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Un nuevo concepto para los campamentos de verano

El Rosario propone un modelo de campamento estival «distinto» que impulsa la integración, desde la geografía de un pueblo disperso hasta acoger a todos los diferentes

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Campamento de verano con la participación de 150 niños en el Colegio Miguel Pintor Andrés Gutiérrez

Las vacaciones son para el verano. Puede parecer un tópico, pero es pura realidad a mitad de julio. Un ejercicio de sereno balance une estos dos conceptos –vacaciones y verano– a los de niños, actividades e instalaciones. Sale bien la ecuación y así lo entiende el Ayuntamiento de El Rosario cuando impulsa la idea de otro modelo de campamento estival para los 350 críos –y subiendo– que participan de las actividades lúdicas programadas estos dos meses. El Día fue a comprobar cómo se lo pasan estos chicos de entre 3 a 14 años, durante una jornada cualquiera. Fuera de su municipio, en un día que les llevó a disfrutar de las instalaciones del CEIP Miguel Pintor, en el barrio de La Alegría de Santa Cruz, la capital tinerfeña. Con la visita del alcalde rosariero, Escolástico Gil.

Un campus de verano para la conciliación familiar. Es la idea repetida como un mantra durante toda la mañana al mostrar el desarrollo real de un proyecto organizado por las concejalías de Igualdad y de Acción Social. En principio eran 300 plazas, divididas en dos grupos de 150 niños y niñas, uno para el mes de julio y otro para agosto. Pero la demanda ha superado las expectativas hasta casi alcanzar los 350 usuarios. Con el objetivo claro de beneficiar al mayor número posible.

Un nuevo concepto para los campamentos de verano

Gratuito y con múltiples actividades que se llevan a cabo en tres ámbitos distintos: los pabellones de deportes Emeterio Gil, de Llano del Moro, y José Martín Martín, en Lomo Pelado, ambos en El Rosario, y este Miguel Pintor, centro de las actividades acuáticas.

Bullicio, gritos y pitidos en la puerta del centro de Infantil y Primaria de La Alegría. En el margen derecho del barranco de Tahodio, justo en la avenida de sugerente nombre, José Martí, territorio portuario, y en la senda de un barrio populoso y popular. De El Rosario a Santa Cruz.

El campus, que se desarrolla de lunes a viernes, entre las 8:00 y las 16:00 horas, incluye cursillos de natación, actividades multideporte, senderismo, manualidades, excursiones o fiestas de la espuma. Padres y madres cuentan con el transporte, el desayuno y el almuerzo gratuito para los inscritos.

Integración absoluta

Integración fue la palabra más repetida en el recorrido con el alcalde Gil y Sara Cabello, concejala de Igualdad. En un doble sentido. Por un lado, asegura Escolástico Gil, «para hacer municipio porque hay niños que no se conocían antes al ser de diferentes barrios». La geografía o la socioeconomía diferencian claramente entre la costa y la parte alta de El Rosario. De las actividades acuáticas de litoral al frío del casco del pueblo –manta tradicional incluida– y de las labores agropecuarias a una población urbana de alto poder adquisitivo.

Por otra parte, la iniciativa está dirigida también a niños y niñas con necesidades especiales. Aquí son atendidos por monitores en uno de los pocos campamentos públicos con esta opción. También en la comida especial destinada a diabéticos o celíacos.

Un nuevo concepto para los campamentos de verano

El Rosario impulsa la iniciativa gracias a una subvención de 100.000 euros que parte del Plan Corresponsables Canarias. Esta iniciativa nace de la Secretaría de Estado de Igualdad y contra la Violencia de Género del Ministerio de Igualdad con el apoyo de la Federación de Municipios de Canarias (Fecam). Es un ayuntamiento pionero en Canarias a la hora de ejecutar la idea, aunque otros como Candelaria, se han sumado ahora al proyecto. El Rosario sufraga material y equipamiento para cada uno de los niños con un kit básico: camiseta, gorro de baño, gafas, toalla y botella de agua.

Escolástico Gil, el alcalde, valora: «La realidad es que estamos gratamente sorprendidos por el éxito y la acogida entre la población». Añade: «Es un éxito que, desde cualquier punto del municipio, ya sea en la costa o en la parte alta, hayamos recibido una avalancha de solicitudes y que la gente quiera repetir, aunque no puedan porque debemos darle la oportunidad a todo el mundo».

