Antonio Pérez, mano derecha de Bernardo Álvarez, elegido obispo interino

Antonio Manuel Pérez Morales, nacido hace 58 años en Santa Cruz de La Palma, es nombrado obispo interino de la provincia de Santa Cruz de Tenerife. El sacerdote, de la máxima confianza de Bernardo Álvarez, que dejó de ser obispo de la Diocesis Nivariense este lunes después de que el papa Francisco aceptara su renuncia, se convierte en el encargado de liderar la jerarquía de la Iglesia tinerfeña y de tutelar el proceso que desembocará, previsiblemente antes de Navidad, en la elección del nuevo obispo.

El Colegio de Consultores, el órgano que asumió el lunes el mando de la Diócesis Nivariense, compuesto por un grupo de sacerdotes al que el Derecho Canónico encomienda la misión de asesorar al obispo en los temas de mayor importancia, nombró ayer tras una reunión de urgencia celebrada al mediodía a Antonio Manuel Pérez administrador diocesano de la Diócesis Nivariense. Era la elección esperada. Pérez, que hasta este lunes fue vicario general y que ha sido mano derecha y número dos de Bernardo Álvarez, se ocupará del gobierno de la Iglesia en la provincia tinerfeña hasta la toma de posesión del nuevo obispo, que decidirá el Papa.

Ayer mismo realizó la profesión de fe y comenzó a ejercer su nueva encomienda pastoral. Antonio Manuel Pérez tendrá los deberes del obispo diocesano pero con las excepciones que marca el Derecho Canónico, las normas que regulan la organización de la Iglesia católica latina. El administrador diocesano no podrá, por ejemplo, innovar ni tomar ciertas decisiones como designar párrocos o erigir asociaciones diocesanas.

«Quiero seguir contando con todas las personas se sientan corresponsables con la vida y la misión de la Iglesia en las cuatro islas de la provincia y colaborar con la sociedad», aseguró Pérez, que detalló como su principal objetivo «que este proceso de transición sea lo más breve posible». Al ya obispo emétito Bernardo Álvarez le envió «los mejores deseos en estos momentos de delicado estado de salud».

Antonio Pérez dirigirá una sucesión que se hará por la vía más rápida posible por expreso deseo de Bernardo Álvarez. El procedimiento elegido, regulado por el Vaticano, comienza con el encargo por parte del papa Francisco al nuncio en España –que viene a ser su embajador– para que inicie las gestiones con el fin de proponer a tres candidatos. El nuncio español, Bernardito Auza, elevará la lista al Dicasterio para los Obispos de Roma, órgano que realiza la selección de los candidatos a nuevos obispos antes de la aprobación papal. Puede que el Dicasterio acepte los nombres propuestos por Bernardito Auza, puede que elija otros que vea más convenientes o puede que realice una lista con sus opciones y las del nuncio.

Párroco de la Catedral de La Laguna y responsable de comunicación de la Diócesis Nivariense, Antonio Pérez es licenciado en Ciencias Eclesiásticas por la Facultad de Teología del Norte de España, sede de Burgos. Hizo la licenciatura con especialización en Pastoral Juvenil y Catequesis en la Universidad Pontificia Salesiana de Roma (1997- 2001). Asimismo, realizó un postgrado en Comunicación Social en la Universidad Pontificia de Salamanca (2012-13). Fue ordenado presbítero por el obispo Felipe Fernández, antecesor de Bernardo Álvarez, en la plaza de San Francisco de la capital palmera en septiembre de 1992.

Su vida sacerdotal comenzó en El Hierro, donde desempeñó diversos servicios. Fue párroco de La Concepción y San Pedro en la capital, Valverde (1992-97), arcipreste de la Isla, presidente de la Fundación Virgen de Los Reyes, delegado del obispo para el Congreso de la Bajada de la Virgen (2001-2004) y vicario episcopal de La Gomera y El Hierro desde 2004. Formó parte desde el año 2006 de la Comisión Mixta de Patrimonio entre el Cabildo y la Iglesia en ambas islas.

Ha sido, además, delegado de catequesis (2001-15) y secretario de pastoral (2001-04). Es profesor del área de pastoral del Instituto Superior de Teología y miembro de la Asociación Española de Catequetas. Formó parte del Consejo Asesor de Catequesis de la Comisión correspondiente en la Conferencia Episcopal Española. En octubre de 2005, Bernardo Álvarez lo nombró vicario general –es decir, el número dos de la jerarquía eclésiástica tinerfeña– hasta que ayer fue elegido administrador diocesano de la Iglesia Nivariense.