Sector primario | La lucha contra la sequía se mantiene

Alivio en el nivel de las balsas pese al peor diciembre en cinco años

Las mejoras en Montaña de Taco, la mayor de la Isla, clave para pasar del 17,5% de noviembre al 33,4% del último mes de 2023

Imagen de archivo de la balsa de Montaña de Taco, la mayor de la Isla, ubicada en el municipio de Benavista del Norte, que nutre a las explotaciones agrarias de la comarca de la Isla Baja.

Imagen de archivo de la balsa de Montaña de Taco, la mayor de la Isla, ubicada en el municipio de Benavista del Norte, que nutre a las explotaciones agrarias de la comarca de la Isla Baja. / E. D.

Santa Cruz de Tenerife

La sequía persiste en Tenerife al cierre de 2023 con el peor dato en diciembre de los últimos cinco años en cuanto al volumen de agua de riego almacenado en las 23 balsas de la red de Balten, entidad dependiente de Cabildo. Esa es la parte mala de la noticia, consecuencia de un ejercicio «horrible» por las sucesivas olas de calor desde marzo. Fueron la causa, entre otros factores, de que la media de capacidad se mantuviera por debajo del 20%. La nota de esperanza, pese a que los agricultores califican el inicio de 2024 como «preocupante» por las altas temperaturas, es que hay mejoría en el enfermo. Así lo demuestran las cifras que reflejan el aumento del porcentaje de llenado. Desde el 17,5% (704.573 metros cúbicos) del 1 de diciembre pasado al 33,5% (1.617.322) del 1 de enero. Pero es que este viernes 12 ya llegaba al 35,6% (1.719.569 metros cúbicos)., Lejos del récord del 73% de enero de 2021 –gracias al efecto de la borrasca Filomena–, 3,6 millones, o del 57% de 2020, pero con una leve mejoría y consiguiente alivio para el campo tinerfeño. Una de las claves es la paulatina recuperación de la balsa de Montaña de Taco, en Buenavista del Norte (821.739 metros cúbicos), la mayor de la Isla, en obras de reimpermeabilización durante casi todo el ejercicio anterior.

Escenario. Los 23 embalses que dan agua a los cultivos en la Isla estaban a menos del 18% de su capacidad en noviembre, uno de los peores datos de la historia en el otoño, con volúmenes mínimos antes de la llegada del invierno. La cifra más negativa de los últimos cinco años en un mes de noviembre –también lo fue en diciembre aunque con un evidente repunte– y la tercera más baja de toda la serie. Solo en noviembre de 2017 (11,6%) y de 2010 (14,6%) las balsas tinerfeñas tenían menos agua para el riego. La situación comenzó a empeorar en marzo y se convirtió en crítica en el verano como consecuencia de la falta de precipitaciones y las continuas e inusuales olas de calor. La sequía tocó fondo en agosto y las balsas alcanzaron mínimos históricos. El año más seco desde que se tienen registros meteorológicos y el aumento de la demanda dejaron los 23 depósitos que gestiona Balten a un 12,2% de volumen sobre su capacidad. El peor dato en una década y el tercero de este siglo XXI.

En diciembre la situación mejoró un poco. Por el repunte de Montaña de Taco, que suministra a la amplia comarca de la Isla Baja, o la recuperación de la balsa de Aguamansa después de dos roturas del canal anexo a consecuencia del gran incendio forestal que azotó los montes de Tenerife desde el 15 de agosto cuando comenzó el fuego en el límite de los municipios de Arafo y Candelaria. Pero el almacenamiento también aumentó prácticamente en toda la red. Sobe todo en las del norte que se nutren casi por completo de agua subterránea y convencional blanca (pozos y galerías). Y de la lluvia, claro está. Las del sur, por su parte, se abastecen en un elevado porcentaje del agua regenerada, la apuesta de futuro.

El pasado fue un ejercicio «horrible» para el regadío del campo isleño y 2024 se prevé preocupante

Regeneración. «La apuesta pasa por el agua depurada y desalada debido a la falta de precipitaciones registradas, especialmente en 2023 sin que haya mejoría en este comienzo del nuevo año». Lo apunta Valentín González, consejero de Sector Primario del Cabildo de Tenerife. Confirma que «el nivel actual de almacenamiento de las balsas es en torno a un 10% inferior al mismo momento del ejercicio pasado». Insiste en que «la falta de lluvia y las altas temperaturas alcanzadas en el inicio del pasado invierno no han permitido un nivel óptimo, pero aún así no dista mucho del que teníamos en enero de 2023». González asegura: «Esperamos que se modere el consumo en estos meses de inicio de año para poder mejorar el nivel de almacenamiento y afrontar el verano próximo con mayor seguridad hídrica». Recuerda el consejero la cifra de llenado a fecha del pasado viernes 12: 1.719.569 metros cúbicos, el 35.6% de la capacidad total. El mismo día de 2023 era del 48%. El trabajo se centrará ahora en poder llegar al próximo estío de la mejor manera posible ante la situación de crisis hídrica. Esta última es evidente en Tenerife, pese a la mejora, aunque todavía hay margen antes de la declaración de Isla en emergencia hídrica como ya ocurrió en otras, caso de El Hierro, La Gomera. Fuerteventura o Lanzarote.

