La pesadilla de las colas de la autopista del Norte (TF-5) va para largo. Comenzaron hace más de 30 años y no se vislumbra ninguna solución a corto plazo. Con más de 100.000 vehículos diarios, y subiendo, el colapso sigue asegurado. El vicepresidente del Cabildo de Tenerife y consejero de Carreteras y Movilidad, Enrique Arriaga (Cs), se sinceró ayer y reconoció que la situación apenas cambiará «al menos hasta 2028». A su juicio, el final de estos atascos desesperantes depende de dos grandes obras que debe ejecutar el Gobierno de Canarias y que están incluidas en el convenio de carreteras con el Estado: la circunvalación de La Laguna y el tercer carril entre Los Rodeos y La Orotava, que posibilitaría el carril Bus VAO. La primera se espera que «salga en breve a licitación» y la segunda aún está en fase de redacción. «Ambas requerirán unos 5 años de ejecución, por lo que no podrán estar disponibles al menos hasta 2028», sentencia Arriaga.
La construcción del tercer carril entre La Orotava y el aeropuerto Tenerife Norte será una obra muy complicada que, además, requerirá de numerosas expropiaciones. Esta primera fase del trabajo será especialmente dificultosa en un entorno en el que muchas viviendas y edificaciones se ubican en los márgenes de la TF-5, concretamente en Tacoronte, El Sauzal, La Matanza, La Victoria, Santa Úrsula y La Orotava.
«Ojalá pudiéramos hacer magia», subraya el vicepresidente del Cabildo de Tenerife, «pero hay obras que debieron ejecutarse hace muchos años y no podemos engañar a la gente». A su juicio, existen otras acciones complementarias que «no resolverán todo el problema de la TF-5, pero pueden ayudar algo», como la pasarela del Padre Anchieta, el túnel de la carretera de La Esperanza (TF-24) o los nuevos tramos de carril bus entre Santa Cruz y La Laguna.
«Hay obras que debieron ejecutarse hace años; no se puede engañar a la gente»
Otra actuación clave para el futuro de la TF-5 será el cierre del tramo del anillo insular entre El Tanque y Santiago del Teide, por el noroeste de la isla, que podría ayudar a reducir la afluencia de tráfico desde el Norte hacia el área metropolitana. Esta obra se adjudicó en 2019 por más de 252 millones de euros, con un plazo de ejecución de 4 años, que concluye a finales de 2023, aunque difícilmente se cumplirá. Su presupuesto se ha incrementado este año en 3,7 millones de euros por la revisión de precios. El Gobierno de Canarias calcula que la puesta en servicio de este tramo atraerá una media diaria de 28.000 vehículos que van del Norte al Sur.
Si este tramo del anillo insular entra en servicio en 2024, tras cinco años de trabajos, podría tener una influencia positiva en la TF-5. Sin embargo, aún están pendientes dos tramos más. El que debe unir Buen Paso (Icod de los Vinos), La Guancha y San Juan de la Rambla, que salió a exposición pública a finales de 2021 y tiene un coste de 175 millones de euros. Y el más complicado, el que debe unir el final de la autopista en Los Realejos con San Juan de la Rambla.
«El cierre del Anillo Insular se notará también en la autopista»
Arriaga recuerda que son obras que dependen del Gobierno de Canarias, cuyo desarrollo también se demorará varios años. Sí considera que cuando esté en servicio el tramo en obras «se notará, ya que los cálculos establecen que será mucho más rentable ir al Sur por el Norte, al menos desde Tacoronte. Y eso descongestionará algo la TF-5». La duda la siembra el «cuello de botella» que se formará entre Los Realejos y Buen Paso, en Icod de los Vinos. La mejora del último tramo, entre San Juan de la Rambla y el municipio del Drago, será la primera en ejecutarse. Para el tramo más conflictivo, que ya se paró en 2002 por la contestación social, de momento sólo está en marcha el estudio de alternativas.
Arriaga adelanta que en ese estudio de alternativas de trazado para el último tramo del anillo insular cobra fuerza el uso de túneles y viaductos que «permitan construir una carretera mucho más recta que la actual, que quedaría como una vía de servicios para los núcleos de población de la costa». Para el consejero insular de Carreteras, el objetivo será «construir una nueva vía con túneles que afecten lo menos posible al paisaje y a los espacios protegidos de esta zona del Norte».
El presidente del Cabildo de Tenerife, Pedro Martín (PSOE), no se mostró ayer tan pesimista como Enrique Arriaga y aseguró a EL DÍA que «si se desbloquean las evaluaciones ambientales de esos proyectos claves para la autopista del Norte (TF-5), podríamos empezar a ver obras en marcha el próximo año».
«Demasiados coches»
El consejero regional de Obras Públicas, Sebastián Franquis (PSOE), declaró en Cope Tenerife que el problema de la isla es que «hay demasiados coches y es necesario fomentar el transporte público». También reconoció que las obras que están en marcha o planificadas sí son necesarias «porque faltan infraestructuras o las que hay son deficitarias». Dijo que «Tenerife es la isla con más vehículos por habitante y uno de los lugares de España con una mayor cantidad, por lo que habría que potenciar mucho el transporte público».
Enrique Arriaga apuntó que el exceso de vehículos «no es algo exclusivo de Tenerife», donde se trabaja en el fomento del transporte colectivo. Sin embargo, en la isla se ha producido en los últimos años un fenómeno preocupante: «Aunque crecen los usuarios del transporte público, también se incrementa el uso de vehículos particulares. Hemos pasado de una media de 2,5 a 3,2 trayectos al día por vehículo».
