino». Sin embargo, aclara «es posible que queden más ralos -zonas de clareo- en el monte porque hemos cortado bastante pino radiata». Este será sustituido por alguna especie de monte verde más resistente al frío como la faya, la sabina o el cedro.

En otras zonas del Valle, subraya el experto «hacemos fajinadas para el control de la erosión. Ya hemos empezado a hollar con la esperanza de que llueva e iniciar alguna de esas repoblaciones de enriquecimiento, solo en un porcentaje pero el problema es que seguimos sin que llueva». Explica Reneses que «en el Valle han caído apenas 30 litros, estamos avanzado noviembre y no podemos plantar si no llueve». De momento, aclara, «ya tenemos los hoyos hechos, la preparación del terreno».

Al contrario que con las retamas en el Parque Nacional del Teide en la Corona Forestal no se va a optar por el vallado para evitar la acción de los herbívoros porque el conejo «entre los 1.000 y 2.300 metros solo ataca especies específicas. Cuando las plantamos ponemos protectores individuales».

Otro factor son las pendientes porque «no existen pistas» y en Tigaiga pueden llegar al 80% o el 90%. Por ello «es imposible hacer una saca grande de ejemplares y hay que ir uno a uno». La prueba de la dificultad es que «de vez en cuando hay que tirar los pinos dirigidos porque una corta con motosierra no se puede». Por eso «tenemos que cogerlos con eslingas, que caigan donde queremos y poder sacarlos». Reneses concluye: «Quien conozca las dos laderas del Valle de La Orotava, Tigaiga y Santa Úrsula, sabe que son imposibles de mecanizar y hay pinos que no vamos a poder sacar porque el destrozo ecológico sería mayor que el beneficio. Se van a caer y a quedarse ahí. No es posible más». n

Un plan desde la adversidad

El Cabildo de Tenerife aprobó una inversión de 11,2 millones de euros con un plazo de ejecución de tres años (el cálculo del coste global son 12,3) , para la restauración de las masas forestales afectadas por el incendio de agosto de 2023. El objetivo es convertir la adversidad del voraz incendio del monte en beneficio para la sociedad. De ahí, el acelerar la sustitución del pino radiata, californiano o de Monterrey, introducido en la Isla entre 1946 y 1972 para, entre otras cosas, aprovechar su madera.

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