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Incendio forestal | Las caras de la lucha contra las llamas

Un equipo contra el fuego

Tras el operativo contraincendios del Norte hay más de 250 profesionales de diferentes perfiles, que trabajan sin descanso y de forma coordinada para luchar contra las llamas

Miembros de la Unidad Militar de Emergencias (UME) trabajan en la extinción del incendio dado por controlado el viernes en el norte de Tenerife. Andrés Gutiérrez

El incendio del norte de Tenerife, que se dio por controlado el viernes tras 9 días sin tregua, ha sido una emergencia de nivel 2, bajo el mando del Gobierno de Canarias. En esos días trabajó un operativo formado por más de 250 personas por turnos, hasta 13 medios aéreos y un gran número de vehículos y medios técnicos. Un enorme equipo contra el fuego que incluyó recursos y personal dependientes de los cuatro niveles de la administración pública (local, insular, regional y estatal), entes públicos y privados, y voluntarios. Un equipo que ha trabajado sin descanso, 24 horas al día, de forma coordinada, con funciones muy distintas, pero todas complementarias e imprescindibles. Ellas y ellos han sido los protagonistas de ese enorme esfuerzo y éxito colectivos.

Todos los eslabones de la cadena son necesarios y ninguno puede fallar para poder lograr el objetivo final. Mientras unos sufren jornadas de 14 horas y temperaturas de más de 60 grados para crear, con enorme esfuerzo físico, líneas seguras que frenen las llamas; otros se juegan la vida volando a baja altura para lanzar miles de litros de agua en los lugares más inaccesibles; no se separan ni un segundo del teléfono para resolver un problema tras otro; velan por la seguridad de todos a todas horas; preparan y reparten comida; hacen volar drones que detectan los reductos de fuego; ayudan a evacuar de sus hogares a personas y animales; informan de forma clara y veraz a la población, o toman decisiones transcendentales en tierra y aire.

Lamentablemente, Canarias goza de una gran experiencia en este tipo de operativos por incendios forestales o erupciones volcánicas, y la maquinaria humana está bien engrasada y funciona con un altísimo nivel de efectividad y de seguridad. Una experiencia y profesionalidad que permiten que, por ejemplo, no se hayan registrado daños personales de gravedad en un incendio que se volvió imprevisible, con llamas de hasta 60 metros de altura, y que se dirigía a zonas pobladas a través de una abrupta ladera. Aunque fue necesario evacuar a casi 600 personas y muchos más animales, hasta el 27 de julio únicamente se registró la atención médica de un trabajador por un golpe de calor y de otros dos casos por traumatismos en miembros inferiores. Un saldo de daños mínimo para un incendio que afectó a 2.753 hectáreas, que alcanzó un perímetro de 34 kilómetros y que obligó a actuar en cinco localidades: Los Realejos, San Juan de la Rambla, La Guancha, Icod y La Orotava.

En la parte más alta de la cadena de mando estuvieron el consejero de Seguridad del Gobierno de Canarias, Julio Pérez, y los distintos directores de extinción y las directoras técnicas de la emergencia. A su servicio un gran equipo de profesionales y voluntarios a los que se rinde un sencillo homenaje en estas páginas: bomberos forestales y urbanos, militares, policías y guardias civiles, sanitarios, ingenieros, pilotos, técnicos de la administración, controladores aéreos, meteorólogos, cocineros, concejales, alcaldes, conductores, psicólogos, veterinarios, voluntarios, periodistas, fotógrafos... Un equipo contra el fuego.

Muchos implicados

El operativo implicado en la emergencia generada por el último incendio en el norte de Tenerife ha estado formado en los días más complicados por unas 250 personas, que han trabajado codo con codo para lograr el objetivo de controlar las llamas. Aparte de los cuerpos de primera línea, también ha sido fundamental el trabajo del personal y los representantes públicos de los ayuntamientos afectados; las policías locales; el Cuerpo Nacional de Policía; los voluntarios de Protección Civil, AEA, ADAE y QRV; empresas públicas como Gesplan, el Consorcio de Extinción de Incendios de Tenerife; personal del Parque Nacional del Teide, medios de comunicación públicos y privados; Gabinetes de Prensa de las administraciones afectadas; Servicio de Urgencias Canario; Colegio de Veterinarios de Santa Cruz de Tenerife; Aemet; Aena y, por supuesto, Brifor, Eirif del Gobierno de Canarias, brigadas Brif del Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico, la Unidad Militar de Emergencias, Equipos Presa y Bravo, Guardia Civil, Policía Canaria, Cruz Roja, el 43 Grupo de las Fuerzas Aéreas y empresas privadas que han colaborado en la mejora de telecomunicaciones o control aéreo, entre otros.

