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patrimonio | Un catálogo de riquezas intangibles

Las 1.018 huellas de la industria en Tenerife

La profesora Amara Florido presenta el inventario de un patrimonio de la Isla que documenta edificios y bienes muebles

Las 1.018 huellas de la industria en Tenerife El Día

«El patrimonio industrial de Canarias es el de la memoria del trabajo, del esfuerzo y del sudor». La frase es de Amara Florido, doctora en Historia del Arte por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), y autora de la publicación de 200 páginas que reúne los bienes del inventario del patrimonio industrial de Tenerife, fruto del esfuerzo de siete años (2012-2019). En concreto, documenta en ocho grandes bloques, del sector agroalimentario al de la energía, 1.018 vestigios de interés histórico-industrial (506 inmuebles y 512 muebles). Entre ellos, elementos, edificios y bienes de tipologías muy diversas y poco conocidas. El catálogo fue presentado por primera vez en la Isla, con la sede del Colegio de Ingenieros Industriales como marco. A la autora de inventario la acompañaron en el acto divulgativo la directora general de Patrimonio Cultural del Gobierno de Canarias, Nona Perera, y el vicedecano del Colegio, Artemio González.

Florido explica que «muchas veces este patrimonio no está reconocido por la población porque se aleja del concepto tradicional que tenemos de patrimonio». La experta incide en dos motivos: «Por un lado, porque está formado por unos bienes utilizados hasta hace relativamente poco tiempo, lo cual hace que cueste relacionarlos con el concepto de lo antiguo; por otra parte, por sus valores peculiares, intrínsecos y singulares con un carácter funcional; es decir talleres, fábricas e industrias con un fin único: la producción». Por eso, señala Florido, «no cumplen con conceptos relacionados con la estética o la belleza».

Las 1.018 huellas de la industria en Tenerife José Domingo Méndez

«El inventario surge de la necesidad de salvaguardar la memoria histórica de la industrialización de la Isla, en consonancia con otros proyectos y realidades». Lo asegura Nona Perera. Añade que «al tratarse de un patrimonio en rápida transformación y deterioro y, por lo tanto, en grave peligro de desaparición, se hace necesaria una rápida y efectiva catalogación de lo que hasta la fecha se conserva», precisa. Subraya Perera que «estos inventarios constituyen una base de datos objetiva de los bienes del patrimonio industrial de Tenerife, identificando, describiendo y valorando los testimonios registrados para su protección, difusión y puesta en valor».

Las 1.018 huellas de la industria en Tenerife

Amara Florido alerta sobre la fragilidad del patrimonio industrial: «Es vulnerable, infravalorado, incomprendido y, por tanto, amenazado». Esta situación ha dado lugar a «la destrucción y el abandono de estructuras, máquinas e instalaciones de indudable significación histórica y cultural».

Esta publicación da un paso más pero «el gran reto de investigadores, asociaciones y organismos es despertar la sensibilidad hacia el legado derivado de la industria como parte indisoluble del patrimonio histórico y cultural», sostiene Florido.

Los trabajos de catalogación del Patrimonio Histórico Industrial en Canarias se han acometido de manera ininterrumpida desde el año 2009, financiados por la Dirección General de Patrimonio Cultural del Gobierno de Canarias. La primera isla objeto de estudio fue Gran Canaria, donde se llegaron a registrar un total de 1.014 elementos de interés, de los cuales 616 se incluyen en la categoría de bienes inmuebles y 398 restantes en la de bienes muebles. En 2011 se ejecutó el estudio de Fuerteventura, contabilizando 286 registros, de los cuales 214 pertenecen a la sección de inmuebles. Actualmente, se está finalizando el inventario de la isla de La Gomera.

En Tenerife

La preocupación por el patrimonio industrial en Canarias es relativamente reciente y en algunos casos ha llegado demasiado tarde. En Tenerife ya han desaparecido instalaciones fabriles de extraordinaria importancia o están en riesgo como la Fábrica de Gas (1906) y la Compañía Central Eléctrica e Industrial de Tenerife (1897), en Santa Cruz de Tenerife; la Estación de bombeo La Gordejuela (1903), en Los Realejos; La Fábrica de destilación (1900), en Los Cristianos (Arona) o la Estación del Tranvía Eléctrico (1901), en La Cuesta (San Cristóbal de La Laguna).

