Una inversión de 1,1 millones de euros para renovar las cámaras frigoríficas de la cooperativa de Benijos, en la parte alta de La Orotava, y una línea de financiación para instalar nuevas neveras en otros centros de producción de la Isla. Es la primera medida anunciada por el Cabildo de Tenerife para afrontar la crisis de la papa, producida por la caída de la producción del tubérculo local como consecuencia de las olas de calor y el cierre del mercado inglés, el que más surte a las Islas en el exterior, por una plaga del escarabajo de Colorado.
La renovación de las cámaras frigoríficas es una medida «esencial» y «ampliamente» reclamada por el sector primario isleño. Lo explica Valentín González, consejero delegado de Sector Primario y Bienestar Animal de la Corporación tinerfeña. «Con unas cámaras modernas y más eficaces que las existentes se podrán conservar mejor las papas locales y extender su comercialización más allá de los meses posteriores a a la recogida, que se produce generalmente entre junio y julio», comenta Valentín González.
El responsable de las políticas insulares del campo tinerfeño señala que el abastecimiento de este producto esencial de la dieta canaria está «garantizado», pero admite que los precios «han subido mucho», algo que afecta a los bolsillos de los isleños, acostumbrados a destinar una parte significativa de la cesta de la compra a los tubérculos. «En estos meses de septiembre y octubre siempre se tira de la papa de importación pero el cierre del mercado inglés ha perjudicado a su distribución en Canarias», matiza Valentín González.
El político del PP, que fue alcalde de San Miguel de Abona, va a poner en marcha algunas de las medidas que solicitó el pasado mandato cuando estaba en la oposición en el Cabildo. En 2022, Valentín González reclamó las nuevas cámaras frigoríficas y otras mejoras en la cooperativa de Benijos, que juega un papel muy importante en la distribución de papas en la Isla.
La moción del PP
Los populares presentaron una moción que fue apoyada por PSOE, CC, Cs y Sí Podemos que serviría, según dijo entonces Valentín González, «para mejorar e incrementar los espacios adecuados para que los agricultores tinerfeños puedan almacenar sus cosechas de papas, con el objetivo de que sean más competitivos». Ahora en el Gobierno insular, va a sacar la subvención de 1,1 millones y preparar una línea de financiación para que otras cooperativas puedan seguir el camino de Benijos.
Mientras la Corporación insular sigue «muy de cerca» el problema del veto a la papa inglesa y sus repercusiones en Tenerife, los importadores buscan otros mercados para compensar este imprevisto. González apunta que las alternativas son Irlanda del Norte y Escocia, pero también Egipto, Chipre e Israel. Con la papa local no va a dar, y menos este año. La caída de la producción por las olas de calor alcanza en algunas zonas de Tenerife el 60%, un palo para un sector de enorme valor en el campo isleño.
La papa es el tercer cultivo en importancia de la Isla, por detrás de la viña y del plátano, y en las zonas de medianías es uno de los cultivos con mayor relevancia económica. Según el mapa de cultivos de 2021, en Tenerife hay 1.745 hectáreas cultivadas de papas, un 9,3% del total de la superficie sembrada de la Isla. Los rendimientos medios se sitúan en unos 18.000 kilos por hectárea. En 2020 se produjeron en la Isla 43,1 millones de kilos, una cantidad que este año, según varias estimaciones, no pasa de los 23 millones por los daños ocasionados por las temperaturas extremas experimentadas ya antes del verano.