Adela Conde. María Pisaca

Adela Conde

Técnica de las Brigadas Forestales (Brifor) del Cabildo de Tenerife

«Se echan muchísimas horas con el sacho, la motosierra y otras herramientas»

Adela Conde, técnica de Brifor, ha asumido en varios momentos del incendio la responsabilidad como directora de extinción. «Nuestros esfuerzos se han centrado en atacar el incendio o, al menos, lograr que no progresara mediante líneas de defensa, en las que se quita la vegetación y cualquier resto que pueda ayudar a propagar el fuego. También hacemos quemas de ensanche, que nos permiten dejar zonas quemadas por las que el fuego dejaría de progresar, y contrafuegos, que son quemas controladas que se hacen para que, al coincidir los dos frentes, las llamas se extingan. Son operaciones con las que hay que tener mucho cuidado, garantizar rutas de escape y velar por la seguridad de los operarios», detalla. Conde añade que las brigadas forestales «echan mucho tiempo con el sacho, la motosierra y otras herramientas para cortar, retirar, arrastrar y limpiar vegetación en zonas complicadas». Cuando se crea una línea de defensa, «lo verde va al verde y lo quemado va para lo quemado», con el objetivo de que el fuego encuentre una barrera insalvable. Respecto a los peores momentos, reconoce que la entrada del fuego al Valle de La Orotava por Chanajiga «fue un susto porque iba muy rápido y por eso fue necesario desalojar. Temimos que se produjeran unas consecuencias desastrosas».  

Fran Moreno. María Pisaca

Fran Moreno

Piloto de drones de la Brifor

«Este incendio ha sido la prueba de fuego para los nuevos drones con cámaras térmicas»

Fran Moreno es el técnico de Brifor que se ha encargado de pilotar los tres drones dotados con cámaras térmicas que ya se han convertido en los ojos del operativo durante la noche y también en horario diurno, ya que permiten localizar con gran exactitud la ubicación de los puntos más calientes. Tras un tiempo de prácticas y formación, «este incendio ha sido la prueba de fuego para los nuevos drones con cámaras térmicas» de las Brigadas Forestales del Cabildo de Tenerife. «Ha sido un avance, un medio más a tener en cuenta, que nos ha ayudado bastante. Nos ha venido muy bien para localizar frentes y puntos calientes, principalmente durante la noche, ya que en ese momento no hay interferencia con los medios aéreos». La duración de estos vuelos suelen ser de unos 20 minutos y, aunque tienen capacidad para alejarse hasta 10 kilómetros, en el día a día se han usado «como máximo a 1.800 metros». Por normativa, no pueden volar a más de 120 metros de altura. Estos dispositivos servirán también para mejorar el rescate de personas (son capaces de detectar el calor humano) o perseguir infracciones en el medio natural.  

José Luis Camisón. María Pisaca

José Luis Camisón

Director de la Unidad de Emergencias de Cruz Roja en la provincia tinerfeña

«Cruz Roja repartió más de 3.000 comidas entre el jueves 21 y el martes 26 de julio»

El director de la Unidad de Emergencias de Cruz Roja en la provincia de Santa Cruz de Tenerife detalla que la entidad se ha encargado de apoyar en la logística de la intervención en el incendio «para que todos los intervinientes tengan comida, agua, refrescos, zonas para poder dormir... además, hemos montado un albergue provisional con capacidad para cien personas, a través del Equipo de Respuesta de Emergencias. También hemos repartido más de 3.000 comidas entre el jueves 21 y el martes 26 de julio, y hemos desplegado el Equipo de Intervención Psicosocial para trabajar con los evacuados, el Equipo de Comunicaciones, el Equipo de Tratamiento de Datos y los Equipos de Rescate y Salvamento en Montaña y el Equipo Básico Sanitario por si fuera necesario atender a alguien». Cruz Roja ha movilizado en esta emergencia una importante cantidad de efectivos, entre profesionales y voluntarios, y numerosos vehículos. Además, transportaron todo el material de trabajo y a los veterinarios que intervinieron en la evacuación de numerosos animales en la zona de Las Llanadas, en el municipio de Los Realejos. 

