Coso

Desfile de luz, color y vibración de las batucadas en Los Cristianos

Miles de turistas descubren la ilusión y el espectáculo del carnaval bajo un sol radiante

Miles de personas, muchos residentes, pero muchísimos turistas, se reencontraron o descubrieron la ilusión y la magia del carnaval durante el coso de Los Cristianos, que se celebró en la tarde de este domingo, 26 de marzo. Han tenido que pasar tres años para que este pueblo haya vuelto a vibrar con la fuerza de las batucadas, el color y el movimiento de los bailarines de las comparsas, el desfile de las murgas, así como la gracia de disfraces simpáticos o sorprendentes.

El Ayuntamiento de Arona estimó en unos 10.000 los espectadores que podían congregarse en los márgenes del recorrido establecido en un desfile singular. Poco antes de las 17:00 horas, había gente en las playas de Las Vistas y Los Cristianos, caminando por los paseos, sentada en bares, cafeterías y restaurantes.

Pero otras decidieron aproximarse a ver qué les deparaba una representación de lo que es el carnaval para decenas de grupos o familias, que descargan en actos así sus ganas de bailar, de tocar, de divertirse y de hacer partícipes a los demás de una forma de vivir.

La organización estableció un trayecto de dos kilómetros, que comenzó en el inicio de la avenida Juan Carlos I y finalizó en la calle Valle Menéndez, en las inmediaciones del centro cultural de Los Cristianos. En el primer sector del recorrido había menos concentración de público. Pero, partir de la rotonda con la avenida Londres, la asistencia fue masiva hasta el final del recorrido.

Miles y miles de teléfonos móviles captaron fotos y vídeos de un momento singular. La cuesta hasta llegar al acceso al hotel Princesa Dácil y el tramo de la avenida Ámsterdam en descenso fueron enclaves especialmente vistosos para apreciar la mezcla de colores y movimientos con cierta profundidad.

La comitiva fue encabezada por la comparsa Los Playeritos, que son la cantera de la agrupación Ritmo Sureño. Ambos colectivos son de Los Cristianos, por lo que para todos sus componentes resultó muy especial bailar en "su casa". Y los gritos y los aplausos de apoyo en el último tramo del recorrido así lo reflejaron. La directora general es Silvia Ferrera, mientras que el cuerpo de baile está a cargo de Ainara Ruiz.

Una de sus componentes más jóvenes es Dana Cabello. Primero estuvo en Los Playeritos y, desde 2020, en Ritmo Sureño. Este año, los componentes de dicha comparsa tomaron parte en el coso de Santa Cruz, en el de Los Gigantes y en el de Granadilla. Tras acabar, Dana admite que está un poco cansada, pero que se lo ha pasado muy bien.

Cabello es vecina de Tijoco, en el municipio de Adeje. La movilización para participar en el carnaval con este grupo comenzó en octubre. Tras un ensayo por semana en los primeros meses, cuando se aproximan las apariciones en público aumentan a tres semanales los encuentros de preparación.

Daniel Baute es subdirector, coreógrafo y diseñador de la comparsa Río Orinoco. Opina que "este es uno de los cosos más agradecidos que hay en el Carnaval". Explica que una de las características de este desfile es que se ve gente en todo su recorrido, desde el principio hasta el final. Además, aclara Baute, que entre el público se aprecia "mucha admiración por lo que ve", ya que la mayoría son turistas que descubren el carnaval de esta manera, "y esa admiración nos llena el corazón".

Axel La Serna y Yurena Dorta son de los integrantes de otra comparsa, Los Joroperos. Axel señala que el desfile le ha parecido más rápido que otros años y valora el acto de forma positiva, por la luminosidad que genera el sol en los trajes. Dorta califica la experiencia de este domingo de "gratificante". Está vinculada a esta agrupación desde hace seis años, pero como componente general, tan sólo dos.

Uno de los colectivos numerosos que siguen a las primeras comparsas son unas geishas. Entre ellas figura una concejal del consistorio de Arona, Elena Cabello. Explica que este colectivo está formado, en su inmensa mayoría, por mujeres vinculadas a diferentes colectivos de mayores del municipio sureño.

Comenta que, durante muchos meses al año, integrantes de estos grupos de la Tercera Edad elaboran estos disfraces e, incluso, colaboran en realizar el traje que representa a la candidata de cada barrio a la gala de la Reina de los Mayores en el Carnaval de Los Cristianos.

Los disfraces de geishas estaban elaborados para el Carnaval de 2020, que nunca llegó a celebrarse. Para este colectivo, ayer también fue un reencuentro con una de sus jornadas festivas. Cabello admite que en estos tres años es posible que algunas de esas personas ya no estén. Pero este domingo fue el momento de vivir la fiesta.

Otro de los grupos que bailó en Los Cristianos fue la comparsa ¡Ay Caramba!, creada hace cuatro años y cuya directora es Elena Morales. Este colectivo se presentó en el coso sin haber realizado un ensayo. Elena dice que está desfallecida y por eso sigue sentada en el borde de una poceta.

"Me animaron", aclara. Se refiere al resto de los integrantes de la formación. "Creo que no quieren que me muera", aclara con espontaneidad. Tiene el pelo muy corto. Afirma: "tengo cáncer". Se lo diagnosticaron hace justo un año, en marzo de 2022. Ella ha decidido exponer en internet su enfermedad. Se muestra positiva y dispuesta a vivir con intensidad cada instante. Es la otra cara del carnaval, donde la gente se sobrepone a la adversidad a través del baile y en un espacio de fiesta y diversión.

Entre los presentes se halla la batucada Knadum, de Cabo Blanco. Uno de sus integrantes es Isaac Benítez, que explica que su actividad la desarrollan por toda la isla. Pero Los Cristianos resulta especial: "es mi pueblo, hay que darlo todo", comenta con una sonrisa.

Una de las bailadoras de Cariocas es Begoña Martín. Al finalizar el recorrido, señala que "hace mucho calor, pero como voy disfrutando se me ha hecho más corto". Advierte de que "hay que ponerle ganas". Lleva una década en esta formación. Señala que en el coso de Los Cristianos "hay muchos turistas, que animan más, se ve a más gente que en otros sitios", excepto en Santa Cruz, "y el clima ayuda". Para ella, cuando baila ante el público, es capaz de "soltar toda la adrenalina" y, a pesar del cansancio físico, que llegará más tarde, la satisfacción no la puede describir. "Eso sólo se siente si eres carnavalero", apunta.