El tajaraste de las campanas

Decenas de miles de personas siguen en Los Realejos el rastro de la música y los bailes, del olor a la carne y de los deseados encuentros con familiares y amigos

Romería de Los Realejos

Vídeo: N. P. A. / Foto: Andrés Gutiérrez

La villa histórica acogió uno de los momentos cumbre de sus festejos anuales. Los vecinos se implicaron en la exaltación de tradiciones y elementos típicos propios de estas celebraciones. Residentes y visitantes viven el acto de diferentes maneras: en la calle o en sus casas, en las carrozas, en los bares o como espectadores en las aceras; la devoción y las promesas de unos, junto a la diversión y la comida de casi todos.

Decenas de miles de personas, entre vecinos, visitantes o turistas, presenciaron o participaron en la jornada de este domingo en uno de los actos festivos más importantes del año en Los Realejos, como es la Romería en honor a San Isidro Labrador y Santa María de la Cabeza. Los vecinos se implican en que la celebración cada vez tenga mayor riqueza visual y el impulso que se le otorga desde el Ayuntamiento complementa ese esfuerzo de muchos ciudadanos por engrandecer este elemento de su patrimonio cultural. Hay muchas maneras de vivir esta experiencia. Unas personas observan desde las sillas o apoyadas en las fachadas el paso de las carretas, carrozas y grupos folclóricos; otras pasan buena parte de las horas de parranda en algunos bares, unos van vestidos con trajes tradicionales, otros con los típicos y el resto de cualquier manera; hay algunos que utilizan sus garajes como sede de encuentros y comidas, mientras que otros celebran el momento especial del año «de puertas adentro» en sus casas.

Uno de los componentes del grupo musical Magec, Peraza, de La Orotava, y tres amigos más, dos de Tacoronte y otro de Las Palmas, empezaron su particular romería mucho antes de que terminara la misa y los santos salieran de la iglesia. En el bar La Tajea animan a la clientela con sus canciones de verbena. Mientras, cuando falta más de una hora para la salida de la comitiva, ya hay numerosas personas sentadas en las sillas colocadas en la avenida Los Remedios. 

La iglesia de Santiago Apóstol se llenó para seguir la eucaristía. La agrupación folclórica Tigaray, bajo la dirección de Samuel Fumero, interpretó Noches de San Juan Bendito. Y después llegaron las ofrendas. Después, los componentes del citado colectivo interpretaron unas malagueñas. Y mientras parte de los fieles tomaban la comunión, cantaron unas sentidas folías: «San Isidro Labrador, patrón de la cementera, da al campesino valor, para que de hambre no muera».

Los integrantes de varios grupos valoran la acogida que se les brinda en el Festival Folclórico Ocho Islas

La Romería de Los Realejos no se entiende ya sin que la noche de la víspera se celebre el Festival Folclórico Ocho Islas, uno de los más conocidos y relevantes del Archipiélago para muchas formaciones. En el exterior del templo esperan varios integrantes de Coros y Danzas Arrecife, que este año representó a Lanzarote. En el escenario de la plaza Viera y Clavijo, este grupo ofreció al público Seguidillas de Lanzarote, Isa del Uno y Malagueñas. Dos de sus integrantes, Fran Ferrer y Marián Luzardo, explican que llevan muchos años de participaciones en el festival y en la romería. «El público siempre nos acoge muy bien, como si fuera el primer año», indican. Explican que su participación la afrontan «con gran gusto, siempre deseamos venir para disfrutar». En esta ocasión, van vestidos con los trajes que el británico Alfred Diston dibujó en tierras conejeras y que corresponden con las vestimentas del siglo XVIII y comienzos del XIX. En el festival también participaron las agrupaciones folclóricas La Oliva, de Fuerteventura; Guadalupe, de Gran Canaria; Hautacuperche, de La Gomera; Sabinosa, de El Hierro; Parranda Los Toledo, de La Graciosa; Nambroque, de La Palma, y Guayacsanta, de Los Realejos

Al finalizar la misa, el párroco agradeció a los vecinos que vivan unos festejos que comienzan antes del día de la Cruz, el 2 de mayo, y se extienden hasta junio. Y también invitó a los asistentes «a que no se cansen de venir por que acaben las fiestas». Y, además, invitó a familias y grupos del municipio a elaborar las alfombras para el Corpus Christi.

