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Arico

La comarca quiere una peregrinación de la Virgen por los tres municipios de Abona

Juan José Armas, impulsor de la iniciativa, espera hacerlo por los 300 años de la aparición

Juan José Armas, concejal de CC y uno de los impulsores de la peregrinación de la Virgen de Abona. E. D.

Francisco Morales Crisóstomo, vecino; Ana Carmen Morales, presidenta de la Asociación de Vecinos Villa de Arico, y Juan José Armas, concejal de Fiestas del momento, decidieron reunirse con Benito Lagos, sacerdote de la Congregación del Verbo Encarnado (ya fallecido), para plantearle la necesidad de revitalizar la devoción por la Virgen de Abona. La idea original era convocar una peregrinación de la patrona de la comarca por Arico, Granadilla y San Miguel. La oposición del párroco granadillero lo impidió. «Queremos que la peregrinación por Abona sea posible 16 años después». Desde 2006, la imagen recorre Arico cada cinco años.

Cuenta Juan José Armas que «durante un año estuvimos preparando la primera, manteniendo reuniones, muchas, en la casa de Francisco Morales –quien diseñó el recorrido que sigue vigente–, convenciendo a las asociaciones de vecinos y al obispo, Bernardo Álvarez, quien nos autorizó con la condición de que no fuera una romería, sino un acto más religioso». El diseño inicial «se ha mantenido: en cada pueblo una misa, una comida y un encuentro festivo».

Mantener el interés

Juan José Armas reconoce su temor a que tras el éxito de la primera peregrinación decayera el interés del pueblo, «pero ha crecido y este año es el mejor exponente». De ahí que se sienta «orgulloso de haberme involucrado y de ser el concejal que involucró al gobierno municipal».

Ahora, el empeño es lograr el objetivo inicial: la peregrinación comarcal. «Trabajamos para que, con motivo de los 300 años de la aparición de la Virgen de Abona, la imagen esté en Granadilla y en San Miguel. Hay mucha gente devota en estos municipios y sería importante el encuentro de los patronos de la comarca en la Cueva del santo Hermano Pedro».

Armas recuerda al cura Lagos, «quien organizó la primera peregrinación, pero no la vivió»; al sucesor, Bernardo Juanjo, que hizo las siguientes; a la empresaria que donó las andas de viaje; el acuerdo del lugar de cada barrio en que se produce el relevo de los cargadores; el secretismo de la organización en cada núcleo, la unanimidad política en torno a la peregrinación y «la emotividad de la llegada de la imagen a Villa de Arico. Todos lloramos». Juan José Armas no lo esconde: «Ver a la Virgen visitando los barrios por primera vez fue lo más grande que podría lograr o colaborar en que se hiciera». Un logro que los vecinos le reconocieron entregándole, en la casa de Paco Morales, «una caja de higos picos, que solo tenía una capa, porque debajo había una réplica de la talla de la Virgen de Abona hecha por un escultor en Ecuador. Sigue en mi casa, bendecida».

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