'Teno' y 'Jama', los perros de La Tahonilla, un ejemplo a seguir para el Seprona

Una unidad especializada de la Guardia Civil de Madrid hace un seguimiento de los pastores belgas en su labor para detectar sustancias venenosas en espacios naturales

Uno de los perros de la unidad canina insular, en plena acció

Uno de los perros de la unidad canina insular, en plena acció / ED

Teno y Jama son los dos pastores belgas malinois que forman la unidad canina del área de Gestión del Medio Natural y Seguridad del Cabildo de Tenerife. Viven con su guía y entrenan en el Centro La Tahonilla. Su misión desde principios de año es detectar sustancias venenosas en los espacios naturales de la Isla. Agentes de la Guardia Civil del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de Madrid compartieron una jornada de trabajo con el equipo insular para conocer buenas prácticas y metodologías de acción.

El uso de raticidas en los espacios naturales protegidos es una práctica común e ilegal que afecta directamente a especies propias de la biodiversidad de la Isla. Los perros de la unidad insular asisten al los agentes de Medio Ambiente para identificar y marcar sustancias peligrosas. Tras un periodo de aprendizaje, Teno y Jama ya han obtenido sus primeros resultados sobre el terreno. En su ficha de trabajo cuentan con la identificación de varias sustancias tóxicas depositadas sin control.

La Unidad Canina del Cabildo de Tenerife realizó una jornada de trabajo en presencia de la del Seprona de la Guardia Civil de Madrid que tuvo lugar en la zona de El Caletón, dentro del Paisaje Protegido de Costa de Acentejo.

La Guardia Civil quería conocer la metodología de trabajo y para ello se hizo una demostración de rastreo de los perros para marcaje de veneno. La colaboración con este equipo de la Benemérita, con más de 25 años de experiencia, ha aportado a la Unidad Canina del Cabildo nuevas formas de actuar.

«La utilización de cebos envenenados en el medio natural constituye una de las prácticas más nocivas para los ecosistemas» apunta la consejera insular de Gestión del Medio Natural y Seguridad, Isabel García. Añade que «nos encontramos ante un grave problema de conservación que afecta a especies amenazadas de nuestra fauna silvestre». Concluyo: «Una vez puesta en marcha la unidad canina, y de la mano de los agentes de Medio Ambiente, empezamos a obtener resultados al encontrar cebos de venenos o inclusos cadáveres de animales que ya los han ingerido».

Dos intervenciones destacadas

El pasado febrero durante un reconocimiento por terrenos protegidos ubicados en la zona limítrofe entre los municipios de Tacoronte y El Sauzal, los perros realizaron el marcaje a varios paquetes de veneno colocados entre las piedras de un pequeño murete.

Algunos días después se produjo un segundo hallazgo, esta vez en el Parque Natural de la Corona Forestal, concretamente en el municipio de La Esperanza. La pareja canina y varios agentes de Cabildo batían una zona tupida de vegetación cuando los perros marcaron unas garrafas blancas en cuyo interior había varios paquetes con veneno que fueron retirados.

En ambos casos las sustancias identificadas eran Brodifacum, Alfaclorosa y Bromadiolona distribuida en paquetes de pesticidas que suele usarse para el control de ratas y ratones en zonas agrícolas.

«El uso de este tipo de venenos es un método no selectivo e ilegal restringido a zonas aledañas a viviendas siempre y cuando se coloquen en contenedores de acceso únicamente a los roedores», subrayó José Alberto Delgado, jefe de Biodiversidad del Cabildo de Tenerife. Concluyó: «Con las actuaciones de la unidad canina pretendemos avanzar en el conocimiento y la lucha contra el uso de estos venenos que ponen en jaque a flora y fauna endémicas».

Suscríbete para seguir leyendo