eldia.es

eldia.es

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Memoria Democrática | Homenaje al «Lorca canario»

Un tributo a todos los represaliados del franquismo en la Isla

Dos artistas depositan una placa en el lugar de la bahía de Santa Cruz donde fue arrojado Domingo López Torres como homenaje a los asesinados tras el golpe de 1936

López Torres, delante; los ‘surrealistas’ detrás. El Día

«Hemos hecho un monumento para los vencidos, para aquellos que no tienen voz ni han podido contar su historia». La frase la ratifican el cineasta Miguel G. Morales y el artista Eugenio Merino como resumen de los motivos que les llevaron, a mediados de este mes, a acometer la acción de depositar una placa conmemorativa en la bahía de Santa Cruz. A 400 metros de profundidad y frente al litoral de Valleseco, justo en el lugar donde fue arrojado al mar, tras el golpe de estado franquista de 1936, el poeta y político socialista tinerfeño Domingo López Torres. Incluso con la coordenadas más o menos exactas –28º28’ Norte, 16º, 13’ Oeste–. Pero no es solo un tributo a la figura de quien sería con todo merecimiento el Lorca canario sino a todos los represaliados del franquismo, en particular los que fueron objeto de ese terrible modelo, muy utilizado en el Archipiélago, de ser lanzados vivos al mar dentro de un saco lleno de piedras por las Brigadas del Amanecer fascistas, falangistas...

En las imágenes, la placa antes de ser depositada en el fondo del mar (arriba), un momento de la acción, acometida por buzos profesionales (derecha) y bajo estas líneas fotografías de los autores, el madrileño Eugenio Merino (izquierda) y el tinerfeño Miguel G. Morales (derecha). | e.d.

Ahondan los autores en que habría que hablar con más propiedad de contramonumento en el sentido de visibilizar a los invisibles que sufrieron la derrota y el demoledor relato de los vencedores frente a los vestigios franquistas que aún permanecen, y son bastantes, en la capital tinerfeña. Los cuestiona bajo el océano atlántico, negro y tenebroso, la placa que reza Monumento a la oscuridad, símil de esos cuerpos que fueron desapareciendo en las profundidades de ese mar chicharrero mucho más profundo de lo previsible y lo deseable. Concepto literal y metafórico.

La grabación –insisten los artistas en que «no es un documental»– se presenta este sábado dentro de la XI Bienal de Arte de Lanzarote, que se inaugura hoy y se prolongará hasta marzo de 2023. La comisaria Carlota Álvarez Basso la presenta con el explícito título Larga noche de piedra.

Un tributo a todos los represaliados del franquismo en la Isla

Además en este marco se expone por primera vez el manuscrito del poemario Lo imprevisto, que López Torres escribió en Fyffes (almacén de plátanos convertido en cárcel en la capital tinerfeña donde estuvo antes de su traslado al barco-prisión Santa Ana– está considerada una obra cumbre de la poesía española con ilustraciones del también preso Luis Ortiz Rosales. Luchi Morín Reyes ha conservado esta joya durante todos estos años, además de fotos y cartas. Es la hija de la mujer que estaba prometida al poeta.

Eugenio Merino y Miguel G, Morales tienen una amplia trayectoria que converge en dos líneas. Por un lado, la del madrileño en su esfuerzo por sacar a la luz eso que se llamó hasta el otro día memoria histórica y ahora adquiere un innecesario valor de democrática sobre la represión tras el golpe de estado militar de 1936 que dio origen a la Guerra Civil. Por otra parte, la del orotavense quien aporta, por desgracia, la fuerza que dan entre 1.500 y 3.000 represaliados en estas pequeñas ínsulas, una auténtica barbaridad en comparación a sus proporciones.

Un tributo a todos los represaliados del franquismo en la Isla

El trabajo desvela un modelo de represión, el de arrojar vivos a la mar con un saco lleno de piedras, los cuerpos golpeados de personas perseguidas. De manera sistemática, enterrados como si nunca debieron nacer. Un sistema que crean e impulsan los nazis en Alemania, desarrollan los fascismos entre las dos guerras mundiales, perfecciona Franco y copian –bien e incluso mejorado– las dictaduras de Argentina o Chile.

El trabajo desvela un modelo de represión, el de arrojar vivos a la mar con un saco lleno de piedras, los cuerpos golpeados de personas perseguidas. De manera sistemática, enterrados como si nunca debieron nacer. Un sistema que crean e impulsan los nazis en Alemania, desarrollan los fascismos entre las dos guerras mundiales, perfecciona Franco y copian –bien e incluso mejorado– las dictaduras de Argentina o Chile.

Un tributo a todos los represaliados del franquismo en la Isla

Nos hemos perdido. O no. Volvamos a la bahía de Santa Cruz un día ideal de luz y temperatura a mitad de agosto. La iniciativa artística tiene todo su desarrollo en este ambiente buscado. Los artistas pensaron depositar la placa de ocho kilos de bronce directamente pero no era tarea fácil. El peso es aproximadamente el mismo que el de las piedras introducidas en los sacos para ahogar en el mar a los presos. Por eso recurrieron a buzos profesionales. La grabación del vídeo estuvo, además, a cargo del premiado fotógrafo submarino Francis Pérez, y el sonido fue responsabilidad de Fabián Yanes.

Retornemos al mensaje. En una Isla donde se convive con los vestigios franquistas, Tenerife, «fuera de la ley –porque la ley hay que cumplirla– y amparados por poderes fácticos», explican los artistas insertan en el imaginario popular el lugar preciso del asesinato de Domingo López Torres y lo convierten en un memorial bajo el mar. Para él y para todas las personas desaparecidas. Una manera de activar un nuevo significado del mar como fosa común.

