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La sequía arrasa las papas y los cereales de Tenerife con caídas en la cosecha de más del 60%

Los agricultores piden ayudas a las administraciones para compensar las «graves perdidas en la producción»

Un agricultor recoge papas bonitas en Icod el Alto, municipio de Los Realejos. Andrés Gutiérrez

«La cosa está fatal: las pocas papas que se han salvado de la sequía no crecen o las hemos tenido que tirar porque están bichadas». Esto asegura Vicente Anatolio Domínguez, de la Asociación de Cosecheros de Papa Bonita y Cultivos Tradicionales de Icod el Alto, en Los Realejos. Los lamentos se repiten en el resto de cosecheros de papas y cereales de Tenerife. La falta de lluvia y las altas temperaturas están arrasando con el campo isleño, que pide ayudas para paliar esta nueva crisis.

La Asociación de Agricultores y Ganaderos de Canarias (Asaga) tilda de «siniestro» las «graves pérdidas» que se registran este año, tanto en la cosecha de papa como en la de cereal, «en especial en el norte de Tenerife». Las mermas, según un comunicado de Asaga, van del 60 al 80% desde febrero, único mes en lo que va de año en el que las precipitaciones se acercaron a las previsiones.

«El clima está disparatado»

La presidenta de la Asociación de Cereales de Tenerife (Acete), Isabel Cabrera, coincide con Vicente Anatolio Domínguez en que «el clima está disparatado y provoca graves daños en las cosechas». «El ciclo de las lluvias se ha roto. Antes podíamos prever cuándo iba a llover, en especial en invierno, pero ahora todo ha variado. El resultado es que las plantaciones de cereales, que son las que conozco, se han secado o las que se han salvado del calor y la falta de agua no crecen al ritmo normal».

«El clima está disparatado y provoca graves daños en las cosechas»

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En el sector del cereal, Isabel Cabrera calcula que la caída de la producción supera con creces el 60%, lo que unido a la crisis provocada por la guerra de Ucrania y a las plagas dibujan un futuro inmediato «muy desalentador». Pero lo que preocupa ahora son las consecuencias del cambio climático en Tenerife.

A la Asociación de Agricultores y Ganaderos de Canarias le preocupan especialmente «las consecuencias que la baja cosecha de papas puede tener sobre la comercialización y consumo de este tubérculo, considerado base de la alimentación de los canarios». «Aunque el porcentaje de daño es mayor en las explotaciones de cereales, al ser un cultivo minoritario en las Islas, su repercusión sobre el mercado interior tiene un menor impacto, sin dejar de ser relevante para los agricultores que se dedican a la actividad cerealística», detalla Asaga en la nota de prensa.

Papas bonitas en la asociación de cosecheros de estas variedades en Icod el Alto, Los Realejos.

En el caso concreto del cultivo de la papa, tanto las variedades comunes como las bonitas –muchas de estas exclusivas de las Islas–, los efectos de este cóctel climático con pocas precipitaciones y altas temperaturas «se observan en una reducción de la cubierta vegetal de en torno al 50%, una disminución del ciclo vegetativo en cuatro semanas, así como la falta de tuberización y engorde», lo que significa según Asaga que «el tubérculo no llega a cuajar correctamente y no alcanza el tamaño ni el peso adecuado dando como resultado una pérdida de cosecha».

En La Orotava y Los Realejos, municipios que concentran la mayor superficie de papa del norte de Tenerife, de las 678 hectáreas plantadas están dañadas 225. Agricultores y técnicos consultados por Asaga Canarias estiman que en esta campaña la cosecha de papa solo llegará al 40%. La superficie de plantaciones de papas en Canarias se situaba en 2021 en 4.048 hectáreas (2.638 hectáreas en regadío y 1.410 en secano), 1.461 menos que las registradas en 2015.

En cuanto a los cereales, las consecuencias del clima adverso afectan ya a 135 hectáreas, principalmente de avena, trigo, millo y forrajes. Aunque está previsto que la recogida de la cosecha comience a partir del próximo mes de julio, algo más tardía de lo habitual debido al retraso en la siembra de este año a la espera de lluvias, las estimaciones apuntan a que los productores solo recolectarán en torno a un 20% de lo sembrado.

Recogida de cereales en el norte de Tenerife E.D.

Para hacer frente a este revés en productos básicos de la dieta tinerfeña, la Asociación de Agricultores y Ganaderos de Canarias reclama a las administraciones públicas «establecer un paquete de medidas compensatorias» para los más de 300 productores afectados, sobre todo en municipios como La Orotava y Los Realejos, donde la escasez de lluvias, las altas temperaturas –superiores a 28 grados al inicio de la primavera– y la humedad relativa por debajo del 20% han provocado daños a un total de 360 hectáreas de cultivo, tanto de papa como de cereal.

Urge una inyección económica

La presidenta de Asaga Canarias, Ángela Delgado, asegura que «necesitamos urgentemente una inyección económica como vía para sostener las rentas de los productores afectados con el fin de disuadirlos de no abandonar el cultivo de papa, vital para nuestra dieta alimentaria sin olvidar que se trata de un producto emblemático de nuestra cultura insular». «Las administraciones deben ser partícipes de las circunstancias climáticas adversas que estamos viviendo y poner los fondos necesarios para salvar esta situación excepcional», precisó Delgado.

La próxima producción de unos de los productos más exclusivos de Tenerife, las papas bonitas, va a quedar «muy mermada», advierte Vicente Anatolio Domínguez desde la cuna de estas variedades, Icod el Alto. Al tiempo revuelto se suma, en este caso, la playa de la polilla guatemalteca, que está detrás de la prohibición de exportar estos tubérculos, llegados hace 400 años desde Perú, tan codiciados por alta cocina.

«Yo tengo una plantación de la que pensaba sacar unos mil kilos este año pero calculo que se van a quedar en 200 o 300 como mucho», apunta el representante de la Asociación de Cosecheros de Papa Bonita y Cultivos Tradicionales de esta zona del municipio de Los Realejos.

Los perjuicios sobre el gofio

También se va a resentir otro producto típico de la gastronomía tinerfeña: el gofio. Los daños en las plantaciones de los cereales de La Laguna, Los Realejos, La Orotava, San Juan de la Rambla, Buenavista del Norte y El Tanque ya se dejan notar. «La mitad de las plantaciones se han secado o apenas pueden crecer con estos calores y esta falta de agua», concluye Isabel Cabrera, de la Asociación de Cereales de Tenerife.

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