El sabor de Canarias se hace feria en Pinolere

Este mercado supone un balón de oxígeno para ganaderos y queseros - El encuentro incluye una muestra de razas autóctonas y el concurso monográfico del presa canario

Conocer las distintas variedades de queso que existen en Canarias, aplacar el intenso sol y el calor con un buen vino de la tierra o una cerveza artesanal, adquirir artesanía del Archipiélago o conocer todo el patrimonio genético que existe en las Islas admirando sus razas autóctonas. Todo esto ofreció a sus visitantes la décimo tercera Feria del Queso de Canarias que se celebró este fin de semana en Pinolere.

«A pesar de la crisis la gente sigue buscado la calidad del queso canario, valora nuestro trabajo y quieren comer de la forma más natural». Melisa Farrais se mostraba sonriente detrás de su mostrador en la Feria del Queso de Pinolere. Lleva diez años encargándose de la Quesería Antonio y Juana, de Benijos, pero antes que ella lo hicieron sus padres durante otras dos décadas. Valora que a pesar del mal momento económico el consumo, al menos en su quesería, no ha descendido de forma acusada. «Eso sí, si antes compraban un kilo y medio ahora se llevan solo medio kilo, pero vamos tirando». Algo que les ha ayudado a soportar los momentos difíciles que ha atravesado el sector ganadero en Canarias en el último año debido a los sobrecostes. «Es un gran problema, si antes en la alimentación del ganado pagábamos 3.000 ahora es más del doble», explica y aunque han tenido que subir algo el precio del queso que elaboran «no lo puedes repercutir todo porque no lo vendes».

Definitivamente este año no ha sido fácil para los ganaderos isleños. No solo el precio de la alimentación de los animales se ha disparado sino que han tenido que afrontar sobrecostes en la energía y otros insumos. Para muchos la única solución ha sido sacrificar a parte de sus animales para ganar algo de liquidez. «Nosotros los hemos mantenido porque elaboramos el queso nosotros mismos pero para mucha gente es complicado», indica Farrais.  

Por eso, valora todavía más la celebración de ferias como la de Pinolere. «Te encuentras con la gente, te das a conocer, vienen también personas de fuera, haces promoción y eso te da opción a vender más», sostiene. 

De la misma opinión es Juan Carlos Santiuste, de Quesos Bolaños, para quien es muy importante que esta tradición no se pierda. «Damos a conocer nuestros quesos y así este, que era un mundo desconocido, cada vez lo es menos e incluso se valora en el extranjero y la Península». 

Bajo su punto de vista, lo que distingue a los quesos del Archipiélago del resto de variedades es «sin duda alguna» su calidad y asegura que los elaborados con leche de cabra y un extra de maduración son imbatibles, como así lo están demostrando en numerosos concursos internacionales. 

Los asistentes a la feria pudieron degustar las diferentes variedades que los productores se afanaban en promocionar. Pero también hubo oportunidad para refrescarse con una copa de vino canario, probar diferentes cervezas artesanales o adquirir elementos de artesanía. Entre el público muchas familias que acudieron con los más pequeños de la casa para que pudieran conocer de primera mano no solo los sabores de Canarias sino también una parte muy importante de su patrimonio cultural, sus razas autóctonas. Los menores pudieron participar en un taller de ordeño infantil, en el que además pudieron probar la leche recién ordeñada de la cabra y admirar ejemplares de 29 especies únicas en el mundo. 

Pedro Miranda Mesa es el responsable de la muestra que se pudo ver este fin de semana en Pinolere. «Empezamos hace once años y hoy es la feria que tiene una mayor representatividad, incluso hemos traído ejemplares de abeja canaria», explica. Entre los animales que se pudieron admirar estuvieron la vaca canaria y la palmera, la oveja palmera, el burro majorero y hasta un ejemplar de camello canario. Y por supuesto varias razas de perros como el ratonero palmero, el lobo herreño o el presa canario. «Todos ellos son patrimonio de Canarias y queremos que los niños los vean y los conozcan para que no se pierdan porque son parte de nuestra cultura», señala. 

A Miranda Mesa su afición por las razas canarias le viene desde niño. «Soy de La Corujera y en mi casa siempre hemos tenido animales», indica. A su juicio los canarios deberían apreciar más «lo que tenemos aquí porque es un patrimonio genético increíble». Él es además criador de presa canario y acude a concursos en todo el mundo. «Yo tengo mi empresa, esto para mi es un hobby y me cuesta mucho trabajo y dinero», expone y asegura que los criadores «llevamos el nombre de Canarias allá donde vamos, hacemos una promoción gratuita» y lamenta que muchas veces se encuentran con dificultades para viajar desde el Archipiélago con sus animales a los diferentes certámenes. 

Presa Canario

Aunque este domingo el concurso les quedaba muy cerca de casa. La feria de Pinolere acogió el X Concurso Monográfico del Presa Canario en el que participaron 121 ejemplares procedentes de Tenerife, Gran Canaria, Lanzarote o La Palma. José Manuel López, presidente del Club Español Presa Canario, indica que lo que se analiza en este tipo de concursos es la morfología de los animales que se tiene que adaptar lo más posible al estándar de la raza, que fue definido en 1989. Altura, color, posición, todo se mira con lupa. Incluso los andares ya que deben ser elegantes, con un bonito trote y abarcar mucho espacio en sus desplazamientos. 

López recuerda que esta raza autóctona está declarada como Patrimonio Cultural de Canarias. «Mucha gente no le da el valor que tiene, pero estamos entre las diez razas más punteras a nivel mundial». El amor de los criadores por estos perros se extiende a todo el Archipiélago y también trasciende fronteras. «Calculamos que un 30% de las cabaña ganadera del presa canario está fuera de España» y existen ejemplares en lugares tan lejanos como Estados Unidos, Países Bajos o Rusia.

Su gran virtud y la razón por la que se extendió fuera de Canarias es que «es un perro que físicamente impone y es un excelente perro para guardar». En el pasado se utilizaba para cuidar el ganado vacuno pero ahora su cometido está más vinculado a la guarda. «Es además un perro equilibrado, no es agresivo y son muy cariñosos con su familia», apunta. 

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