Álex. María Pisaca

Álex

Oficial de la Policía Canaria

«Junto con otros cuerpos, hemos realizado labores de vigilancia y seguridad»

Álex, oficial de la Policía Canaria, detalla que los agentes de este cuerpo autonómico, así como los de Policía Local y Policía Nacional, se han encargado básicamente de labores de vigilancia, seguridad ciudadana y de apoyo al operativo, por ejemplo en el control de los accesos a carreteras que permanecieron cortadas durante días como la TF-344, entre Icod el Alto y La Guancha. o la TF-21. De forma coordinada con la la dirección de seguridad del Puesto de Mando Avanzado (PMA), que la llevó la Guardia Civil, se encargaron de diversas funciones, que también incluyeron el apoyo al desalojo y realojo de los ciudadanos que tuvieron que abandonar temporalmente sus viviendas. «A lo largo de estos días se han hecho controles de acceso en las zonas desalojadas y también en el regreso de los vecinos. Y, especialmente, labores de prevención de seguridad ciudadana, junto a otros cuerpos y fuerzas de seguridad locales y del estado». La Policía Canaria destaca el buen comportamiento en general de la ciudadanía durante esta emergencia , «aunque sí hemos tenido que intervenir con algunas personas que han intentado regresar antes de tiempo a sus viviendas». 

Enrique Gregory. María Pisaca

Enrique Gregory

Comandante de la Unidad Militar de Emergencias (UME)

«Se ha realizado un trabajo muy físico y muy duro en terrenos escarpados»

El comandante de la Unidad Militar de Emergencias (UME) en Canarias señala que el incendio comenzó de una manera más o menos previsible, «pero el cambio de la dirección del viento nos perjudicó e hizo que se fuera de control. Se ha tenido que trabajar mucho para anclarlo al terreno y que no se volviera a pasar de zona. Se han realizado líneas de contención, también con ayuda de autobombas y medios aéreos, lo que nos ha permitido mantenerlo bastante bien». Tras algunos días complicados, con activaciones de puntos calientes y meteorología adversa, el trabajo de la UME y del resto de cuerpos participantes en el operativo ayudaron a evitar nuevas propagaciones. La UME ha movilizado los dos destacamentos con base en las islas de Gran Canaria y de Tenerife, con más de 80 efectivos, y posteriormente se incorporó una sección de refuerzo llegada desde Sevilla. Su trabajo se ha centrado sobre todo en el lado sureste de la emergencia, donde han creado «líneas de defensa en terrenos muy escarpados, lugares en los que hemos realizado un trabajo muy físico y muy duro, que luego se defendió también con ayuda de autobombas».  

Marta Moreno. María Pisaca

Marta Moreno

Subdirectora de Protección Civil y Emergencias del Gobierno de Canarias

«Sería interesante que los ayuntamientos practicaran las evacuaciones»

La subdirectora de Protección Civil y Emergencias del Gobierno de Canarias, Marta Moreno, fue la encargada de sustituir temporalmente a la Jefa del Servicio de Protección Civil y Atención de Emergencias del Gobierno de Canarias, Montserrat Román, como directora técnica de esta emergencia de nivel 2, que está a cargo del Gobierno de Canarias. «En este tipo de operativo hay que distinguir entre el director de extinción, que sigue siendo personal especializado del Cabildo de Tenerife, y el director técnico de la emergencia, que se ocupa de otras tareas como las evacuaciones, la coordinación de medios o las propuestas el director del plan, que en este caso es el Consejero de Seguridad del Gobierno de Canarias», detalla. «La evacuación de estos núcleos fue preventiva, no urgente y, para evitar que la gente se ponga nerviosa, quizás sería interesante que desde los ayuntamientos se practicaran este tipo de evacuaciones para que los vecinos no se lleven esos sustos cuando llegue el momento. En este caso, la evacuación no era algo que se necesitara de forma inminente, pero nos falta un poco de cultura preventiva», indica. También coincide en que lo más complicado de todo este operativo ha sido que «un viento muy local desvió el fuego y lo hizo entrar de forma inesperada al Valle de La Orotava». 

Alexander Librán. María Pisaca

Alexander Librán

Coordinador de los Equipos de Intervención y Refuerzo (Eirif) del Gobierno canario

«Cuando el frente cayó hacia el Valle de La Orotava fue lo más preocupante»

Alexander Librán trabaja como uno de los coordinadores de los Eirif (Equipos de Intervención y Refuerzo) del Gobierno canario, que se desplazan a los incendios forestales de cualquier isla para ponerse al servicio del Puesto de Mando Avanzado de cada emergencia. Como Adela Conde, Librán coincide en que el peor momento se vivió en la madrugada del sábado 23 «cuando hubo un cambio de viento que no estaba previsto». «Fue lo más complicado porque se frustró todo el planteamiento que teníamos y fue necesario replantear todo, ya que el frente cayó hacia el Valle de La Orotava y fue preocupante». En esa zona de Chanajiga y Tigaiga tuvieron que asegurar un perímetro de casi tres kilómetros. Respecto al esfuerzo físico, Librán resalta que siempre trabajan «con todo el equipo de intervención puesto para que, cuando lleguen los incendios y las temperaturas elevadas, estemos preparados». El mono que usan es ignífugo. Además, llevan casco y gafas de protección, y comunicaciones. Con todo eso deben manejar motosierras, herramientas de corte, desbrozadoras, azadas, pulaskis (una especie de hacha-azada), batefuegos o mochilas extintoras. 