Financiación. El presupuesto insular para 2024 incorpora la financiación de varios proyectos para desalinizar agua regenerada destinada al riego en Güímar o la Isla Baja y la adquisición de un módulo de desalación móvil que podrá transportarse donde sea más necesario. La desaladora de aguas regeneradas para riego del Valle de Güímar cuenta con 745.613 euros y la de la Isla Baja –donde ya se instalaron dos portátiles el año pasado– con 1.092.000. Además habrá un incremento del tratamiento terciario –procesos físicos y químicos especiales con los que se consigue limpiar las aguas de contaminantes concretos– en la instalación de bombeo de El Chorrillo. Será a través de un convenio con el Ayuntamiento de Santa Cruz para enviar agua de calidad al noreste, a la zona de Tacoronte. En este caso se dedicarán 561.426 euros a los que añadir 305.000 para el módulo móvil.

El Cabildo apuesta por infraestructuras de regeneración, depuración y desalación del agua 

Recurso. Un recurso finito que hay que cuidar y más aún en una situación de déficit hídrico. El agua desde la concepción de Balten. La gerente de la entidad, Ana Sánchez, así lo valoraba en una amplia entrevista publicada en el último número, el de diciembre, de la revista especializada Campo Canario de Asaga. Sánchez Espadas planteaba la hoja de ruta para este año: financiación insular en la depuración, regeneración y desalación como «hoja de ruta para garantizar la supervivencia de la agricultura en la Isla». La previsión es «un verano crítico producto del cambio climático como ya fue el de 2023», valora, y ante eso la apuesta es «suministrar agua regenerada de calidad para el riego en el sector primario». La garantiza «por el efecto de la última tecnología en depuración en las infraestructuras que se acometerán próximamente». Otro aspecto en el que «vamos muy bien», apunta la gerente, es la digitalización –hasta el momento se ha implantado en unos 8.000 contadores y 300 tramos de conducciones– «avanzada ya en un 90%». Se tata de una actuación fundamental para minimizar las pérdidas de agua y aumentar la sostenibilidad respecto al medio. Ana Sánchez se refiere a la protesta de los agricultores por la rotura de una tubería a la altura de La Higuerita (La Laguna) en el barranco de Santos, clave para llevar agua al Nordeste, en concreto ala Balsa de Valle Molina, en Tegueste. Avala que «la obra de reparación ya está iniciada con la estabilización del talud cercano y espero que finalice a finales de este mes, si las condiciones lo permiten». Ana Sánchez concluye con la «necesidad imperiosa» de acometer campañas de concienciación para trasladar el mensaje de que «debemos cuidar el agua que tenemos».

Volumen de las balsas.

Volumen de las balsas. / Datos extraídos de Balten

Agricultores. «No podemos quedarnos en mirar al cielo y ejecutar la danza de la lluvia; hay que hacer algo y ahí juegan un papel fundamental las obras de infraestructura en regeneración y desalación que deben ser prioritarias y urgentes». La frase es de Theo Hernando, secretario general de Asaga, la Asociación de agricultores y ganaderos de Canarias. Responde durante una visita de compañeros de Palencia que «alucinan con el cultivo del plátano». Valora un 2023 «malo por las olas de calor» y recuerda que «seguimos en enero con altas temperaturas». Considera clave el factor negativo de ese calor junto a las consecuencias del incendio forestal del verano. Porque, incide, «ha llovido algo aunque sea por debajo de la media». La situación «obliga a tirar del riego y eso aumenta la demanda, más aún si se deriva agua a consumo humano o al turismo», señala. Destaca que «bajaron puntualmente las temperaturas a finales del año pasado y llovió un poquito. Eso, junto al repunte de Montaña de Taco y Aguamansa o el agua regenerada, han mejorado el nivel de las balsas». Hernando recalca: «No sobra agua sino que falta». Adelanta que «si no llueve, habrá problemas cuando se aproxime el verano». Respecto al suministro a las medianías apuesta por la desalinización de agua de galerías con un tratamiento adecuado para no perjudicar con el exceso de sal al fértil suelo agrícola de esas zonas.

Hernando subraya: «Las administraciones plantean como gran solución la depuradora de Santa Cruz para el regadío del sur, el Valle de Güímar y la zona de Tegueste, pero las previsiones apuntan a un año para su puesta en servicio y hay que pasar todo 2024 como mínimo». Por eso plantea comprar bonos de agua en las galerías y destinarla a las baldas. Estas «deben estar al menos a un 10% y no quedarse en los lodos del fondo porque repercute en la calidad de la que nutre la tierra». Concluye: «El repunte de las balsas empezó tarde porque es en octubre, después del verano, cuando recuperan y ocurre en enero». Alivio, sí, pero no fueron buenos ni el año ni diciembre. De momento, a seguir mirando al cielo y preparados para bailar la danza ritual.

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  • 2019

2,7 millones de volumen

El primero de los cinco años de referencia muestra un 55% de llenado, 2,7 millones de metros cúbicos.

  • 2020

Ligero ascenso

A 1 de enero (fecha elegida como punto de partida ) el aumento era ligero, el 57%, con 2,8 millones.

  • 2021

Año de nieves...

Récord del periodo gracias a las lluvias de la borrasca Filomena. Un espectacular 73%, con 3,6 millones.

  • 2022

Comienza la caída

El volumen de agua en las 23 balsas alcazaba el 55% (2,7 millones).

  •  2023

Preocupación

Ya era solo el 4.6% de la capacidad con 2,2 millones de metros cúbicos.

  • 2024

El peor dato de la serie 

Un claro arrastre del desastre global del 2023 con 1,6 millones y apenas el 33,4% de almacenamiento.

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