Desde el 2019, con la puesta en marcha de la estrategia Los Realejos Birding, esta localidad norteña se vende en el exterior como un lugar ideal para los aficionados a la observación de aves, gracias a sus espectaculares paisajes y a la presencia de especies únicas como las palomas rabiche y turqué.
Los Realejos decidió en el año 2019 empezar a trabajar para captar un tipo de turismo sostenible que mueve cada año a miles de personas en todo el mundo y que, además, pone en valor los recursos naturales. El turismo ornitológico, el que anima a los amantes de las aves a recorrer diferentes territorios para observar y fotografiar su avifauna en libertad, es ya una apuesta estable del municipio, que cuenta con su propia guía y una red creciente de puntos de observación que cada año se promocionan en ferias y encuentros especializados gracias a la estrategia turística Los Realejos Birding.
Con casi el 50% de su territorio protegido por diferentes leyes y normativas ambientales a nivel nacional, regional (Ley de Espacios Naturales de Canarias), europeo (Zona de Especial Protección para las Aves) e internacional (Patrimonio Mundial), Los Realejos alberga en sus montes, laderas, acantilados y costas especies únicas como el pinzón azul o las palomas rabiche y turqué, y una lista casi interminable de aves con población estable o migratorias: halcones tagarotes, cernícalos, garzas reales, garcetas, perdices, ratoneros, gavilanes, pardelas cenicientas, currucas, herrerillos, canarios, alpispas, currucas, cuervos...
Los principales puntos de observación se sitúan en los acantilados de Gordejuela, la Rambla de Castro, el mirador de La Grimona, Tigaiga, Chanajiga, El Lance (una de las zonas de la isla más propicias para la observación de la palomas rabiche y turqué), Barranco de Ruiz o la Balsa de La Cruz Santa, una de las mayores balsas de regadío de la isla de Tenerife, convertida, en las dos últimas décadas, en uno de los puntos preferidos de la isla para gran número de aves migratorias. Se han observado allí más de 30 especies, como la cigüeña blanca o el ánade rabudo .
El éxito de esta apuesta se deja notar también en iniciativas como el Concurso Internacional de Fotografía de Naturaleza NaturViera, un certamen puesto en marcha por las áreas de Medio Ambiente y Turismo del Ayuntamiento de Los Realejos, que reunió el pasado año cerca de 500 fotógrafos de 25 países.
