El Cabildo de Tenerife invertirá 7,5 millones de euros hasta junio de 2024 en los trabajos urgentes de recuperación del monte de la Isla tras el incendio que azotó la masa forestal durante casi tres meses, desde el 15 de agosto. El área insular de Medio Natural, Sostenibilidad y Seguridad y Emergencias, contrató las labores de emergencia a 22 empresas por esa cantidad dentro de una inversión global de 29 millones a realizar entre 2024 y 2026, siempre con fondos propios. Dos son las líneas de actuación fundamentales. Por un lado, sustituir el pino radiata californiano, importado para una reforestación con resultado negativo en los años 50 y 60 del siglo pasado, por vegetación autóctona a recuperar, básicamente monteverde. Por otro lado, las acciones para frenar el efecto de las escorrentías en caso de lluvia. Para comprobar el momento de ambos procesos y recordar que todavía hay zonas a las que no se puede acceder, la Institución insular organizó una visita de los medios de comunicación que encabezaron la presidenta, Rosa Dávila (CC), y el vicepresidente, Lope Afonso (PP).

Dimensión. El fuego afectó a 2.000 hectáreas, casi el 8% de la superficie de la Isla, la mayor parte pinos y en la corona forestal de Tenerife. La joya vegetal. Las cifras ayudan a dimensionar, un verbo muy difícil de conjugar para un isleño, pero fundamental para entender el volumen del incendio que azotó el monte desde mitad de agosto, cuando comenzó el fuego entre Arafo y Candelaria hasta hace apenas unos días, a cinco de cumplir los tres meses, momento en el que el Cabildo lo dio por oficialmente extinguido.

Las Calderetas. Primera parada: área recreativa de Las Calderetas en el municipio de El Sauzal. El olor característico del monte parece haber cambiado por un aroma similar a la ceniza. El ruido de las motosierras cortando la madera sustituye al habitual de pájaros o, simplemente, el silencio. Una comitiva de casi una decena de vehículos del Cabildo recorre las zonas afectadas por las llamas. Es el tiempo de la reconstrucción e impresiona la desolación del bosque quemado. Tongas de madera acumuladas serán aprovechadas por los dos aserraderos que quedan la Isla, fundamentalmente para hacer palets. Este año no les faltará materia prima.

7,5 millones de euros de emergencia para reducir el impacto del incendio en el monte

Ruido. El grupo llega a una zona donde se ha abierto una pista provisional sin salir de Las Calderetas. Sorprende durante toda la jornada un ruido peculiar. El que produce la caída de un pino, luego otro y, más tarde, otro más. Desde 30 metros de altura de media. En este caso de forma controlada, pero puede que otros ejemplares no soporten más el efecto de las llamas que dañó su estructura de manera irreversible. El paisaje alrededor es el de ramas y pinocha mezcladas. Advierten de no salirse del camino, porque hay huecos en medio y peligran los tobillos.

Trabajo. La maquinaria pesada ocupa el primer plano por la espectacularidad de su intervención, pero lo que destaca es el trabajo de los motosierristas, claves para iniciar este proceso de la futura restauración forestal. A comprobar cómo marcha todo han venido una treintena de trabajadores de los medios de comunicación, con Dávila y Afonso al frente. En un segundo plano están Blanca Pérez, consejera del Medio Natural, y Pedro Millán, director insular de Medio ambiente. Pero hoy es la hora de los técnicos. Del mando, Pedro Martínez Tito, quien fuera la cara mediática del incendio, y de sus compañeras Eva Padrón y Adela Conde, de Bernabé Gutiérrez, de las brigadas forestales o de Carlos Sánchez, capataz de la empresa Tragsa, cuyos trabajadores se han jugado el tipo contra el fuego, igual que lo hicieron los del Cabildo. Sin olvidar a Pablo Pascual, ingeniero experto e implicado en la lucha frente a la erosión y sus posibles efectos en caso de escorrentías.

7,5 millones de euros de emergencia para reducir el impacto del incendio en el monte

Valoración. Rosa Dávila señaló la importancia de acometer los trabajos para garantizar la seguridad de las personas: «Como hemos visto, hay peligro de caída de árboles y ramas y, también, zonas con el suelo afectado. Por eso, es necesario que la población respete y siga las indicaciones que les hacemos». Además, señaló que el fuego afectó a muchos ejemplares de pino radiata, «lo que nos va a permitir reemplazarlo por especies autóctonas de monteverde y pino canario. Ya teníamos prevista la sustitución de estos ejemplares, pero el incendio nos ha obligado a hacerlo de forma inmediata para evitar el riesgo». Por su parte, Lope Afonso explicó que el objetivo del Cabildo «es que las personas puedan utilizar los montes de manera segura» y recomendó seguir las indicaciones «a través de los medios oficiales y de la aplicación Tenerife ON, del Cabildo, diseñada para el uso y disfrute de los espacios naturales de la Isla».

Hoja de ruta. Los trabajos urgentes que se ejecutan son actuaciones frente al riesgo de caída de árboles sobre personas y vehículos y frente al peligro de erosión en las cuencas. Fue posible comprobar los trabajos de corte en Las Calderetas, que buscan la eliminación del pino radiata, y en la pista de El Rayo, ya en el municipio de La Matanza, la labor sobre el monteverde con la construcción de fajinas para la reducción de daños por la escorrentía y la retención de suelo, en caso de lluvias.

Completo. Resulta absorbente comprobar cómo trabaja la procesadora forestal (medio millón de euros de coste). Con un brazo mecánico articulado lleva a cabo un apeo dirigido con un trabajo completo al árbol: lo tumba, lo limpia y lo corta para dejar la madera apilada en grandes troncos. La tarea es ingente, pese al esfuerzo. Casi es seguro que se prolongue más allá del final de este año. Entre otras cosas, hay que eliminar estos pinos importados que se caen apenas sopla el viento. Principalmente, a borde de pista o en lugares donde puedan rodar sobre las mismas y generar riesgo a los usuarios del monte. La actuación requiere esa maquinaria forestal específica, como el mencionado procesador o el tractor triturador.

Erosión. También se actúa en zonas donde la caída o apeo de estos árboles puedan producir efectos erosivos intensos por pérdidas de suelo. En estos casos se construirán fajinas, estructuras transversales que frenan la velocidad del agua cuando transcurre sobre ellas y retienen parte de ese suelo erosionado. Una capa protectora o mulching, compuesta por restos vegetales triturados procedentes de apeos, cortes o rozas, sustituye a la vegetación en la medida de lo posible. Otra tarea clave es la reducción de la velocidad y la capacidad erosiva de la escorrentía. Por eso, ademas de las fajinas, no se descartan las albarradas, construcciones más potentes frente al riesgo de las avenidas de rocas u otros acarreos. La idea es que el agua baje despacio y no encauce con fuerza por los barrancos y ponga en riesgo zonas habitadas.

Nueve empresas. Para estas actuaciones de emergencia se han contratado a nueve empresas, que principalmente hacen en este inicio del proceso cortes en zonas muy afectadas de monteverde, Además de las urgencias ya descritas, el personal de Medio Natural y de la empresa pública Tragsa realiza actuaciones en áreas de riesgo de desprendimiento o en la construcción de infraestructuras de protección de pistas forestales, senderos y áreas recreativas, o en la reparación de las redes hidráulicas afectadas por el incendio. Todo eso se pudo comprobar en una vista que, a la vuelta hasta la zona habitada y de bajada por La Esperanza, permitió comprobar lo accidentado del terreno (brinco a brinco) y la falta de cobertura telefónica. Factores adversos que estos trabajadores han superado con esfuerzo y profesionalidad.