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Tamaimo se endulza con el turrón más largo de Canarias

La pieza midió 26,40 metros, tuvo un peso de más de 95 kilos y generó alrededor de 1.200 trozos de un producto típicamente navideño

Varios cocineros elaboran el turrón más largo de Canarias.

Varios cocineros elaboran el turrón más largo de Canarias. / María Pisaca

Jorge Dávila

Santa Cruz de Tenerife

No fue el turrón más caro del mundo, pero sí el más largo de Canarias. Midió 26,40 metros, la mitad de la pieza que se elaboró en Madrid y que aún tiene el récord nacional, y pesó más de 95 kilos. El cocinero vallisoletano Pablo Pastor lideró un proyecto de repostería navideña en el que se alistó una docena de colaboradores. «Este año no hemos querido abusar, pero el que viene le damos matarile a los madrileños», relata el impulsor de una iniciativa que contó con los avales del Ayuntamiento de Santiago del Teide y la Asociación de Vecinos de Tamaimo. Al final, más de 1.200 personas degustaron un producto navideño que comenzó a elaborarse después de las nueve y media de la mañana bajo una inmensa carpa instalada en la calle Méndez Núñez.

Pastor, que hasta el pasado viernes dio un taller dirigido a los restauradores del municipio santiagués para elaborar turrones, cerró la semana con el más difícil todavía: «El alcalde (Emilio José Navarro - PP) me pidió que hiciera algo diferente y le hice caso», relata un profesional de la gastronomía que llegó a la Isla hace tres décadas para ocupar una plaza de chef ejecutivo del Gran Hotel Bahía del Duque Adeje. «Para ser el primero no hemos querido superar aún el récord de Madrid», explica con ironía en relación al turrón de 50 metros que tiene el honor de ser el más largo de España.

La elaboración

Antes de empezar a montar el turrón se confitaron 20 kilos de fruta y se tostaron otros 18 de almendras, uno de los productos estrellas de la zona. También se adquirieron unos listones de 3/4 [tres centímetros de ancho y dos de alto] que se plastificaron para construir unos moldes que se montaron en tramos de dos metros. Todo eso se asentó sobre casi 30 metros de papel de cocina. «Empezamos atemperando el chocolate –en las horas previas había cierto temor a que el día fuera demasiado caluroso y no compactara bien este producto– y rellenando la plancha como si fuera un encofrado», cuenta Pastor en el arranque de una preparación laboriosa.

Además de los 38 kilos de fruta y almendras, en la lista de la compra había otros ingredientes básicos como 50 kilos de chocolate [negro y blanco], 12 de gofio y entre cinco y seis de galletas. Sólo en materia prima la cuenta superó los dos mil euros. «Lo más difícil es encontrar a alguien que te acompañe en una locura como esta, pero en el caso de Santiago del Teide todo fueron facilidades», adelanta mucho antes de que desvelara un secreto recién horneado. «El alcalde me ha dicho que el año que viene volvemos a por el récord», cuenta en un off the record que duró lo mismo que una barra de turrón de chocolate de 26,40 metros a las puertas de un colegio.El de ayer se lo llevaron por delante en 45 minutos. «Ha sido un éxito, lo vendimos todo en un abrir y cerrar de ojos», confiesa el pucelano.

Pablo Pastor es un gurú gastronómico que ha encontrado en Tenerife su hogar. «Llevo más tiempo en la Isla que en mi tierra», aclara un experto que asesora a Turismo de Tenerife, Gobierno d Canarias, Cabildo de Tenerife y ayuntamientos tinerfeños a la hora de montar buenas recetas. «Hemos tenido un gran día y el chocolate ha resistido», comentaba cuando ya únicamente quedaban unas virutas de chocolate sobre un tablero de color rojo que contrastaba con un sinfín de figuritas anaranjadas que coronaban el chocolate blanco: «Había trenecitos, bolas, caballos, soldaditos... elaborados en chocolate negro. No quedó ni uno», repite una vez desapareció la tensión acumulada durante más de cuatro horas.

Con el regusto de haber participado en una experiencia que endulzó la jornada sabatina a más de mil doscientas personas, Pablo Pastor se queda con la buena «sintonía» que presidió la elaboración del turrón más largo de Canarias y con un mensaje que suena a amenaza: «El próximo año, más». 

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