Los viticultores temen la pérdida de un 30% de la cosecha por la sequía

La falta de agua y de infraestructuras afecta a 1.400 productores, 19 bodegas y 793 hectáreas

Imagen de archivo de una vendimia en Cumbres de Abona.

Imagen de archivo de una vendimia en Cumbres de Abona. / ANDRÉS GUTIÉRREZ

El Día

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Santa Cruz de Tenerife

Los viñedos de la comarca de Abona, una de las más importantes de Tenerife, perderán este año un 30% de su cosecha debido a la sequía que afecta a la Isla. Lo aseguró ayer el presidente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida Vinos de Abona, Jorge Zerolo, en un comunicado en el que manifiesta su preocupación por las previsiones de esta caída en la producción de uva.

La producción afectada de Abona que abarca los viñedos situados en los municipios de Adeje, Arona, Vilaflor, San Miguel de Abona, Granadilla de Abona, Arico y Fasnia. El dato del 30% de pérdida de la producción se desprende del análisis de una encuesta realizada en la reunión que celebró esta esta denominación de origen con viticultores y técnicos de campo, en la que se analizó el futuro de la viticultura de esta zona de la Isla, famosa por los vinos de gran calidad.

Esta reducción, apunta el Consejo Regulador, es consecuencia de la escasez de precipitaciones durante el periodo invernal, lo que está provocando, entre otros problemas, «una brotación irregular del viñedo». A esto se suma la falta de inversiones en infraestructuras hidráulicas capaces de dar respuesta a las necesidades del sector vitivinícola. La escasa disponibilidad de agua de riego justifica el desánimo de los agricultores, quienes miran con incertidumbre su continuidad en la actividad dadas las dificultades de mantener la viabilidad y rentabilidad del cultivo.

El presidente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida Vinos de Abona asegura que «solucionar el problema del agua es una condición indispensable para poder hablar del futuro de los viñedos y requiere la máxima prioridad de las administraciones competentes en esta materia». Hay que tener en cuenta que afecta a 1.400 viticultores, 19 bodegas y una superficie de cultivo de 793 hectáreas, según el registro del Consejo Regulador correspondiente a este año. Además de la sequía, en la reunión los técnicos del Consejo Regulador identificaron otros problemas como la ausencia de relevo generacional, la extrema burocratización del campo, la deficiente formación, así como la inexistencia de empresas y servicios especializados en viticultura.

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