Un niño observa obnubilado y boquiabierto el armonioso sonido de las campanas de la iglesia de San Bartolomé en Tejina. Le llama la atención la canción que entona, muy diferente a la del resto del año. El ding dong de las campanas es ahora más musical y hasta pegadizo. Su madre le aúpa entre una marea de gente vestida de amarillo, verde y naranja para que, entre el gentío, pueda disfrutar con todos sus sentidos de cada pequeño detalle de la tradición más importante de su pueblo. El sonido del campanario pronto se funde con los vítores y cánticos de los varios miles de tejineros que se congregan en la plaza del pueblo para recuperar, tras dos años, la fiesta más querida por todos: los Corazones de Tejina.

Piñas, limones y peras para exaltar los latidos de Tejina

Única en el mundo y vivida con fervor por todos los vecinos desde la más tierna infancia, la tradición centenaria de los Corazones parece haber sobrevivido sin grandes cambios al temido paso del tiempo, lo que sorprende incluso a los más veteranos. «Las futuras generaciones lo viven incluso más», relata María Isabel Molina, de la calle El Pico, quien explica lo sorprendida que quedó cuando el gran entusiasmo de los jóvenes consiguió que, por primera vez en la historia, se sacara a la imagen de San Bartolomé a la plaza en 2019. «Fue muy emocionante».

Piñas, limones y peras para exaltar los latidos de Tejina

Hasta en los colegios de la zona se fomenta la tradición. En los centros escolares se preparan con pequeños corazones hechos a mano o se les explica los detalles de esta tradición, de modo que siga perdurando en el tiempo y se celebre con la misma intensidad. Asimismo, los más pequeños pueden disfrutar de su propia fiesta. Los Corazones Chicos, manufacturados por los niños del barrio, también saldrán a las calles el próximo fin de semana. «Esto ayuda mucho a que desde pequeños se involucren», explica Molina.

Piñas, limones y peras para exaltar los latidos de Tejina

Dos años después de que el covid obligara a aparcar la tradición, el alcalde de La Laguna, Luis Yeray Gutiérrez, se congratula por cómo los vecinos se han esforzado por devolver el esplendor a los Corazones. «El arraigo del pueblo a esta fiesta es importantísimo y a cualquiera le pone los pelos de punta», resalta el regidor. Sin embargo, admite que para él es un día de «sentimientos encontrados» por todos aquellos tejineros «que hemos perdido en estos dos años de pandemia». Por eso esta celebración se ha convertido también en un día para honrar a «todas esas personas tan importantes para el pueblo». El comentario de una mujer en medio de la abarrotada plaza de Tejina resume el éxito y las cumplidas expectativas de la fiesta. «Chacho, no cabe más gente aquí». Una apreciación que su acompañante puntualiza asegurando que «han venido todos, todos». De hecho, son varios miles los que llenan hasta la última esquina de la plaza de la iglesia. Y es que la tradicional ofrenda para San Bartolomé no hace más que ganar adeptos. No es de extrañar, pues ante todo, en Tejina se respira es de respeto, cariño y ganas de pasarlo bien. Niños y mayores disfrutan del ambiente festivo mostrando orgullosos una camiseta o sombrero que indica la calle a la que defenderán durante el tradicional pique, uno de los elementos más característicos de esta fiesta lagunera.

Los vecinos destacan el fervor con el que las nuevas generaciones viven esta fiesta popular

Del color de mi equipo

Los colores de estas prendas – amarillo, verde o naranja– revelan a qué bando apoyarán durante la ofrenda y el resto de la jornada: Calle de Abajo, El Pico o Calle de Arriba. «Salta pa’ llá», le espeta en broma una mujer vestida de verde a un familiar que lo hace de amarillo. Él le lanza una mirada pícara para posteriormente sonreír y fundirse con ella en un abrazo que recuerda la camaradería que impera en Tejina.

Los vecinos de cada calle se encargan de preparar uno de los tres corazones que se ofrecen a San Bartolomé delante de la iglesia. Las pesadas estructuras –de casi una tonelada– tienen una singular forma de cruz vestidas con dos corazones adornados con frutas, tortas de harina y flores. Su peso obliga a que sean cargados a hombros de al menos 25 personas, en un paseo desde sus calles hasta la plaza de la iglesia. Les acompañan sus respectivas parrandas entonando canciones tradicionales durante dos o tres calles del pueblo, pero cambiando la letra en un afán por enaltecer el gran trabajo de sus respectivos Corazones. Para marcar su paso, además, se tiran estridentes voladores, algo esperado por muchos. «Ya era hora de que tuviéramos unos fuegos en condiciones», resalta Dailos Reyes, un joven de la Calle de Arriba, quien además se congratula de que este año se hayan recuperado otras tradiciones perdidas, como la fiesta del agua.

Desde que cada Corazón parte de su barrio hasta que son retirados de la plaza (ya sin fruta ni tortas el próximo martes) las parrandas cantan sus coplas alusivas al resto y se suelen improvisar contestaciones a las cantadas unos minutos antes. Este es el momento de mayor rivalidad, los partidarios de cada uno de ellos disfrutan con las letras de los cantares, y animan a su parranda.

Son varias miles las personas que disfrutan de esta cita ineludible en el calendario de festejos

La hora de la ofrenda

Cuando llegan a la plaza, después de un largo camino, los tambores y vítores ganan fuerza y comienza el momento más esperado por todos los vecinos del municipio, el acto conocido como la Ofrenda a San Bartolomé que se produce a las puertas de la iglesia. Es entonces cuando los tres grandes Corazones se alzan sobre la plaza adornados con banderas y orientados estratégicamente hacia sus respectivas calles. De este modo, muestran al santo sus mejores galas y mostrar con orgullo al resto del pueblo el trabajo que han realizado durante meses. Trabajo que para algunos ha sido algo más difícil. «Nos ha costado mucho encontrar peras este año», recuerda Molina. La vecina de El Pico admite que tuvieron dificultades a la hora de encontrar fruta del mismo tamaño para poder llenar el borde de los corazones. Pero finalmente, todos en el barrio están muy contentos con el resultado.

Allí, en el centro de la plaza, los Corazones se quedarán expuestos hasta la jornada de hoy, cuando se prevé que comience el llamado Descuelgue, otra de las fases en las que se divide esta fiesta popular. En los Corazones no hay ganador o premios para la mejor – ni siquiera a la más jugosa – estructura. De hecho, lo que prevalece por encima de todo durante los días que se prolonga la festividad es el «cachondeo», como destaca José Ángel Dorta, de la Calle de Abajo.

La fiesta se prolonga durante todo el día, la tarde y la noche. E incluso dos días después. Ya cuando el sol empieza a caer, a eso de las 18:00 horas, comenzó la Batalla de Flores, una cabalgata llena de música, color, carrozas y bailes coreografiados en el pleno centro de Tejina. Con la noche, los bailes los vecinos regresan a la plaza de la iglesia donde pueden disfrutar de la belleza de esta única y divertida tradición a través de la música.