Las balsas que dan agua al campo tinerfeño están en mínimos históricos. El año más seco desde que se tienen registros meteorológicos y el aumento de la demanda han dejado los 23 depósitos que gestiona Balten a un 12,2% de volumen sobre su capacidad total, según el último informe publicado ayer por la empresa dependiente del Cabildo de Tenerife. Es el peor dato en una década y el tercero peor de este siglo XXI.
Dada esta situación crítica provocada por la sequía, la Corporación insular ha comenzado a tomar medidas drásticas. La principal es que ha empezado a regular los índices de cada embalse para que ninguno se vacíe del todo y poder garantizar así el abastecimiento al sector agrario en toda la Isla.
Valentín González, consejero delegado de Sector Primario, asegura que la situación es «preocupante» pero aclara que «el servicio está asegurado» y que el Cabildo «sigue de cerca el problema y adopta soluciones». El control de estas balsas, a través de la dosificación diaria en función del nivel de agua y la demanda para que ninguna quede a cero, viene tras otra medida adoptada para saciar la sed del campo, en especial en la Isla Baja: la instalación de dos desaladoras portátiles que generan 2.000 metros cúbicos de agua al día y que surten a los municipios de Buenavista, Garachico, Los Silos y El Tanque.
González asegura que «a la crisis hídrica sobrevenida por el calor y la falta de lluvias se suman ahora las consecuencias del incendio forestal» que se declaró el pasado 15 de agosto. «Esto nos deja un escenario complicado para el sector primario», concluye el consejero delegado insular.
Los datos refrendan el duro panorama para un sector, el de la agricultura y la ganadería, que ya viene castigado por otros factores, como las tres olas de calor seguidas del verano o los efectos de la guerra de Ucrania. La crisis en el agua para uso agrícola tanto en el Norte como en el Sur se produce en un año catalogado como el más cálido y seco de las últimas seis décadas, según los registros archivados por la Agencia de Meteorología desde 1961. Además, las balsas se vacían pero el campo tinerfeño pide cada vez más agua. Según los datos oficiales de Balten, el volumen suministrado para el riego ha subido un 18% el año pasado y este 2023.
Las balsas de Tenerife nunca habían estado por debajo del 15% de su capacidad en los últimos 10 años como ahora. A fecha del pasado 31 de agosto, no pasan del 12,2%, con un 8,7% de volumen almacenado en el Norte y un 7,3% en el Sur. El agua regenerada, obtenida en las depuradoras, ha evitado que el último porcentaje facilitado por Balten sea inferior al 10%. Hay que remontarse a agosto de 2012 (4%) y al mismo mes de 2005 (1,8%) para ver tan vacíos estos depósitos.
El consejero de Sector Primario subraya que esta crisis hídrica «nos obliga a hacer un uso racional del agua para riego». «Aunque esta situación no afecta al consumo humano, resulta muy complicada para el sector primario, por lo que impulsamos líneas de trabajo que logren paliar esta situación». Además de las ya citadas, González asegura que se han puesto en marcha otras iniciativas como el bombeo de la balsa de Cruz Santa a Benijos, el de la balsa de El Boquerón al depósito de Fray Diego o el aprovechamiento de la galería de Hoya de El Cedro».
El Cabildo, asimismo, estudia otras alternativas para incrementar los recursos hídricos, como la instalación de una desaladora para la mejora de la calidad del agua regenerada en Güímar o las conexiones para el aprovechamiento de las nuevas depuradoras en construcción, como la de Montaña Reverón, en Arona.