Los componentes de la agrupación folclórica Sabinosa entran en la iglesia con su danza de la Virgen de los Reyes para acompañar la salida de Santa María de la Cabeza y San Isidro Labrador. Desde ese momento, empieza a sonar el tajaraste en las campanas y las varas enramadas se mueven de un lado a otro para anunciar que la Romería está a punto de comenzar. La visión de las imágenes religiosas provoca emoción en algunas personas, cada una con sus particulares circunstancias.

En los últimos años se ha extendido la costumbre de decorar las fachadas en varias calles

El acto también fue disfrutado por Juan de la Cruz Rodríguez, investigador de la vestimenta tradicional canaria. Explica que el uso de los trajes «ha variado mucho, tanto a mejor como a peor», desde que en 1994 publicara su libro Textiles e Indumentarias de Tenerife. Comenta que hay personas conscientes de cómo se debe llevar un traje, otras que se inventan sus modelos y el resto, «que cree que vale todo». Para De la Cruz, el acto de este domingo es «una romería con una gran participación de la gente de aquí». Y recalca esto, pues matiza que «en otros pueblos, los vecinos huyen» ante estas celebraciones. Aclara que la diferencia es que en Los Realejos «la romería la hacen los vecinos y se enriquece con la participación de los grupos del Festival de la noche anterior».

Desde hace décadas, la decoración de la fachada de la casa del profesor e investigador José María Mesa, en la calle Del Medio, es una de las más relevantes y destacadas. El día de la Romería, algunos de sus amigos y conocidos pasan a visitarlo. En su momento, Mesa publicó el libro Los Realejos, hitos históricos y devocionales de sus fiestas de mayo, a raíz de un pregón de las fiestas. Para este historiador natural de Guía de Isora, la Romería «es una fiesta viva, que en sus orígenes empezó en la celebración del Día de la Cruz, costeada por las calles, por los vecinos». Advierte de que lo que se percibe en la propia celebración festiva está apoyada por el Festival Folclórico de la noche anterior, por conferencias sobre vestimenta y por carteles en los que se anima a utilizar de forma correcta la vestimenta tradicional y la típica. Es decir, que «por parte del Ayuntamiento ha habido una concienciación a los ciudadanos».

También están los vecinos que viven la celebración «de puertas adentro». Es el caso del matrimonio formado por Begoña y Chano, junto a sus familiares. La fachada de su vivienda tradicional, del siglo XVII, en la calle Del Medio está decorada con buen gusto por parte de la citada mujer, que vive la fiesta desde su profunda fe de creyente. El patio está lleno de elementos históricos y etnográficos que recuerdan la vida en el campo y la herencia de sus mayores. La edificación, en sí misma, es una joya. Y dicho espacio abierto es el lugar del encuentro para la comida y las conversaciones con las personas más cercanas. 

Mientras, por la avenida Los Remedios avanzan los primeros grupos folclóricos. tras las carretas y carrozas. El recorrido llega a ser duro e intenso. Tras la espera y los primeros bailes en la avenida Tres de Mayo, sigue por las avenidas de Los Remedios y Reyes Católicos, El Llano, calle El Sol, La Pila y El Medio. Varias tienen una fuerte pendiente que se hacen en subida. La comunicadora Inma Donate también es bailadora del grupo Acorán, de Los Realejos. Explica que resulta «complicado, sobre todo para los bailadores, por el día de calor que hay». Benigno y Cecilio controlan las vacas que arrastran la carreta con las jóvenes candidatas a romera mayor. Ambos son de Los Baldíos (La Laguna) y su jornada empezó este domingo antes de las cinco de la madrugada. Benigno explica que el freno auxiliar que lleva su carreta la hace más segura en calles en sentido descendente, como la Del Medio.

Pasa desapercibido. Pero este domingo, con la Parranda Los Toledo estaba José Manuel Toledo Hernández, junto a su inseparable mandolina. Lleva más de 50 años en el folclore y ha tenido el honor de tocar junto a lo más granado del género en las islas, como Domingo Rodríguez El Colorao, José Manuel Ramos, Mariví Cabo o Fabiola Socas, entre otros. Toledo es de esas personas anónimas que son garantes del tesoro de nuestra música tradicional y popular

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