Productos canarios para la última cena del año

Conejo, costillas con papas y piñas, bacalao encebollado, langostinos, papas negras, batatas... La conclusión que deja el recorrido por el Mercado de La Laguna es que el recetario tradicional sigue siendo el protagonista en las cenas navideñas. Hay también, claro, quien se atreve con otras propuestas más innovadoras, internacionales o sofisticadas; pero comerciantes y compradores coinciden en que los sabores de la tierra siguen prevaleciendo en las mesas laguneras en Nochebuena y Nochevieja.

«Es difícil cambiar la costumbre». La frase es de Venancio Díaz, más conocido como Nacho, veterano comerciante de la Recova lagunera. Desde el puesto Congelados Herederos de Venancio Díaz ha vivido diferentes épocas y ha sido testigo en primera línea de la transformación del Mercado. Incluso fue presidente de una asociación de venteros. Y la experiencia, que es un grado –y que en su caso es amplia–, le dice que «lo de siempre» sigue primando.

«Hay productos estrella y otros que los secundan», explica Yapci Bethencourt, de La Huerta de la Recova. Allí vende el que seguramente sea el producto más relacionado con la Nochevieja: las uvas. Este año sus precios son elevados. Las de calidad más alta están a cinco euros el kilo, si bien lo habitual el resto del año es que se sitúen en el entorno de los 3,5.

Pero una cosa es la identidad que tienen las uvas como producto vinculado al cierre del año y otra bien distinta aquellos otros que destacan por ser la base de la cena. Y es en ese otro ámbito donde entran en juego numerosos alimentos que también se venden den en los negocios especializados en frutas y verduras. Bethencourt señala que se compran bastantes papas en estas fechas, entre otros motivos para la preparación de costillas con papas y piñas. También menciona las batatas, mientras que precisa que las tan celebradas papas negras tienen un mayor protagonismo en Nochebuena y Navidad. Estas últimas han rondado los 12 euros durante las fiestas navideñas de este año, aunque todo depende de «calidades, tamaños y procedencias».

En realidad, en su puesto las ventas se incrementan de forma global, incluso en productos como champiñones, espárragos, aguacates o pimientas. Y es que son tantas y tan variadas las posibilidades –incluso sin salirse de las comidas más tradicionales– que hay clientes para todo. Ya no digamos cuando entra en juego el toque de innovación.

Carmen de la Rosa es de las que se mantienen fieles al costumbrismo local y a los sabores que han ido pasando de generación en generación. «En mi casa siempre hemos comido bacalao o carne de conejo. Bacalao en Nochebuena y carne de conejo en fin de año, o al revés. Me refiero como comida principal, y la acompañamos con cosas para picar antes, sopa, postres…», explica esta vecina que realizaba en la mañana de este viernes las últimas compras en el Mercado. «Alguna vez he dicho de cambiar, pero mis hijos, que ya son grandes y hasta tienen ya sus hijos pequeños, siempre me han dicho que no haga inventos raros», apunta.

Las carnes, un fijo

Justo enfrente del puesto de Yapci Bethencourt se encuentra la Carnicería Dani, cuyo dueño es Daniel de Aguiar, que señala el conejo, la carne cochino y los chuletones como tres de los productos que más vende por estos días. Lo cierto es que la carne es uno de los fijos en estas fechas. También le piden pollo, carne para el puchero y, en algunos casos, pavo, cordero o cochinillo. Según indica, los precios cárnicos prácticamente no han variado en estas fechas. El aumento más claro es el del conejo, que ha subido desde unos 9,5 euros el kilo a 10.

Otro cliente del Mercado lagunero, de nombre Luis, y que se movía de puesto en puesto con varias bolsas en la mano, indicó que había ido en busca de papas y algo de repostería. «Aquí estoy porque me mandaron», dijo entre bromas este vecino de San Benito. Y es que la cocina de su casa la batuta la lleva su mujer. ¿Y qué más comerán aparte de las papas y dulces? «Comeremos tollos, que a mi mujer le quedan siempre muy buenos y al resto de la familia les encantan», manifestó. «Y pon en el periódico que muy feliz año a todo el mundo», añadió. Pues puesto está.

En la zona de pescados y congelados tiene su local Nacho Díaz, que lo más que vende para estas cenas navideñas es bacalao y langostinos. Aunque aclara: «Se vende de todo; hay quien hace un tenderete hasta con sardinas». En el caso de los langostinos, su venta se incrementa muy notablemente con respecto a las del resto del año. «Pasamos de trabajar dos o tres referencias a diez de todos los números, de varias zonas...», manifiesta este comerciante.

Otra clienta, de nombre Rosa y que prefirió no decir su apellido, también intentaba en la mañana de este viernes cerrar el menú del 31 de diciembre y del 1 de enero. «Nosotros preparamos dos comidas; una para fin de año y otra para año nuevo. Yo me encargo de una y mi cuñada de otra. Ella va a hacer puchero y yo, carne en salsa. Quizá no sean comidas muy habituales para estas fechas, que cada vez es más habitual que se repitan unas cuantas comidas concretas, pero a nosotras nos gusta ir variando», relató. En Nochebuena y Navidad comimos pescado salado y bistecs de ternera», continuó. «Vamos cambiando, pero siempre hacemos cosas de aquí, de siempre», detalló.

Otro vecino lagunero, Marcos, expuso que la costumbre en su casa es la de comer langostinos y bacalao con papas en la última noche del año. «Para picar solemos poner jamón serrano, queso blanco, embutidos... A continuación, y antes de ir al plato principal, tomamos sopa», indicó. «Y, al final y en lo que esperamos a las uvas, comemos turrones, polvorones, sidra...», enumera. «Entre una cosa y otra uno acaba siempre comiendo más de la cuenta», bromeó.