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El rosario

Nuevas conducciones de agua para evitar que Tenerife II se quede desabastecida

El Ayuntamiento de El Rosario propone al Estado un proyecto de 2,7 millones de euros y un año de trabajo | La idea consiste en habilitar un nuevo punto de suministro

Una vista panorámica del Centro Penitenciario Tenerife II. E. D.

El Ayuntamiento de El Rosario ha propuesto al Estado un proyecto para dar carpetazo al problema de abastecimiento de agua del Centro Penitenciario Tenerife II y mañana mantendrán una reunión al respecto. Se trata de una fórmula con la que se intenta evitar que la prisión pueda quedar sin suministro ante un eventual fallo crítico del único conducto que actualmente le proporciona agua desde el Pozo de La Cañada, donde, además, cada vez es necesario profundizar más para llegar al nivel subterráneo donde se encuentra el líquido elemento.

La solución pasa por crear nuevas conducciones para que el citado espacio deje de ser el único punto de suministro y que la prisión pueda ser abastecida también desde el depósito de La Parra, cuya agua procede del canal Río-Portezuelo. El coste de la actuación es de algo más de 2,7 millones de euros y supondría un año de trabajos.

Para entender la problemática hay que recordar que el Consistorio rosariero se ocupa tanto del abastecimiento de agua como del saneamiento y depuración de las aguas de la cárcel. Y esto le viene trayendo algunos quebraderos de cabeza. No en vano, la institución local ya expresaba públicamente en octubre de 2019 la necesidad de un mayor apoyo del Estado. Más recientemente, en enero de este año, el delegado del Gobierno en Canarias, Anselmo Pestana (PSOE), visitó el municipio y de aquel encuentro quedó el compromiso trasladar la situación a los responsables estatales.

El alcalde, Escolástico Gil (IR-Verdes), explica que el proyecto debe ser aprobado por la Secretaría de Estado de Seguridad y por la Secretaría de Instituciones Penitenciarias, estamentos dependientes del Gobierno de España. Por ello, las reuniones interadministrativas continúan y está previsto un nuevo encuentro este lunes entre todas las partes.

Gil pide que la «solidaridad» de El Rosario debe verse recompensanda con inversiones

«La solidaridad de El Rosario acogiendo una instalación que nadie quiere tener nunca en su territorio como es una prisión debe verse recompensada con compromisos firmes en inversiones que mejoren la calidad de vida, tanto de la población reclusa como de los propios vecinos del entorno», recalcó Gil, que añadió que la zona de Llano del Moro, en la que se ubica la prisión, también se nutre de las mismas fuentes de agua, «por lo que la obra beneficiaría a ambas partes, ya que, cuando hay problemas de suministro de agua a la prisión, impide que llegue con normalidad al resto de zonas de Llano del Moro».

Desde el Ayuntamiento de El Rosario apuntaron que la importancia del proyecto radica «en la necesidad de garantizar la continuidad de un servicio esencial como es el agua en una instalación tan sensible como es una prisión, donde conviven reclusos y funcionarios, y que en un caso de desabastecimiento podrían darse importantes problemas de convivencia que, de alargarse, sería factible que derivasen en otro tipo de altercados de mayor gravedad». Y agregaron: «Todo ello, además, sin que se vea perjudicado el suministro de agua a los vecinos de este lugar».

Cabe especificar que las fuentes de abastecimiento de El Rosario son en parte propias (29%) y el resto son compras (61%). El citado 29%, procedente de dos pozos de abastecimiento, acaba yendo en parte al centro penitenciario. «En cuanto a la compra de agua, es un volumen muy importante, que equivale a varios millones de euros anuales», cifraron desde el Consistorio rosariero.

La memoria del proyecto que se pretende llevar a cabo refiere los factores del crecimiento demográfico y la disminución «en cantidad y calidad» de los recursos hídricos disponibles. «Dichas circunstancias son especialmente relevantes en el sector de abastecimiento de Llano del Moro, donde se sitúa el Centro Penitenciario Tenerife II, al depender actualmente de una única fuente de suministro (depósito de La Cañada)», recoge el documento, que apuesta por llevar a cabo «la actuación de incrementar el número de fuentes de suministro del sector, así como mejorar la capacidad de suministro de la red de distribución de la zona».

Ese aumento de aportes de agua es el objetivo. «La actuación propuesta consiste en la ejecución de nuevas conducciones de distribución en la zona, una por gravedad partiendo del Pozo de La Cañada y otra presurizada a partir del Canal Río Portezuelo (depósitos de La Parra)», expone. Las longitudes, respectivamente, son de 3,1 y 4,05 kilómetros, enterradas en zanja bajo viales públicos municipales (calle El Cascajal y La Cañada y caminos Porcuna, El Convento y de Candelaria) e insulares (carreteras general TF-24, TF-258 –caminos Escaño y La Mina- y TF-272 –La Esperanza-Llano del Moro–).

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