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La Universidad de La Laguna descarta modificar horarios para reducir las colas en la TF-5

La rectora de la ULL, Rosa Aguilar, afirma que «si esos cambios fueran posibles», ya los habrían aplicado

Las colas de la TF-5 en dirección Santa Cruz de Tenerife forman parte del paisaje insular desde los años 90 del siglo XX. | | MARÍA PISACA María Pisaca

La rectora de la Universidad de La Laguna (ULL), Rosa Aguilar, reconoce a EL DÍA que la institución académica descarta modificar sus horarios para tratar de reducir los atascos mañaneros en la autopista del Norte (TF-5), por considerar que esta propuesta es inviable para la organización de los turnos de mañana y tarde, y para el uso compartido de diferentes instalaciones. «Si esos cambios fueran posibles, ya los habríamos aplicado», respondió Aguilar a quienes han insistido en los últimos días en que la ULL debía retocar sus horarios para eliminar vehículos de la TF-5 a primera hora de la mañana.

«La ULL está dispuesta a colaborar y ayudar a la sociedad tinerfeña ante este problema y, de hecho, estamos elaborando un plan de movilidad sostenible, tenemos una cátedra que trabaja en esto y, precisamente esta semana, hay varias reuniones para la puesta en común de propuestas de miembros de la comunidad universitaria», detalla.

Para la rectora, «ayudar a la sociedad es uno de nuestros principales objetivos. Sin embargo, retrasar la entrada es imposible porque se solaparían los turnos de mañana y de tarde que, en determinados edificios, son de la misma titulación, pero en otros son de titulaciones diferentes. La situación de las infraestructuras en la Universidad de La Laguna no pasa por su mejor momento y tenemos grandes necesidades de aulas, por lo que los edificios deben usarse mañana y tarde, y eso hace imposible establecer cambios. Tendríamos que dejar de dar docencia para retrasar el inicio de las clases».

Más residencias estudiantiles

Aunque no es una propuesta formal, sino una idea que la rectora plantea «al aire», indica que «quizás podrían estudiarse fórmulas para acercar a la población estudiantil del norte de Tenerife a los campus, ubicados en el área metropolitana». La idea sería que los alumnos norteños de la ULL «no tuvieran que desplazarse cada día, sino que pudieran quedarse entre semana en nuestros colegios mayores y residencias, que deberían contar con más plazas disponibles. Y eso también evitaría ese exceso de tráfico, aunque conllevaría una inversión y no sería algo inmediato».

La Universidad de La Laguna cuenta en la actualidad con unos 3.000 alumnos «matriculados en al menos una asignatura del turno de mañana» que residen en municipios del Norte. «Evidentemente, esos 3.000 no se trasladan todos los días por la TF-5, puesto que habrá algunos que ya residan en el área metropolitana», recalca Aguilar. Para conocer mejor cómo se desplazan y qué alternativas existen, en ese plan de movilidad se incluye una encuesta dirigida a este colectivo. Además, se quiere fomentar el uso del transporte público y ese cambio de domicilio temporal a las residencias y colegios mayores. Eso evitaría «muchos traslados» y reduciría las emisiones contaminantes, «al igual que el coche compartido».

«La estrategia de reservar plazas de aparcamientos para Vehículos con Alta Ocupación (VAO) no ha funcionado. Se han hecho pruebas también para incentivar el uso del coche compartido mediante aplicaciones, pero tampoco han tenido los resultados que esperábamos. Pese a todo, en la ULL seguimos dispuestos a colaborar, creo que es una obligación para nosotros y para el resto de la sociedad», sentencia Aguilar.

Casi 11.000 firmas sin respuesta

En octubre de 2017, el exedil orotavense José Manuel Hernández puso en marcha la iniciativa Hartas de los atascos. Soluciones a la autopista del Norte de Tenerife, que reunió 10.906 firmas, que fueron entregadas al Cabildo y al Gobierno canario. Hernández lamenta que «ni siquiera se dignaran a contestar» y sigue sufriendo a diario los atascos de la TF-5. Desde hace tiempo prefiere pasarlos en guagua, donde pierde el mismo tiempo pero al menos reduce costes. Cinco años después de aquella movilización, da por hecho que se jubilará y, como el dinosaurio del cuento de Monterroso, «las colas todavía estarán ahí». Esta iniciativa solicitaba al Cabildo y al Gobierno que antes de finalizar 2017 iniciaran «un programa de actuación, consensuado y respetuoso con el medio, para solucionar los atascos».

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