La emblemática plaza del Ayuntamiento de La Orotava luce ya una nueva imagen y diversas reformas que también permiten adaptar mejor este espacio a las tareas de confección de la gran alfombra de tierras del Teide con motivo de las fiestas del Corpus Christi. Esta rehabilitación, que ha tenido un coste que supera los 325.000 euros, concluye a tiempo para que, a partir del próximo lunes 7, comience a instalarse el Belén gigante que cada Navidad atrae a miles de visitantes a la Villa.
El edil de Infraestructuras, Narciso Pérez (CC), detalla que la piedra elegida supone una importante mejora de calidad, «puesto que el pavimento anterior era de losetas de hormigón». Una piedra seleccionada también tras realizar numerosas pruebas de resistencia «incluso a las manchas de vino», pensando en los bailes de las fiestas villeras. Sin embargo, entre sus nuevas características destacan las mejoras introducidas para que la plaza se adapte de la mejor manera posible a la magna obra de arte efímero que cada año cautiva a vecinos y visitantes. Aparte del perfeccionamiento de toda la superficie, exenta ahora de irregularidades, el recinto cuenta con un sistema de drenaje oculto bajo la piedra que garantiza que el agua no afecte al proceso, al canalizar de forma correcta las escorrentías de las escaleras, los laterales y las farolas centrales. También se ha marcado el eje exacto de la plaza, que anteriormente «no estaba a escuadra».
El nuevo sistema de drenaje evitará acumulaciones de agua alrededor de las farolas centrales
Bajo el pavimento de piedra se encuentra soterrada también una estructura diseñada para el soporte del futuro toldo que deberá proteger la alfombra de tierras del Teide durante las semanas que dura su elaboración.
Tras casi un año de trabajos, con un parón incluido para que pudiera elaborarse la alfombra del Corpus de 2022, la plaza ha recuperado el esplendor perdido con el paso de los años. La historia de esta plaza comenzó a gestarse en 1895, cuando se encargó al arquitecto Antonio Pintor Ocete un primer proyecto. Las dificultades económicas por las que atravesaban las arcas municipales, centradas en acabar la obra del edificio del Ayuntamiento, impidieron el comienzo de las obras de urbanización de la entonces plaza Alfonso XIII hasta el mes de junio de 1911. Con un proyecto de Mariano Estanga y una aportación económica del alcalde Tomás Pérez, la plaza se pudo inaugurar en abril de 1912. Justo un siglo después, en 2022, ha concluido su primera gran reforma. En la plaza pueden verse ahora una baldosa original con la fecha en que se pavimentó por primera vez y otra, recién colocada, con el año de su rehabilitación.
El alcalde villero, FranciscoLinares (CC), ha mostrado su satisfacción por «el buen resultado de las obras, ya que se ofrece nueva imagen y recupera su esplendor, pero manteniendo su esencia y sus características», gracias al proyecto y la dirección de obra de Miguel Ángel García, que también forma parte del equipo de alfombristas que cada año diseña el magno tapiz de la plaza.
Linares recordó que esta importante obra es la culminación de varias etapas de trabajo, que «comenzaron en 2016 con la renovación de todos los espacios verdes del recinto, la instalación del sistema de riego automatizado y la adecuación de la fuente e incorporación de alumbrado nocturno». En el 2018 se renovó el alumbrado público, se eliminaron las barreras arquitectónicas y se rehabilitó la balaustrada y se descubrió la cornisa de piedra perimetral.
