El Cabildo de Tenerife acordó un convenio con la Sociedad Mercantil Estatal de Infraestructuras Agrarias (Seiasa), por valor de 18 millones de euros, con el objetivo de impulsar proyectos que permitan el uso de agua de riego regenerada en la comarca oeste de Tenerife. Seiasa, sociedad que preside Francisco Rodríguez Mulero, es una entidad que pertenece al grupo Patrimonio del Estado y es empresa instrumental del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.
Valentín González, consejero de Sector Primario, declara que «en concreto, las iniciativas que pretendemos poner en marcha a raíz de este acuerdo son la red de riego en el oeste de Tenerife y la balsa de Las Charquetas, en el municipio de Guía de Isora».
La finalidad de este pacto es «trabajar en la senda de buscar soluciones para la crisis hídrica que padece Tenerife después de sufrir los meses más cálidos y secos de la serie histórica, a través del impulso de infraestructuras hídricas y de promocionar acciones que permitan un uso sostenible de los recursos hídricos», matiza el consejero.
Se construirá una nueva balsa con capacidad para unos 250.000 metros cúbicos
Para que estos proyectos se pongan en marcha se utilizará el agua regenerada de varias estaciones depuradoras de aguas residuales (EDAR), también conocidas como plantas de depuración. Estas instalaciones tienen el objetivo genérico de conseguir, a partir de aguas negras, un agua efluente de mejores características de calidad. Valentín González detalla que «principalmente se utilizará la depuradora Adeje-Arona, lo que supondrá una disminución del uso actual de agua subterránea».
Según el consejero insular de Sector Primario, esta circunstancia permitirá «mejorar la eficiencia hídrica, ya que supondrá la recuperación de los acuíferos, a lo que se suma el hecho de que el agua llegará con presión suficiente a las fincas». Por lo que, además, asegura que «no será necesaria la instalación de equipos de bombeo».
A través de estas actuaciones se va a modernizar la red de riego existente mediante la ejecución de redes de tuberías a presión, la instalación de hidrantes y un sistema de digitalización del riego. Asimismo, se construirá una nueva balsa, con capacidad para unos 250.000 metros cúbicos. Las nuevas infraestructuras permitirán también utilizar agua regenerada, disminuyendo la presión sobre el acuífero, mejorando la eficiencia hídrica y avanzando en la digitalización de la agricultura.