Pedro Martín destapa anomalías en la gestión anterior del ITER

El presidente del Cabildo asegura que la empresa pública adopta numerosas medidas durante el mandato para corregir la situación

Un momento del pleno monográfico sobre el ITER celebrado ayer en el Cabildo de Tenerife. | | CARSTEN W. LAURITSEN

Un momento del pleno monográfico sobre el ITER celebrado ayer en el Cabildo de Tenerife. | | CARSTEN W. LAURITSEN / José Domingo Méndez

El presidente del Cabildo de Tenerife, Pedro Martín, destapa las anomalías e irregularidades en el Instituto Tecnológico y de Energías Renovables (ITER) durante los mandatos anteriores con gobierno insular de Coalición Canaria. Desde una perrera sin permiso, ubicada en suelo público dentro de las instalaciones de Granadilla de Abona, a sorteos en las cenas de Navidad con paga extra y semanas de vacaciones como premio. Martín desvela esta situación durante la comparecencia, a petición propia, ante el pleno insular. Explica las medidas tomadas. Desde 2019 en esta y en el resto de empresas dependientes para corregir la situación. La oposición coincide en calificar la sesión como «acto puramente electoralista».

Entre las irregularidades anteriores a 2019 detectadas en la gestión del ITER, Martín enumera también enganches ilegales a la electricidad y una estructura laboral en la cual plazas, funciones, forma de contratos y retribución «no seguían un orden coherente», lo cual «generaba que parte de la plantilla tenía funciones asignadas diferentes –superiores o inferiores– a su capacitación formativa». Conclusión: «Ante mismas tareas, diferentes salarios».

Martín relata ad hoc, según lo valora la oposición, que se han adoptado medidas correctoras en estos cuatro años, y cita como ejemplos la modificación de plantilla, la estabilización del personal contratado «en fraude de ley», el restablecimiento de retribuciones minoradas o el acuerdo con el Comité de Empresa para la modificación del convenio colectivo.

Martín destaca que el ITER acoge en su interior un albergue de animales, que ocupa 10.000 metros cuadrados de terreno, sin «título que acredite el derecho de superficie». Desde 2006 está abierto y es gestionado por una asociación alemana. La oposición, encabezada por Carlos Alonso (CC) y Zaida González (PP), le recuerda que conoce perfectamente la existencia del albergue desde que era alcalde de Guía de Isora y su municipio «enviaba animales allí». Martín les echó en cara que dieran «más trascendencia a cuestiones como el reciente debate sobre el logo de la pesca –el dibujo de un pez, asegura– y no a «las ilegalidades flagrantes». Martín subraya que el ITER trabaja «para buscar la mejor alternativa en la protección de los animales» y «velar por su patrimonio y recuperación de terreno».

¿En qué convenio está?

El presidente se pregunta en voz alta en qué convenio colectivo está que se hagan sorteos entre el personal durante las cenas de Navidad que incluían, hasta 2018, «el regalo de pagas extras o semanas de vacaciones remuneradas, todo ello con dinero público».

El ITER, además, explica, «no contaba con una sistema de gestión de la contratación pública». Así, «los contratos se suscribían de forma directa sin el control de los servicios jurídicos; los de alto importe y recurrentes, de más de 100.000 euros, sin licitación, y vinculados a proyectos de gran envergadura, como los parques eólicos Areté y La Roca». Pese a ser el eje de un pleno reciente, volvieron a centrar el debate porque, según Carlos Alonso (CC), «la paralización desde agosto del año pasado le ha costado a las arcas del Cabildo nueve millones de euros», La respuesta; «Se cree más a una empresa multinacional –Iberdrola– que a los técnicos de la casa».

Pedro Martín insiste en su argumentación sobre la «nefasta gestión» de CC que provocó que la entidad «no contara con licencias y autorizaciones de las instalaciones fotovoltaicas». Hasta 135 contabilizó. Para solventarlo, el gobierno instalar propicia «la modificación del PIOT así como actuaciones ante el Ayuntamiento de Granadilla de Abona». El presidente hace referencia asimismo a que un consejero cobraba 70.00 euros por venir un par de veces a Tenerife desde su residencia en Barcelona y pasaba facturas de los gastos. Entre ellas, una que «le llama la atención» del Castillo de San Miguel de Abona.

Martín añade que «tenemos grandes dificultades para deshacernos del los bitcoins adquiridos durante el pasado mandato. Califica ese mundo de las criptomonedas como «opaco» y entiende que el Cabildo «no debe participar».

Carlos Alonso, que defiende la existencia de control jurídico en las etapas anteriores, responde que no se trataba de la vertiente monetaria o financiera de la moneda digital, sino de aprovechar la tecnología blockchain. Alonso critica la fijación del gobierno en «mirar por el retrovisor» en referencia a los gobiernos de Coalición Canaria. Enrique Arriaga (Cs) hizo otra metáfora en el sentido de que «tenemos un vehículo con un remolque detrás». Una clara referencia a la herencia de CC. Arriaga se sumó al discurso de Pedro Martín, como Javier Rodríguez Medina, portavoz del PSOE, que alude a los Epi y Blas de Barrio Sésamo para hablar de la buena (la actual) y la mala (la de antes) gestión en el ITER.

Bueno no puede hablar, pero...

En la bancada nacionalista se remueve el consejero Antolín Bueno. Protagoniza varios momentos tras ser aludido por Martín y Arriaga porque Bueno solicitó un pleno extraordinario sobre el ITER. El Reglamento aclara que solo puede hablar el portavoz. Bueno intentó dejar oír su voz y lo consiguió en parte, pero fuera de lo reglado.

La popular Zaida González recuerda en varias ocasiones que en mandatos anteriores el PSOE cobogobernaba con CC y apoyó con sus votos en el Consejo de Administración todo lo que denuncian.

Para David Carballo, de Sí Podemos Canarias, el pleno se aprovecha para «dar un discurso electoralista» y se cuestiona la comparecencia por este frente a otros asuntos. María José Belda, consejera no adscrita, centra su discurso en la fuga de cerebros del ITER que «han abandonado en estos años unas treinta personas».

Martín centra la parte final de su alocución en los nuevos proyectos y la potenciación de los existentes en el ITER. Destaca el incremento de un 110% de la capacidad del superordenador Teide o el inicio de las obras del proyecto fotovoltaico Fotobat 5+5. También las autorizaciones para sustituir los 29 molinos ya obsoletos por cinco nuevos, con menor impacto visual y un incremento de la potencia de un 70%. No olvida el desarrollo de Involcán.

La oposición insiste en el descabezamiento técnico que supone no tener gerente mientras Martín defiende el trabajo, «francamente muy bueno», de los dos consejeros delegados: Eduardo Ballesteros y Elena Rodríguez.

La función del ITER es impulsar las energías renovables y las nuevas tecnologías. Exposición del presidente y respuesta de la oposición coinciden solo en eso. Los avances, pese a todo, son incuestionables en la vigilancia volcánica, en la tecnología del cable submarino o en la Genómica. Profesionales de un enorme nivel trabajan en la que debe ser una de las joyas de la corona del Cabildo. No parece que merezcan esta catarsis pública. Como el propio ITER.

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