Puerto de la Cruz blinda sus casas terreras y árboles singulares

El Plan Especial del Casco Histórico establece un marco de protección para elementos como inmuebles, especies vegetales relevantes o valores inmateriales

D. Ramos

Puerto de la Cruz son sus playas, los hoteles y su oferta de restauración. También las buenas temperaturas, el descanso y el ocio. A veces queda en un segundo plano, pero al menos un atributo más se une a los anteriores: un casco histórico de indudable valor, con inmuebles de otro tiempo y calles con encanto. Ahora, para proteger esa zona, el Ayuntamiento portuense ha logrado dar el definitivo impulso que necesitaba el Plan Especial de Protección del Casco Histórico (PEPCH), un documento que se había quedado empantanado una década atrás. El texto protege inmuebles y, de una forma especial, las casas terreras; árboles y flora singular, e incluso bienes inmateriales.

Un análisis pormenorizado del Plan, presentado semanas atrás y que ha sido aprobado de forma inicial, muestra una protección desde distintos frentes. El concejal de Ciudad Sostenible y Planificación, David Hernández, recuerda que el centro del Puerto de la Cruz fue declarado Bien de Interés Cultural (BIC) en 2006 y que desde ese momento se requería el documento. «Hubo una aprobación inicial en 2011, pero no se llegó a la definitiva porque no se contestó a las alegaciones», precisa. Y hasta este mandato duró la espera. El nuevo texto no es la aprobación de aquel que quedó en un limbo, sino que se ha sacado adelante otro «nuevo y mucho más ambicioso», que ahora va a salir a exposición pública.

Hernández destaca que se trata del principal «hito» del gobierno portuense durante el mandato que ahora concluye, y apunta que el Plan Especial cuenta con hasta siete tipos de catálogos. En el arquitectónico se incluyen 220 inmuebles, lo que supone un aumento en 131 respecto al catálogo municipal vigente, mientras que en el etnográfico figuran 13 inmuebles, 15 elementos y 2 espacios, ampliándose respecto al planeamiento actual en 5 inmuebles, 13 elementos y 2 espacios. Después están los catálogos de Espacios Urbanos y de Espacios Naturales, en los que se integran 13 y 2 lugares, respectivamente, ampliándose en 3 sitios urbanos respecto al catálogo vigente.

Nuevos tipos de catálogo

Una de las novedades llega con la inclusión de tres nuevos tipos de catálogo relativos al conjunto etnográfico, al patrimonio inmaterial y a la vegetación. Según los datos aportados, el conjunto etnográfico, conformado por 38 cruces localizadas en las fachadas de los inmuebles, «en la mayor parte de los casos no presenta valores individualmente», pero es «soporte de manifestaciones culturales arraigadas que se transmiten de generación en generación (como el enrame de cruces)», que conforman la identidad local. «En segundo lugar, el patrimonio inmaterial, que recoge manifestaciones culturales que se desarrollan en el casco histórico, como son la embarcación de la Virgen del Carmen, el mataculebra y el baño de las cabras», indica David Hernández. El edil hace especial énfasis en el Catálogo de Árboles Monumentales y Flora Singular, «conformado por 15 especies, que engloban 476 árboles, entre los que se encuentran los 4 árboles incluidos en el Catálogo de Árboles Monumentales del Cabildo Insular de Tenerife».

Así las cosas, y respecto al catálogo vigente, se incorporan 136 nuevos inmuebles (131 incluidos en el catálogo arquitectónico y 5, en el etnográfico), 51 nuevos elementos (entre los que se incluyen las 38 cruces pertenecientes al Catálogo del Conjunto Etnográfico), 5 nuevos espacios (2 pertenecientes al catálogo etnográfico y 3 espacios del Catálogo de Espacios Urbanos), patrimonio inmaterial (la embarcación de la Virgen del Carmen, el mataculebra y el baño de las cabras) y los árboles monumentales y flora singular, con las citadas 16 especies vegetales y que engloban 476 árboles.

En cuanto al notable aumento en las edificaciones, detrás están fundamentalmente las casas terreras. «Este importante incremento del número de inmuebles se debe en buena medida al reconocimiento de todas aquellas edificaciones de tipología terrera que configuran el modelo constructivo esencial de las clases populares durante buena parte de la historia del casco urbano de Puerto de la Cruz, localizadas fundamentalmente en el barrio de La Ranilla», exponen desde el Ayuntamiento de la Ciudad Turística.

Para entender mejor la relevancia del Plan hay que retrotraerse más de quince años. «La declaración del Bien de Interés Cultural del Conjunto Histórico de Puerto de la Cruz en el año 2006 conlleva la obligación de redactar un Plan Especial y un Catálogo de Protección que garantice la preservación de sus valores patrimoniales», recogen los datos aportados desde la institución local. Y añaden: «El ámbito de ordenación del Plan Especial se circunscribe a la delimitación definida en la Declaratoria del citado BIC, que acoge el casco histórico, así como un conjunto de 21 islotes distribuidos por todo el municipio». En el caso del centro, hay cuatro áreas urbanas diferenciadas: la explanada del muelle, que abarca la banda edificada al norte de la calle Mequínez y la zona ganada al mar correspondiente con el futuro parque marítimo, cuya ordenación está remitida por el planeamiento vigente a un Plan Especial; el área urbana San Telmo-El Muelle, correspondiente con el borde marítimo vinculado al muelle pesquero y el paseo y la ermita de San Telmo; el núcleo central o fundacional de Puerto de la Cruz, y La Ranilla.

Desde el Consistorio destacan que para llegar a este modelo de ordenación se ha apostado por un proceso participativo. «Se han implementado diferentes herramientas participativas: talleres, transectos, foros, entrevistas, reuniones de trabajo y consultas de opinión a través portal web del conjunto histórico, en el que participaron distintos agentes sociales, personal técnico y personas residentes en el municipio», asegura la institución.

Reestructuración viaria

Otro aspecto relevante es la reestructuración viaria que se plantea. Esta, manifiestan los responsables de la actuación, se apoya en los nuevos accesos contemplados en el proyecto de remodelación de la carretera TF-312 redactado por el Cabildo de Tenerife, «que permitirán convertir la calle Punta de la Carretera en una vía de doble sentido y generar un nuevo punto de acceso directo al conjunto histórico desde la citada carretera». A ese elemento se le añaden unas glorietas que se proponen y que se localizarían en el ámbito del actual campo de fútbol municipal (junto al Peñón), que permitirían desvincular la circulación rodada del futuro puerto deportivo y parque marítimo de la relativa al casco histórico.

Mención aparte merece la iniciativa en materia de aparcamientos. Aquí se propone la «eliminación progresiva» de las plazas existentes en el viario público «para primar los desplazamientos peatonales, en bicicleta o en cualquier medio no motorizado». ¿Y no habría estacionamientos? El Ayuntamiento aclara que, «para garantizar la compensación de la pérdida de plazas de aparcamiento en el espacio público, así como la demanda de aparcamiento de los residentes del casco histórico que no disponen de plaza fija en su inmueble, se mantienen las bolsas de aparcamientos contempladas en el planeamiento vigente, si bien se evalúa el dimensionamiento mínimo de dichas bolsas para garantizar un balance adecuado». La apuesta incluye la definición de unas fases de ejecución de dichas actuaciones, que estarán «vinculadas a la construcción efectiva de las distintas bolsas de aparcamiento».

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