Medio Ambiente

El Cabildo realiza necropsias para aclarar la muerte de los frailecillos en Tenerife

Loro Parque se muestra dispuesto a colaborar con las autoridades y a ofrecer «una alternativa a la eutanasia» con animales rescatados que ya no pueden ser liberados

Un frailecillo en Loro Parque.

Un frailecillo en Loro Parque. / El Día

El Cabildo de Tenerife espera disponer hoy de los resultados de las necropsias practicadas a algunos de los más de 140 ejemplares de frailecillos del Atlántico que han aparecido muertos en las costas de la isla, sobre todo en el Norte, en los últimos días. Estos informes servirán para determinar la causa exacta del fallecimiento de estas aves que se cree que han sido desplazadas de su hábitat natural por fuertes tormentas. Algunos frailecillos han llegado con vida, pero debido a su extrema debilidad y mal estado «han fallecido a las pocas horas», según indican fuentes del Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de La Tahonilla, dependiente de la administración insular.

Frailecillos en las instalaciones de Loro Parque, en Puerto de la Cruz. | | EL DÍA

Frailecillos en las instalaciones de Loro Parque, en Puerto de la Cruz. | | EL DÍA / Raúl Sánchez

Loro Parque, que cuida de un grupo de frailecillos en sus instalaciones de Puerto de la Cruz desde el año 2003, señala que «siempre estamos dispuestos a colaborar con las autoridades y a ofrecer una alternativa a la eutanasia con estos animales rescatados que no se pueden devolver a la naturaleza, tal y como ha sucedido con la pingüino Geisha, la tortuga Federica o la orca Morgan, entre muchos otros».

Rafael Zamora, director científico de Loro Parque Fundación, indica, respecto a la aparición de frailecillos muertos o moribundos en Tenerife y el resto de Canarias, que «se trata de un fenómeno incipiente del que ya teníamos referencias en 2022, con varios casos de ejemplares de frailecillos detectados en Canarias. En Loro Parque, por ser un centro zoológico acreditado que mantiene la especie bajo cuidado humano, somos consultados con frecuencia para aportar los parámetros clínicos y de manejo para la especie, que son fundamentales en los casos de rescate y rehabilitación».

«En el año 2019 recibimos un ejemplar rescatado desde el Consorcio para la Recuperación de Fauna de las Islas Baleares. El ave era irrecuperable para su reintroducción en el medio natural por las lesiones que había sufrido, siendo acogido en el grupo de frailecillos de Loro Parque», recuerda Zamora. «En la actualidad estamos en contacto con la Sociedad Ornitológica Canaria (SOC), que nos ha ido informando de los diferentes avistamientos en el archipiélago y a los que aportamos datos de primeros auxilios para la especie. Por otro lado, a través de Poema del Mar en Gran Canaria, nuestro veterinario Ángel Curros está dando apoyo al Centro de Recuperación de Fauna Silvestre cada vez que es necesario».

SEO Bird Life señala que el área de cría de los frailecillos atlánticos «se extiende por todo el Atlántico Norte, así como por los mares árticos. En el continente europeo ocupa las costas de Escandinavia, Islandia, Gran Bretaña y el norte de Francia, enclave que constituye el límite meridional de su área de distribución estival». Su población mundial se estima en unos seis millones de parejas reproductoras, «de las que prácticamente el 50% se concentra en Islandia, el 20% en Noruega, el 10% en Gran Bretaña, y el resto repartido por otras zonas del Atlántico Norte, incluidas Groenlandia y Canadá. Aunque se trata de una de las aves marinas más comunes de cuantas habitan estas frías regiones, en los últimos tiempos ha experimentado una considerable regresión en buena parte de su área de cría».

La aparición de cientos de ejemplares muertos en áreas donde no son nada habituales, como Madeira, Canarias o Marruecos, ha causado preocupación entre los expertos, que tratan de analizar el origen y el alcance de este fenómeno. El Cabildo de Tenerife también trata de arrojar luz sobre este inusual fenómeno, al igual que la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), que recientemente abrió una investigación para tratar de determinar por qué han llegado más de 300 frailecillos a morir a Canarias, a más de 3.500 kilómetros de su hábitat.

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