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Tasa Turística | Cobro por acceder a los espacios protegidos

"En todas partes se paga por entrar a los parques nacionales": el tinerfeño que más ha viajado por el mundo, a favor de la tasa

César Sar, creador de la serie ‘El Turista’ tras dar tres vueltas al mundo y visitar 135 países, es la voz autorizada del viajero

César Sar con las Pirámides de Egipto detrás.

César Sar con las Pirámides de Egipto detrás. / ED

Santa Cruz de Tenerife

Yogui y Bubu pululan por su parque Yellowstone en busca del emparedado perdido por los excursionistas. Pero no son los únicos pendientes de ellos, porque también el guardabosques los reclama para... cobrarles la tasa de acceso. La licencia en el recuerdo de aquellos míticos osos, personajes de los dibujos animados de Hanna y Barbera, vale como escenario para presentar a César Sar, director y creador de la exitosa serie de televisión El Turista, un trabajo que como resultado y balance supuso que diera tres vueltas al mundo y visitara 135 países. Durante dos años seguidos fue designado como una de las 150 personas más influyentes del turismo en España. Una opinión autorizada, sin duda, desde la óptica del viajero que, por supuesto, ha estado en Yellowstone y en otros muchos parques nacionales por todo el planeta. Valora Sar que «en todos ellos se paga» y por eso está a favor de que se haga también en Tenerife, como plantea el Cabildo a partir del 1 de enero de 2025.

Divide la temática en dos partes. Por un lado, pagar por visitar un parque nacional y, por otra, parte la tasa turística por pernoctación. La primera, «un sí rotundo»; en la segunda, «tengo más dudas».

Ejemplifica: «Los dos parques nacionales más visitados de Estados Unidos son Yellowstone y Grand Canyon. Además, Yellowstone fue el primero declarado en todo el mundo. En los dos se paga una tasa por entrar». Lo mismo si se es estadounidense o de fuera porque, explica Sar, «no hay una diferencia de precio por residente o no residente».

Experiencia

Insiste el viajero en que «en todos los parques nacionales más visitados del mundo se paga, pero también es cierto que no todos son tan fáciles de gestionar con respecto a donde está la entrada o la salida». Añade: «No es tan sencillo como Grand Canyon y Yellowstone o Iguazú». En este último caso, tanto en el lado argentino como en el brasileño «se paga, un ticket en cada frontera porque tienen recorridos diferenciados; el precio es más o menos similar, pero pagas dos veces por entrar al mismo espacio, solo que vas a un lado o al otro de las cataratas». Explica que «pasa también en el Parque Nacional del Serengeti, en Tanzania o en la Patagonia». En definitiva, «lo más normal es pagar por visitar un parque nacional». También incide en que «la inmensa mayoría de los visitantes lo entienden y saben que va para el mantenimiento y la protección del espacio natural».

Servicios

César Sar subraya que «la gente quiere ver que realmente cuando pagas una tasa por entrar a un parque nacional recibes un servicio. O sea, cobrar para dejar las cosas como están, no; cobrar por recibir un servicio, sí». Por ejemplo, en Grand Canyon «pagas una tasa en una garita y te da derecho a un aparcamiento donde dejar el vehículo, a utilizar unas pequeñas furgonetas que te llevan por una serie de rutas todas las veces que quieras y parar en todos los miradores». El derecho incluye «un servicio de información gratuito en un montón de idiomas, recibir asistencia, por ejemplo, para personas con alguna discapacidad, la que sea. Todo va incluido en el pago del billete, incluidos puntos para rellenar tu botellita con agua». Explica que «está todo en perfecto estado de revista. Pagas una tasa, no muy cara, y te permite entrar tres veces durante tres días con los servicios a cambio, caso de baños. Todo lo que necesitas dentro del propio Parque Nacional». Concluye el turista por antonomasia: «Lo mismo pasa en todos los parques nacionales de Estados Unidos y, casi, del mundo. Pagas una tasa y recibes servicios en el interior y en un espacio en perfecto estado».

Favorable

Sar valora: «Estoy a favor de que se cobre, pero siempre que le otorguemos al visitante un servicio por el pago de esa tasa que va, en parte, al mantenimiento del parque, lógicamente, y otra a prestar ese servicio».

Tasa turística

En la tasa turísticas es donde, apunta Sar, «planteo una serie de dudas». La primera, «que la mayoría suponen, evidentemente, un impuesto que pone la administración del estado de cada lugar o región y se emplea para lo que se emplea». Pone «el ejemplo más tangible que tenemos en España: Barcelona». Recuerda que fue uno de los primeros lugares en poner una tasa turística y, señala, «sinceramente, no sé a dónde va ese dinero. Es una tasa que se paga en los hoteles, tú pagas la habitación y, luego, aparte te la cobran». Además, señala, «hace un tiempo que solo la podías pagar en efectivo: ahora ya es posible con tarjeta». Apostilla que «nunca está incluida, es decir, cuando vas a hacer el checking en el hotel tienes que pagarla aparte. No sé a qué dedican el dinero, porque la ciudad no la veo mejor, de hecho la percibo peor cada año que pasa; o sea, en Barcelona no sé qué hacen con esa tasa».

Europa

César Sar resume que «hay muchísimos países que tienen una tasa turística, de hecho la Unión Europea como tal ya tiene un proyecto desarrollado y quería ponerlo en marcha a principios de este año 2024, pero no ha sido así». Venecia, por ejemplo, «ya la ha puesto en 17 días al año, o sea, no siempre, una tasa por entrar y salir de la ciudad. Si duermes en Venecia no la pagas, pero si entras y sales sí, porque tenían demasiada afluencia de gente y querían limitarlo». Añade que «Austria, Bélgica, Bulgaria, Croacia, República Checa, Francia, Alemania, Grecia, Hungría... Hay un montón de países europeos que tienen tasa». Matiza que «si no en todo el país, sí en algunas zonas cobran una tasa turística generalmente vinculada a los hoteles, que no a los apartamentos».

El mundo

En prácticamente todas las islas del Caribe, la mayoría países, «se cobra una tasa turística», pero «una de las más significativas es la de Nueva Zelanda», apunta. Resume que «cobran a todo el mundo por entrar. Lo llaman una tasa de ocupación y únicamente los vecinos australianos están exentos de abonarla. Son 21 euros, 35 dólares neozelandeses lo que se paga por entrar».

Profesional

«Como turista profesional, reflexiona, lo de la tasa turística habría que verlo con detenimiento, porque, al final, suele ser un impuesto, una recaudación más dirigida al ámbito general». Lo compara con «cuando en su día nos dijeron que el de la gasolina iba a ir directamente a la educación o la sanidad. El impuesto ahí quedó y nunca supimos si ese dinero iba realmente a una finalidad concreta». César Sar concluye; «Soy más desconfiado con las tasas turísticas y estoy totalmente a favor de cobrar una entrada por visitar un parque nacional, porque está todo mucho más acotado y controlado».

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