La acción forma parte del trabajo que presentan este sábado en la XI Bienal de Lanzarote

decoration

Morales y Merino resaltan la colaboración de investigadores que reivindican la Memoria Histórica, como Ricardo García Luis, Ramiro Rivas, Aarón Álvarez o Luana Studer. También agradecen la colaboración de Yolanda Peralta y Nilo Palenzuela. Pero no olvidan la referencia fundamental a la historia oral, la de pescadores o personas anónimas y humilde que dan su testimonio de los hechos,

El Lorca canario

Los artistas aceptan la comparativa, con matices, de Domingo López Torres con Federico García Lorca. Compromiso, nivel intelectual y brusco final de la vida arrebatada coinciden en ambos perfiles. Una diferencia: «La intensa actividad política de López Torres no la tuvo García Lorca».

De clase humilde, formado desde la base y vinculado a la lucha obrera. Un hijo de su convulso tiempo, la primera mitad del siglo XX.

El golpe de estado del 18 de julio de 1936 y la sistemática y planificada represión franquista dejaron entre 1.500 y 3.000 personas muertas o desaparecidas en las Islas. El método del ahogamiento forzoso fue uno de los más comunes. Entre sus víctimas estuvo López Torres asesinado por las tristemente célebres Brigadas del Amanecer. Vinculado al surrealismo fue fundador de la revista Índice y colaborador de Gaceta de Arte. Su manuscrito Lo imprevisto esta considerado una de las obras cumbre de la poesía española de la época. Será exhibido por primera vez como parte de la instalación el próximo sábado 3 de septiembre en la ermita de Tías, dentro de la XI Bienal de Arte de Lanzarote.

Los autores recuerdan que el proyecto ha sido posible gracias al diálogo establecido con personas que han investigado durante años la Memoria Histórica de Canarias y agradecen su colaboración a la gestora cultural Carlota Álvarez.

‘Contramonumento’ a la oscuridad bajo el mar cuestiona los vestigios visibles del régimen de Franco

decoration

Ni puede ni debe faltar el perfil de los artistas. Explicar en este sentido la trayectoria de Eugenio Merino (Madrid, 1975) vinculado a la exploración de los relatos del poder político y económico con foco en la ideología o la vulneración de los derechos humanos. En los últimos años ha centrado su práctica en la memoria y la huella visible de la dictadura en la sociedad española contemporánea.

Por su parte, el cineasta y artista visual Miguel G. Morales (Tenerife, 1978) se sitúa en la periferia de la no ficción con carácter investigativo y ensayístico. La soledad, la recuperación de la Memoria Histórica, la descontextualización del archivo al servicio del poder, la invisibilidad de la clase obrera o el activismo medioambiental guían una línea de trabajo mostrada en festivales y centros de arte nacionales e internacionales.

Domingo López Torres (1910-1937) no es el verdadero protagonista de esta historia. Al menos no el único, Solo supone un símbolo que representa a todos los que como él fueron represaliados «el otro día» por sus ideas en Tenerife y en Canarias. Un tributo a ellos.

Poeta, intelectual, político, socialista... Persona y personaje 

Tenía solo 26 años cuando lo asesinaron arrojándolo a una fosa común en la mar aquel terrible año de 1937. El sentimiento de sus letras podría iluminar a toda una Isla. Cartas, poemas, dibujos, fotos y un manuscrito, Lo imprevisto, elaborado en la prisión de Fyffes conforman el legado de Domingo López Torres, poeta, concejal de Santa Cruz y artista del surrealismo. Figura grande como representante privilegiado de esta corriente de vanguardia. Formó parte de la llamada generación de Gaceta de Arte y en 1935 fue anfitrión de André Bretón y otros surrealistas en el II Congreso del movimiento. Justo en paralelo a la conspiración fascista que surge en el mismo Tenerife. Socialista en el sentido de los años 30 del siglo pasado, o sea comunista. En su ficha rezaba una sola palabra: «Peligroso». Lo dice todo. | J.D.M.

Reconocido por fin en su ciudad

Santa Cruz de Tenerife dedica una plaza al poeta -y muchas cosas más- Domingo López Torres. La concesión de honores de su ciudad fue publicitada a bombo y platillo en junio de 2019 tras el acuerdo del pleno municipal el 30 de noviembre de 2018. «Perpetuar el nombre del intelectual en la memoria del pueblo de la capital». Era el objetivo y no parece que se haya conseguido del todo. El espacio, cuya inauguración presidió el  entonces - y ahora- alcalde de Santa Cruz, José Manuel Bermúdez, es una plaza ubicada en el barrio de Los Gladiolos. Muchos años antes, la que fuera concejala de Sí se Puede en el Consistorio, Yaiza Afonso, inició una lucha para darle el lugar que merece en su ciudad natal. Propuso la plaza anexa a la sede de la Sociedad de Desarrollo, junto a la calle Ángel Guimerá, porque él vivió en la zona. No recibió apoyos y ese lugar se convirtió luego en la Plaza de las Víctimas del Terrorismo. Años más tarde la reserva de los honores se trasladó al barrio de Los Gladiolos. De gentes humildes, trabajadoras y con la lucha reivindicativa por bandera. Las que siempre defendió el intelectual olvidado. López Torres estaría contento. | J.D.M.

Compartir el artículo

stats