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Tacoronte | Un centro de referencia de la formación profesional canaria

La esperanza del campo canario

La Escuela de Capacitación Agraria forma a los alumnos que garantizan el relevo generacional en el sector primario isleño

La Escuela de Capacitación Agraria ocupa más de 17 hectáreas en Guayonge, en Tacoronte, donde el alumnado aprende a manejar maquinaria, una gran diversidad de tipos de cultivos, herramientas y técnicas como la poda, el cuidado del ganado o el trabajo en laboratorio. María Pisaca

Esta gran desconocida evita la extinción de especies autóctonas de cabras y ovejas; experimenta con plantas forrajeras para abaratar costes; introduce frutales raros; produce nuevos quesos, vinos, cervezas y licores; cría insectos que luchan contra plagas, y apoya el uso de drones en agricultura.

La Escuela de Capacitación Agraria (ECA) de Tacoronte ocupa unas 17 hectáreas de terreno en el norte de Tenerife en las que se decide el futuro del campo canario. En sus aulas, huertos, invernaderos, corrales y laboratorios estudian unos 200 alumnos de las islas que reciben una formación integral que garantiza el relevo generacional en la agricultura y la ganadería. Este centro formativo, que depende de la Consejería de Agricultura, Ganadería y Pesca del Gobierno de Canarias, tiene décadas de historia, pero continúa siendo un gran desconocido que, sin hacer demasiado ruido, evita la extinción de especies autóctonas de cabras y ovejas; experimenta con plantas forrajeras para abaratar los costes a los ganaderos; introduce frutales raros; innova en agricultura ecológica; produce nuevos quesos, vinos, cervezas, quesos y licores; cría insectos que luchan contra las plagas; forma a los que cuidarán los montes y jardines que embellecen el Archipiélago; colabora en proyectos para el uso de drones en agricultura, y trata de optimizar los cultivos de productos tan variados como el aguacate, el plátano, la papa, la pitaya, las flores, los viñedos, el mango o la calabaza, entre otros.

La esperanza del campo canario

Fundada por el Cabildo

Esta escuela, fundada hace 54 años por el Cabildo de Tenerife, imparte enseñanzas de formación profesional reglada y cursos específicos que crean la cantera que da vida al campo canario en el siglo XXI. Dotada con una residencia de estudiantes, donde pueden vivir mientras se forman, se asemeja a una universidad de lo rural, aunque lo que imparte son ciclos formativos de grado medio y superior. En sus instalaciones de Guayonge es posible titularse como técnico en aprovechamiento y conservación del medio natural, técnico en producción agropecuaria, técnico superior en vitivinicultura, técnico superior en paisajismo y medio rural, técnico superior en gestión forestal y del medio natural o técnico en jardinería y floristería.

La esperanza del campo canario

Además, imparte de forma presencial y on line cursos profesionales de iniciación al uso de la tecnología digital en el sector agrario; poda e injerto de frutales; iniciación al manejo de la motosierra; cultivo de la papaya; agricultura ecológica de autosuficiencia; iniciación a la apicultura en Canarias; ganadería de pequeños rumiantes; gestión de empresas agrarias; elaboración de productos lácteos; sistemas de riego; cultivo de plátano; maquinaria agrícola; prácticas en la ganadería intensiva compatibles con el medio ambiente o prevención de riesgos laborales en el sector agrario.

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Un director incansable

Su director es Ángel Ruiz Fernández, un apasionado de su trabajo y de su escuela, que no se cansa de enseñar y recorrer. Es un entorno vivo y cambiante, donde continuamente suceden cosas. Se invierten unos 900.000 euros en la reforma de la residencia de estudiantes, que en la actualidad tiene 18 plazas disponibles, pero llegará a ofertar 50. La zona renovada parece un hotel y allí los estudiantes encuentran la tranquilidad y todo lo necesario para formarse durante el curso, con todo incluido por el módico precio de 238 euros mensuales. Hay invernaderos de jardinería y de flores; espacios para las prácticas forestales, y cultivos al aire libre o bajo plástico o malla de frutales raros, forraje, viñedos, cítricos, frutales de hueso, hortalizas, aguacates, mangos, papas, sandías, chirimoyas o calabazas. Un área de compostaje y lombricultura, donde se crían lombrices de tierra para generar potentes fertilizantes naturales, y otra de hidroponía, el arte de los cultivos sin suelo.

