Oro para las empresas centenarias de La Orotava

El Ayuntamiento villero otorga su máximo galardón institucional a los 14 negocios más veteranos del municipio, todos con más de un siglo de existencia

El salón de plenos del Ayuntamiento villero acogió la entrega de las medallas de oro a las empresas centenarias

El salón de plenos del Ayuntamiento villero acogió la entrega de las medallas de oro a las empresas centenarias / ENRIQUE MORA

El municipio de La Orotava puede presumir de una importante vida comercial y económica en el presente, que en ocasiones hunde sus raíces en una tradición de negocio capaz de mantenerse viva durante siglos. En un mundo como el actual, con cambios constantes y veloces, no es común que las empresas sean capaces de resistir demasiado tiempo. Las elegidas para subsistir son una relevante minoría, valiosas excepciones que el Ayuntamiento de La Orotava ha querido reconocer con su máxima distinción institucional: la Medalla de Oro de la Villa. La han recibido sus 14 empresas centenarias, un grupo heterogéneo que incluye a dos molinos del siglo XVI y XVII; un bar, una farmacia y unos almacenes textiles del siglo XIX, y un puñado de negocios surgidos a principios del siglo XX: Calzados Afonso (1904), Ferretería Orotava (1904), Panadería Santiago (1906), Comercio García Feo (1909), La Fast (1914), la Confitería y Café Taoro (1916), el Quiosco de la plaza (1916), La Venta Nueva (1918) y el Bar Fariña (1920).

Los más veteranos son el Molino de Gofio de Chano, construido a principios del siglo XVI por Bartolomé Benítez de Lugo (en torno a 1514), y el Molino de Gofio La Máquina, mandado a construir en 1634 por Juan de Ponte, en el siglo XVII. Ambos se mantienen en activo y siguen tostando y moliendo grano para elaborar diferentes tipos de gofio. Son historia viva de las islas Canarias.

En el siglo XIX, el de Napoleón, Darwin, la revolución industrial y la desintegración del imperio español, en La Orotava se pusieron en marcha un bar, una farmacia y un negocio textil que aún se mantienen en activo. Son la Farmacia Fuentes (1879), los Almacenes Herreros (1898) y el Bar Chucho-Casa Emiliano (1899), en La Cruz del Teide. Esta farmacia, un negocio familiar fundado por Saturio Fuentes González, está en manos de una cuarta generación que aún conserva parte de su antiguo mobiliario y decoración.

Del siglo XVI al XXI

La Villa rindió homenaje a dos molinos del siglo XVI y XVII; un bar, una farmacia y unos almacenes textiles del siglo XIX, y otros nueve negocios surgidos a principios del siglo XX: Calzados Afonso (1904), Ferretería Orotava (1904), Panadería Santiago (1906), Comercio García Feo (1909), La Fast (1914), Confitería y Café Taoro (1916), La Venta Nueva (1918), el Quiosco de la plaza (1916) y el Bar Fariña (1920).

En 1898, el año en que España perdió Cuba, Filipinas, Puerto Rico y Guam, un sastre llamado Miguel Herreros González creó un negocio textil que sus herederos, ya por la cuarta generación, mantienen activo en las islas y con líneas de negocio internacionales que han llegado a países como Senegal o China.

La lista se completa con los otros nueve negocios que iniciaron su actividad a principios del siglo XX, entre 1904 y 1920. Como Calzados Afonso y la Ferretería Orotava, ubicados ambos desde 1904 en la calle Carrera, muy cerca del Ayuntamiento villero. O el Comercio García Feo, fundado por Casiano García Feo, originario de Granadilla de Abona, en 1909. Vendía «casi de todo», pero especialmente productos de consumo agrario, especializándose posteriormente en la venta de productos textiles, con el nombre Tejidos García Feo.

Un sastre llamado Miguel Herreros puso en marcha un negocio textil en La Orotava cuando España perdió Cuba, Filipinas, Puerto Rico y Guam

También la pastelería artesanal más antigua de Canarias, fundada en 1916 por el alemán Egón Alfred Wende, que sigue endulzando la vida de los villeros y de sus visitantes. La histórica Casa Egon, que se mantiene más viva que nunca. O la Panadería Santiago, fundada en 1906 por Rosalía Sálamo y luego regentada por su hijo Santiago Bautista Sálamo. Ahora dirigida por una tercera generación.

La entrega de estas 14 Medallas de Oro de La Orotava a sus empresas centenarias es un homenaje a su trayectoria, historia y aportación al desarrollo de la economía local, que ya había sido reconocido públicamente a la mayoría de estos establecimientos en los años 2017 y 2019, cuando también recibieron la Medalla de Oro del Cabildo de Tenerife. Ahora el Ayuntamiento villero anuncia que todas formarán parte de un libro y de un vídeo documental «para que se pueda conocer la historia y la singularidad de cada uno, dando voz a los principales protagonistas de estos centenarios negocios que son reflejo de muchos otros de la Villa en los que prima la familiaridad, el compromiso, el trabajo, la constancia, el esfuerzo, la lucha y la capacidad de superar muchos obstáculos y situaciones complejas».

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