El Camino Real de Chasna es una ruta histórica que comunica desde hace más de quinientos años las comarcas del norte y sur de la Isla. Fue una vía de comunicación mercantil, territorial, burocrática, social y cultural entre La Orotava y Vilaflor. Es el eje en torno al que crecen los lazos que llevaron a ambos ayuntamiento a hermanar ambos pueblos. Un hecho que culminó con el acto celebrado en la Plaza Obispo Pérez Cáceres, de Chasna, con lo que las corporaciones cumplieron el acuerdo plenario unánime que adoptaron el 14 de junio de 2021.

La alcaldesa de Vilaflor de Chasna, Agustina Beltrán, y el alcalde orotavense, Francisco Linares, valoraron los vínculos y la colaboración entre ambos municipio a lo largo de la historia «y los numerosos lazos y múltiples conexiones que perduran». Por ello, anunciaron que continuarán realizando actos lúdicos y culturales en ambos municipios. El cronista oficial chasnero, el juez Nelson Díaz, glosó la hermandad de ambos pueblos y el papel desarrollado por el Camino de Chasna.

Una ruta que en la actualidad el Camino de Chasna cobra importancia, pasando a formar parte de la Red de Senderos del Cabildo de Tenerife y sirviendo de eje a otras rutas. También se han recuperado los valores culturales y ambientales del camino, promocionando su potencial como recurso turístico y educativo. Esta vía se utilizó por los aborígenes para la trashumancia del ganado, cruzando el Parque Nacional de Las Cañadas. Así, estaban enlazados los dos principales menceyatos de la Isla: Abona y Taoro. Tras la conquista, Vilaflor formó parte del partido judicial orotavense. La carretera entre ambos municipios por el Parque Nacional resta importancia al Camino como vía de comunicación.