Juan Carlos Ubero María Pisaca

Juan Carlos Ubero

Capitán de la Guardia Civil

«Ya son muchos los acontecimientos de este tipo y la gente está concienciada»

La Guardia Civil se encargó de coordinar «el escalón de seguridad» de esta emergencia, con especial atención a la labor preventiva de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado que en este tipo de situaciones se centran en garantizar la movilidad de los medios de extinción para que puedan llegar con la mayor rapidez y seguridad a los conatos, y asegurar las zonas y cerrar los accesos para que puedan trabajar con más seguridad». El capitán Ubero reconoce que «por desgracia, ya son muchos los acontecimientos extraordinarios de este tipo que han sucedido en Canarias en los últimos años y la gente está muy concienciada de que cuando se les da una instrucción es por su seguridad y, normalmente, la acata y la acepta sin ningún tipo de discusión». Respecto a los efectivos movilizados, ha variado según los días, con una presencia máxima en la jornada de las evacuaciones en Los Realejos y La Orotava. «Nuestra labor es muchas veces grata porque la gente suele ser encantadora en estas circunstancias, aunque también hay que tener sensibilidad por ejemplo al evacuar a personas mayores de sus domicilios».

Jorge Naranjo. María Pisaca

Jorge Naranjo

Técnico del Servicio de Protección Civil y Emergencias del Gobierno de Canarias

«En una situación de emergencia como la que vivimos también existe la burocracia»

Jorge Naranjo ha desempeñado labores de técnico de guardia en la emergencia. Pertenece al Servicio de Protección Civil y Atención de Emergencias del Gobierno de Canarias y desarrolla un papel muy importante y complejo porque «en una situación de emergencia también existe la burocracia». Estos técnicos deben intervenir de forma continua para resolver dudas, desbloquear soluciones y realizar todo tipo de trámites y gestiones, desde las solicitudes formales de medios al Estado hasta la logística de los traslados de los equipos situados en otras islas o la concreción de los planes de vuelo con el coordinador de medios aéreos. «Surgen un montón de gestiones para las que hay que improvisar, por ejemplo si el mar de nubes está muy bajo y el helicóptero del GES no puede tomar tierra allí, se busca una zona de aterrizaje alternativa, en un descampado, y tenemos que gestionar la vigilancia del aparato por la noche. Buscar donde pueden pernoctar las aeronaves y su personal; encontrar lugares adecuados para repostar; sacar billetes al personal que se retira, o emitir los avisos oficiales. Labores que recaen en un técnico o dos, en momentos de refuerzo. 

Antonio Márquez. María Pisaca

Antonio Márquez

Comandante de la Guardia Civil. Piloto de helicópteros

Los ojos y los oídos en el cielo del Puesto de Mando Avanzado 

El comandante Márquez es uno de los cuatro pilotos de la Guardia Civil, dos de Tenerife y dos de Fuerteventura, que han estado a los mandos del Cuco, el helicóptero que se ha encargado de las labores de coordinación de medios aéreos durante toda la emergencia, con apoyo a bordo de controladores aéreos como Daniel Rodríguez Lavado. Ha sido una labor muy difícil pero muy provechosa, porque garantiza la seguridad de las operaciones aéreas en la zona de extinción, controla los accesos, distribuye las misiones, las zonas de lanzamiento, los cometidos y, además, sirve de enlace constante entre los medios de tierra y los aéreos. Además, el Cuco ha sido los ojos y oídos del Puesto de Mando Avanzado (PMA) y del Centro de Control. Dentro y fuera del incendio, facilitando imágenes aéreas en vídeo o mediante fotografías, que han permitido conocer mejor el estado real del incendio en cada momento. Entre sus funciones: marcar zonas de lanzamiento y de riesgo, zonas de entrada, niveles de vuelo, salidas y llegadas, el tiempo de operación de las aeronaves, el lugar donde pueden cargar agua, el resultado de sus lanzamientos o los focos prioritarios. 

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