«Durante muchos años, las viejas fábricas fueron consideradas un estorbo, un obstáculo en el progreso y un objetivo a eliminar, arrasando con la memoria del lugar, la del trabajo, en favor del concepto de progreso. Afortunadamente, la sensibilización hacia este desconocido patrimonio es cada vez mayor», apunta Florido. Hecho relevante ha sido, sin duda, la inclusión de la nueva figura de protección, el patrimonio industrial, en la Ley de Patrimonio Cultural de Canarias (2019).

En el caso de Tenerife, los intereses se han centrado en la rehabilitación de lagares de vino, chimeneas y elementos del patrimonio mueble como trilladoras, grúas, etc. Destacan por su peculiaridad, el Espacio Cultural El Tanque, en la capital tinerfeña, abierto al público en 1997, tras la rehabilitación de uno de los antiguos depósitos de carburante de la Refinería de Santa Cruz.

Entre los proyectos en trámite, o a la espera de finalizar, se encuentran el antiguo Secadero de Tabaco (Granadilla) como centro cultural; los almacenes de empaquetado de Sixto Machado (Candelaria), como espacios polivalentes, al igual que el almacén de empaquetado de la FAST (Garachico).

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Linotipia de EL DÍA: un símbolo de la época de las artes gráficas

Ahí está viendo pasar el tiempo. No es la Puerta de Alcalá, pero sí el símbolo de una época como lo es el madrileño. Se trata de la linotipia del periódico EL DÍA. Representa la permanencia todavía de una cultura, la del patrimonio industrial. Amara Florido la ha incluido en su libro dentro del capítulo de la artes gráficas y el cine. Explica que «es la imagen de la rica historia de EL DÍA y todo lo que representa el mundo de las artes gráficas». Solo se conservan dos en la Isla, pero la de EL DÍA reúne dos condiciones tan extraordinarias como ideales. Por un lado, explica Florido, «la buena conservación de la máquina». Por otra parte, valora, «el hecho de que esté en la puerta de entrada del periódico como un vestigio de otra época». Subraya: «Elemento trascendental en la historia de las artes gráficas en Tenerife». En su compendio, la experta grancanaria valora que «los cambios y tendencias en el sector de las artes gráficas tras la llegada de la tecnología digital han provocado el cierre progresivo de la mayor parte de las empresas del sector». Subraya para concluir: «Pese a todos los adelantos de la industria tipográfica, todavía se conserva el equipamiento original en las instalaciones primitivas». Lo explica la autora del trabajo que difunde el patrimiono cultural e histórico menos conocido de Canarias y de Tenerife.

«Cuando vayan a desmontar la Refinería no arrasen con todo»

La doctora Amara Florido lanza un sentido llamamiento de entrada: «Cuando vayan a desmontar la Refinería –se refiere a la de Cepsa en Santa Cruz de Tenerife– no arrasen con todo y mantengan los elementos más singulares, por favor». Considera la experta que «este es un ejemplo evidente de valor como patrimonio industrial no reconocido como histórico». Ahonda en la idea de que «queda difuminado por aspectos difusos que existen como la especulación o la presión inmobiliaria, pero lo cierto es que s e trata de un patrimonio social al ser la única Refinería de Canarias». Valora Florido como material a conservar el Almacén de Cepsa o la Torre del Agua y la Casa de Piedra como central de fuerza energética de la instalación. También le da importancia a la primera antorcha o a la central térmica, las tres chimeneas. Sin embargo, «aún respetando todas las opiniones» considera Florido que «las esferas, esos tanques gorditos, tienen originalidad en su forma pero las más antiguas datan de 1962, lo cual hace complicada la catalogación».- Además, recalca que «están situadas en un lugar que complica la conservación». Resume la profesora: «Este es un patrimonio industrial muy importante en sí mismo pero que es un referente para todo el patrimonio histórico». Refinería de Cepsa. Instalada en 1930 ocupa una superficie de 500.000 metros cuadrados. En 2018 se llegó a un acuerdo con el Ayuntamiento de Santa Cruz para transformar estos terrenos en el Santa Cruz Verde 2030. Atesora un material de gran importancia patrimonial: la torre de agua, la primera antorcha, la casa de piedra... El almacén general es otra de las joyas del patrimonio industrial. Es un edificio que representa una construcción singular. De planta rectangular, con pilares y cúpula abovedada, está incluido en el catálogo que la Fundación Docomomo Ibérico considera de interés. Florido dixit: «La Refinería, con más de 90 años de historia, ha dejado una huella de gran valor patrimonial»

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