«Los trabajadores de Titsa estamos preparados para afrontar la gratuidad»

El Comité de Empresa admite la «incertidumbre» ante la entrada en vigor el 1 de enero de las bonificaciones pero garantiza que se cumplirá la medida «por nuestra profesionalidad»

Pasajeros a punto de subirse a la guagua de la línea 015 en el Intercambiador de La Laguna.

Pasajeros a punto de subirse a la guagua de la línea 015 en el Intercambiador de La Laguna. / Delia Padrón

«Los trabajadores de Titsa estamos preparados para afrontar la gratuidad en el transporte público a partir del próximo 1 de enero». Así de rotundos se manifiestan Carlos Hernández Velázquez y Víctor González Cabrera, presidente y miembro, respectivamente, del Comité de Empresa de la compañía de las guaguas públicas del Cabildo. Reconocen que en la plantilla hay «cierta incertidumbre» y «algunas dudas» ante la entrada en vigor de la medida para beneficiar a los usuarios con bono. Además, tienen claro que, como ya ocurrió con el descuento del 50%, aplicado desde septiembre, «habrá problemas los primeros meses».

Consideran los representantes del colectivo que «se ha perdido un tiempo precioso desde agosto –cuando lo anunció el Gobierno de España– para organizarse y tenerlo todo previsto», pero garantizan que «saldrá adelante por la profesionalidad de todos los compañeros». Insisten en que hablan de los 1.800, no solo conductores, sino mecánicos, administrativos, inspectores, servicio técnico, etcétera». Calculan que Titsa es «la tercera empresa del país» en el sector del transporte. Otra apuesta es la de fomentar campañas informativas potentes que conciencien a la ciudadanía.

Ambos portavoces de la plantilla pertenecen a Intersindical Canaria (IC), fuerza mayoritaria con 43 delegados, el 60,5%, en un comité único de 72, tras las elecciones de 2019. Comparan la que se avecina ante una demanda que aumentará a partir del 1 de enero –entre un 7% y un 20% según las líneas- con lo ocurrido tras el descuento a la mitad de precio para los viajeros frecuentes: «Supone un salto importante y complicado al principio aunque a medida que la gente se adapte a una gratuidad que se obtiene a partir del viaje número 16 con el uso de bono, se ordenará todo poco a poco».

Cierta incertidumbre

Hernández y González expresan la «incertidumbre» de los conductores ante la nueva realidad. Explican que «a favor está que la guagua tiene un usuario habitual que ya conoce el sistema a partir de la creación de la tarjeta Ten+ hace unos años». Añaden que «ya ocurrió con el descuento para niños menores de 10 años. Siempre habrá quien esté despistado, la mayoría, o algún pícaro pero se explica; el pan de cada día para el conductor es lidiar con la gente».

Lo que más les preocupa «es la parte económica». Argumentan que «sufrimos en 2012 una situación de crisis que nos llevó a un ERTE para salvar la compañía y los puestos de trabajo». Subrayan que el proceso actual «parece regulado, presupuestado y con una normativa clara que emanada de la ley pero nos mantenemos vigilantes». También con la financiación «porque es necesaria una inversión importante». Luego están los factores externos y de pronóstico impredecible de cara a 2023 como la guerra en Ucrania, los precios del combustible o las elecciones locales de mayo. Por eso, sentencian, «lo que es muy bonito ahora, puede resultar una catástrofe a finales del año que viene».

Respecto a la formación de nuevos conductores matizan que «no se impulsa ahora exactamente para afrontar el aumento de la demanda sino que se trata de una promoción convocada en 2019 y paralizada por la pandemia». En esta bolsa quedarán 230 conductores que «van a entrar todos con las mismas condiciones que el resto desde el minuto 1 como siempre en esta empresa», subrayan.

Pero existe una media de 50 jubilaciones al año y hay que afrontar un déficit de los cuatro últimos. Es decir, unos 200 trabajadores menos. Por tanto, «entran, más o menos, unos por otros que salen». En 2023 «estaremos casi en el mismo número de plantilla que en 2019». Añaden que «el personal de prejubilaciones, entre 62 y 65 años, está incluido».

Hernández valora: «2019 fue uno de los mejores años de Titsa y el dato positivo se repite en 2022, entre otras cosas por el descuento del 50%. Pero en 2020 y 2021, durante la pandemia, no se hicieron las políticas necesarias, como la compra de vehículos, que pueden tardar hasta años en llegar por la carencia de suministros». Uno de los principales problemas es esa carencia de guaguas. Pese a ello, aseguran que «vamos a sacarlo adelante por el compromiso de una plantilla muy profesional».

Hernández reflexiona: «Se ha visto una evolución muy potente en los últimos años con herramientas como el Big Data que permite cuantificar y analizar el pasaje en minutos o el sistema de explotación». La gratuidad ha llegado ahora y «no se han aprovechado del todo estos recursos».

Los trabajadores recuerdan el preaviso de huelga para el pasado 7 de septiembre «por diversos incumplimientos del convenio colectivo·. La movilización fue desconvocada por lo que entendían los sindicatos como un «exceso de servicios mínimos, un 75%, que nombró el dueño de la empresa, el Cabildo». Eso está denunciado. Tampoco están de acuerdo con algunos despidos que pretendían sustituir por otro tipo de sanciones aunque algunos casos reconocen que «son indefendibles». El conflicto queda latente.

La diferencia con el tranvía

Valoran desde Titsa el contacto frecuente con «los 150 compañeros del tranvía, pero su realidad es muy diferente. Los ponen dobles si tienen la necesidad de hacerlo y ganan mucha más capacidad aunque meter más suponga complicar el tráfico en la ciudad».

Los conductores no quieren ser los malos de la película. Aclaran: «Defendemos el transporte gratuito pero sostenible. Los carriles bus vao en toda la Isla son claves y potenciar el transporte público en guagua. Tal vez hayan pensado demasiado en los trenes».

También reconocen que hay gente que hoy se queda en las paradas sobre todo en el sur: «Es fundamental mejorar estas líneas pero hay «una parte de población incontrolable porque no sabes los turistas que puedan estar alojados como población flotante. Ese crecimiento exponencial hay que tenerlo en cuenta y nos preocupa».

Pese a expresar dudas ante la falta de guaguas y las dificultades de los primeros meses concluyen: «Con nuestra profesionalidad y experiencia seguro que vamos a superar este reto de la gratuidad».

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