Una obra de ingeniería pionera en el mundo permitirá unir las redes eléctricas de Tenerife y La Gomera a través de un cable de más de 42 kilómetros de longitud. Red Eléctrica, empresa del Grupo Redeia, invierte 114 millones de euros en una actuación que oficialmente comenzó este lunes 20 de marzo de 2023 y que permitirá generar un sistema conjunto «más robusto, eficiente y sostenible» que también abrirá la puerta a que La Gomera pueda abastecerse al 100% con energías limpias.
El cable, que lleva fibra óptica integrada, recorrerá más de seis kilómetros bajo tierra y otros 36 bajo el mar, a una profundidad récord de 1.145 metros, lo que convertirá a este cable de corriente alterna tripolar en «el más profundo del mundo», según informó la presidenta de Redeia, Beatriz Corredor. También subrayó durante la presentación de este lunes en el emplazamiento de la futura subestación de Chío que esta conexión «será un hito tecnológico» por detalles como el gran peso del cable, «que obligará a utilizar un barco especial para tenderlo, capaz de soportar su peso y tracción». Cada metro de cable pesa unos 50 kilos, unos 50.000 kilos por kilómetro, más de 1.800 toneladas en total.
El sistema eléctrico en Canarias es «aislado y ultraperiférico», advirtió Corredor, por lo que la unión existente entre Fuerteventura y Lanzarote, y la que acaba de comenzar entre Tenerife y La Gomera, permitirán «hacer ese sistema cada vez más grande, seguro y estable». Unas actuaciones que servirán para avanzar en la descarbonización del Archipiélago mediante el desarrollo de las energías renovables y de sistemas de almacenamiento, como las centrales de bombeo.
Gracias a este nuevo enlace, cuya puesta en servicio está prevista en 2025, La Gomera será capaz de generar más energía renovable que la demanda total de la isla, lo que permitirá que Tenerife aproveche los excedentes gomeros.
Red Eléctrica destina 114 millones a la instalación del cable tripolar más profundo del planeta, a un máximo de 1.145 metros
El presidente de Canarias, Ángel Víctor Torres, subrayó que este proyecto es «un paso más hacia la total descarbonización de Canarias en 2040» y «facilitará la reducción de los costes de generación eléctrica y contribuirá a la menor dependencia de los combustibles fósiles, a la vez que produce una mejora medioambiental». Contribuye a seguir avanzando en la mayor participación de las energías renovables en el balance energético de Canarias, «que en este mandato ha pasado del 10 al 20%».
El Comisionado para el Impulso de la Energía Sostenible en Sistema Insulares, Marc Pons, dijo que «el Gobierno de España quiere hacer de los archipiélagos la punta de lanza de la descarbonización del país. Territorios sobre los que favorecer iniciativas replicables en el continente, con el objetivo de acelerar una transición energética imparable».
Cinco nuevos parques eólicos
El presidente del Cabildo de La Gomera, Casimiro Curbelo, avanzó que, con la puesta en marcha de cinco nuevos parques eólicos en su isla, «se podrá generar más energía de la que actualmente consume» y, con esta interconexión eléctrica, será posible transportar ese excedente a Tenerife y contribuir a robustecer sistemas que «son muy frágiles y evitar nuevos ceros energéticos».
El vicepresidente insular, Enrique Arriaga, valoró «el esfuerzo de administraciones y empresas para reducir la huella de carbono». Y la alcaldesa de Guía de Isora, Josefa Mesa, concluyó que «el futuro pasa por proyectos como éste, que apuestan por la sostenibilidad y que supondrán un beneficio para los habitantes de ambas islas».
114 millones de euros
La inversión prevista en la compleja obra de este nuevo enlace eléctrico submarino supera los 114 millones de euros, y se espera que pueda entrar en servicio en el año 2025.
6,2 kilómetros bajo tierra
Antes de sumergirse en el fondo marino, el cable que unirá las redes eléctricas de ambas islas recorrerá soterrado 5,3 kilómetros en Tenerife y casi un kilómetro en La Gomera.
36 kilómetros bajo el mar
Esta línea de doble circuito de 66 kV, en corriente alterna, discurrirá durante 36 kilómetros bajo el mar, a profundidades de hasta 1.145 metros. Un récord para un cable de este tipo.