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La innovación está muy presente en los laboratorios del Ciclo Superior de Técnico Superior en Vitivinicultura; en el sistema de riego automatizado de toda la finca, con el que también se forman los alumnos; en los programas Erasmus +, que permiten el intercambio de experiencias con muchos países europeos, o en proyectos tan novedosos como el programa de uso de drones para detectar problemas de salud y falta de agua en cultivos gracias a cámaras multiespectrales, capaces de detectar sutiles cambios de color en las hojas. También hay colaboraciones con el Centro Superior de Investigaciones Científicas, las dos universidades públicas de Canarias o el Instituto Canario de Calidad Agroalimentaria.

La jefa de servicio encargada de las escuelas de formación agraria de las islas es Mercedes Alonso Vega, una exprofesora de la ECA de Tacoronte y una apasionada de la ganadería. Labor en la que este centro juega un papel fundamental en la crianza de 50 reproductoras de la cabra Tenerife Norte, una selección de los mejores ejemplares que ayuda también a los cabreros a renovar sus rebaños «con la mejor genética». También mantiene hembras de oveja pelibuey y canaria de lana, y contribuye a evitar la desaparición de la oveja palmera. «Mientras crían conejos, ovejas y cabras, los alumnos aprenden todos los procesos necesarios para mantener una explotación ganadera, desde la limpieza hasta la alimentación y la elaboración de productos como quesos o yogures, que también surten, como las huertas, al comedor de la escuela», detalla.

Insectos contra las plagas

Mercedes Alonso destaca la participación de la ECA en jornadas y cursos sobre sal, aceites, hidroponía, setas o insectos, y proyectos como «el insectario para lucha biológica contra las plagas». Crían depredadores naturales que se comen a aquellos que suelen afectar a los cultivos. En concreto, se trabaja con varias especies de insectos, como las crisopas y los orius. Además, se han introducido numerosas mejoras en esta escuela en los últimos cuatro años, «en los que se ha triplicado el presupuesto», con actuaciones en la residencia de estudiantes, accesibilidad, mejora de aulas, nuevas tecnologías, maquinaria o compra de vehículos.

Ángel Ruiz reconoce que los estudios de gestión forestal son los más demandados, «pero no los que más salidas laborales tienen». Asegura que los técnicos en producción agropecuaria salen tan bien formados que las empresas del sector prácticamente se los rifan. «Está mal que yo lo diga, pero la fama nos precede», subraya el director, quien añade que «hay mucha demanda de personal formado y es habitual que nos lleguen más peticiones que alumnos disponibles». Sin embargo, advierte de que estos estudios son exigentes porque «la agricultura es dura y también requiere de una formación teórica, así que hacemos criba». En la actualidad son unos 200 alumnos, pero llegaron a ser más de 300 tras la crisis de 2008. La cifra actual se considera una media habitual, tras superar años muy complicados en los 90 del siglo XX, «cuando había apenas 60 alumnos y se barajó, incluso, la posibilidad de cierre». En la actualidad, el equipo docente está formado por unos 30 profesores, «muy especializados, motivados e implicados». El centro dispone además de otros 32 trabajadores con funciones no relacionadas directamente con la enseñanza y «un muy buen ambiente de trabajo», según recalca Ruiz.

Las inscripciones

La prematrícula se formaliza en abril, aunque en estas semanas aún ha sido posible inscribirse en periodo extraordinario, siempre que haya plazas vacantes. Conocer todos los rincones de esta escuela es misión imposible en una jornada. Aparte de las fincas, invernaderos y hasta un espectacular mirador, cuenta con una gran cantidad de material y maquinaria perfectamente ordenada y cuidada, así como talleres donde el alumnado también se forma.

Una red para el sector primario

La Escuela de Formación Agraria de Tacoronte es uno de los cinco centros formativos dependientes de la Consejería de Agricultura, Ganadería y Pesca del Gobierno de Canarias, que también dispone de otras dos ECA en Los Llanos de Aridane y Arucas, así como dos Institutos Marítimo-Pesqueros en Arrecife y en San Andrés, en Santa Cruz. Estas escuelas de capacitación agraria imparten ciclos formativos de grado medio y superior de las familias profesionales agraria e industrias alimentarias, así como cursos profesionales y ocupacionales, mientras que en los dos institutos marítimo-pesqueros se encargan de ciclos formativos de grado medio y superior de la familia marítimo-pesquera, y de numerosos cursos. | R.S.

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