Explica el regidor de IR-Verdes que «el pasado verano realizamos algún cursillo de natación en el Radazul Sport Center, pero no con este modelo, mucho más completo en cuanto a actividades a desarrollar, gratuito y pensado para niños y niñas con necesidades especiales que están integrados».

La convivencia entre chiquillos de todas las zonas, explica Gil, «para mí es fundamental porque lo que queremos es hacer municipio. Ya lo dije en el final de temporada de la Escuela de Fútbol en una excursión a La Gomera: queremos que, a través del deporte y las actividades de ocio, los vecinos jóvenes se conozcan». Gil incide en que «partimos de la base de que El Rosario es un municipio con dos mentalidades totalmente diferentes: la población de la costa, urbana, y la de la zona alta y las medianías, más arraigada al pueblo». Escolástico subraya que «lo que queremos es que esos dos mundos convivan y se sientan identificados con El Rosario. No hay mejor manera de hacerlo que a través de los niños y las niñas, que son esponjas y se hacen amigos con una facilidad pasmosa».

Otro aspecto destacable es que, además de la parte lúdica, van a hacer salidas para, por ejemplo, conocer el bosque del Adelantado. «Un reducto de laurisilva milenario como parte del rico patrimonio del municipio en el que viven», señala Gil.

Sara Cabello, primera teniente de alcalde y concejala de Igualdad, resume: «Desde que empezamos a plantear este tema, hace un año y medio, al ser miembro de la Comisión de Igualdad de la Fecam, hablamos de estos fondos y cómo darles encaje. Al final concluimos que los padres y las madres cuando más conciliación necesitan es, precisamente, en los meses de verano, cuando los niños están en el periodo de vacaciones».

Cabello añade: «Muchas veces asumen ese trabajo los abuelos, se paga mucho dinero por los campamentos y desde el Ayuntamiento de El Rosario hemos querido darles a padres y madres ese plus de conciliación y que tengan a sus niños en actividades diversas». Concluye: «El campus está saliendo muy bien y esperamos a recibir al nuevo grupo el 1 de agosto».

Las ‘sirenitas’

De repente aparecen en la piscina las sirenitas de El Rosario. Dos parejas de hermanas, Sofía y Alicia, por un lado, y Lucía y Alma, por otro escoltan desde Tabaiba Alta a su amiga Irene. Esta es de El Chorrillo, pero ya camaradas después de conocerse en este escenario de encuentro social. Integración en estado puro.

Entre piscina y comedor, El Día dialoga con Adasat Alonso, gerente de la empresa Tafor que gestiona todo el desarrollo del campamento, No solo el de los niños de El Rosario sino el de otros en Granadilla o en La Palma. Emprendedor a sus 32 años, sorprende lo claro que lo tiene cuando explica que «aquí tenemos trece personas trabajando de manera directa que unidos al transporte o el caterin pueden sumar una veintena». En toda la empresa son 105 empleados. Ya colabora con El Rosario al llevar a los mayores este verano a la playa de Las Teresitas.

Llama la atención y es algo muy positivo comprobar çómo se entienden la parcela pública con la privada. La de los – mejor las– trabajadoras sociales de El Rosario con Adasat y su gente. Dan ganas nombrar a alguien, pero mejor seguir adelante. Discrección.

El CEIP Miguel Pintor, que recuerda a un arquietecto que marcó época, tiene de todo. Piscina donde prender a nadar, comedor o un amplio espacio ajardinado con árboles. Ideal. En el comedor se sientan separados a comer. Es la letra de una vieja canción de la que nada saben Dylan y Alma a sus cinco añitos. Se papean el potaje de verduras y explican que uno es de El Chorrillo y otro de Tabaiba Alta, Se entienden sin problemas. Es El Rosario, 18.500 habitantes, en La Esperanza, Llano del Moro, Machado, El Chorrillo, Costanera. Boca Cangrejo, Radazul y Tabaiba. Muchos y solo uno.

«Fomentar la conciliación de 300 familias». La frase de Sara Cabello lo explica casi todo pero falta entender que la integración es la que manda. Los campamentos son para el verano.

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