La Tahonilla instala el esqueleto recompuesto de un calderón varado

El trabajo de reconstrucción fue llevado a cabo por el biólogo marino Manuel Carrillo, fallecido en 2021, al que se rindió tributo

El esqueleto de calderón instalado en La Tahonilla.

El esqueleto de calderón instalado en La Tahonilla. / E. D.

El centro de Recuperación de Fauna Silvestre La Tahonilla, dependiente del área de Gestión del Medio Natural del Cabildo de Tenerife, inauguró el esqueleto de un calderón tropical (Globicephala macrorhynchus) recompuesto por el biólogo marino Manuel Carrillo, fallecido en 2021 a los 64 años, al que se rindió un homenaje,

El animal varó en 2019 en Las Teresitas y, tras un largo proceso, se reconstruyó la osamenta. Carrillo, uno de los investigadores con más conocimientos sobre cetáceos del Archipiélago, fue el artífice, entre otros proyectos, de la senda de los cetáceos en Fuerteventura. Su viuda, Josefa Esther Medina, recibió durante el acto una pequeña caja con un colgante de plata de la reproducción de la última vértebra del calderón, a modo de homenaje a científico.

Carrillo mantuvo una gran vinculación con La Tahonilla. Desde la década de los 90 del siglo pasado, su vida profesional se orientó de forma muy especial al estudio de los mamíferos marinos. Participó desde 1991 en la Red Canaria de Cetáceos Varados. Un año más tarde inició una línea de trabajo de investigación taxonómica, mediante la descripción osteológica de los cetáceos varados. Por esas fechas, también realizó sus primeros trabajos de montaje de esqueletos, siendo el responsable de los de ballenas que se pueden ver en Los Silos y en el Charco de San Ginés, en Lanzarote.

Manuel Carrillo también fue el encargado del espectacular montaje de la Ballena de Llanca, un rorcual común que varó en las costas catalanas hace más de 150 años y que en la actualidad permanece expuesto suspendido del techo del Blau, el nuevo edificio del Museo de Ciencias Naturales de Barcelona.

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