El Cabildo de Tenerife y el Centro Internacional de la Papa, con sede en Perú, estudian, a través de un convenio de colaboración, nuevos métodos de control de la plaga de la polilla guatemalteca, una de los principales problemas para la exportación del producto del campo tinerfeño. La Isla, además, profundiza en esta relación para mantener sus opciones de ser sede el próximo año del XI congreso mundial del tubérculo.
El consejero del Sector Primario, Valentín González, considera «de vital importancia» apostar por la investigación y la generación de tecnologías «para la conservación de la biodiversidad de las papas en Tenerife». Explica que «el acuerdo persigue impulsar un proyecto de investigación sobre la polilla guatemalteca» que incluye su control.
Entre los trabajos que se llevan a cabo se encuentra el desarrollo de un modelo fenológico– relación entre los factores climáticos y los ciclos de los seres vivos– como herramienta para la predicción y evaluación de riesgo de la polilla guatemalteca de la papa, adaptando y desarrollando dicho modelo a las condiciones de Tenerife.
González explica, asimismo, que «también se trabaja en un método de control denominado Atracción y muerte, que consiste en la utilización de un compuesto formado por feromona de laboratorio con el objeto de ajustar la formulación de la mezcla». El consejero adelantó que «pronto se iniciarán los ensayos en campo».
Estos trabajos se realizan en colaboración con el Instituto Canario de Investigaciones Agrarias, el Servicio de Sanidad Vegetal del Gobierno de Canarias y la empresa Ecobertura.
Congreso mundial
Tenerife trabaja, por otro lado, para ser sede del XI Congreso Mundial de la Papa y hay buenas perspectivas por los apoyos conseguidos, entre ellos el del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. El X tuvo lugar a finales del pasado mes de junio en Ecuador.
El Centro Internacional de la Papa o Cipotato –en inglés International Potato Center– es uno de los mayores centros dedicados a la investigación científica en el mundo en papa, camote, yuca y otros tubérculos y raíces, con el objetivo de obtener el pleno alcance de sus capacidades alimenticias para beneficiar a los países en vías de desarrollo. Fue fundado y tiene su sede en Lima, Perú, desde 1971. La experiencia sudamericana como eje para controlar a la polilla.