El pleno del Ayuntamiento de Adeje aprobó ayer –con los votos a favor de PSOE y Podemos y la abstención de CC– iniciar el expediente de expropiación de la Casa Fuerte para su rescate ante su evidente estado de ruina. Este inmueble construido a mediados del siglo XVI (1556, se estima) fue declarado Bien de Interés Cultural (BIC), con la categoría de Monumento, en 1986 y se ubica en el casco histórico del municipio, en el entorno de la Iglesia de Santa Úrsula. El alcalde, José Miguel Rodríguez Fraga, dijo que «es un momento histórico, se lo debíamos al pueblo de Adeje. La Casa Fuerte tiene una carga simbólica muy potente y debemos rescatarla para conservarla y para el disfrute del pueblo».

La Administración municipal pone en marcha este mecanismo «ante el evidente deterioro y estado de ruina de este bien inmueble histórico, tanto por el paso del tiempo como por el consciente abandono actual por parte de las personas propietarias», señala el gobierno local. A esa situación también contribuyen «las acciones de expolio y destrucción sistemática» de las que ha sido objeto, «que incluyen el derrumbe de muros y el pintado de grafitis».

El informe técnico alerta de la necesidad de una actuación urgente antes de que «el daño sea irreversible» y detalla numerosos desperfectos y daños en la Casa Fuerte, que incluyen el desplome de tejados, el deterioro de piedras constructivas o la desaparición de esgrafiados e idolillos de gran valor histórico-artístico. También contribuyeron a devaluar este complejo las intervenciones más recientes, realizadas con procedimientos y materiales inadecuados que parchean, desvirtúan y descontextualizan el valor del monumento, detalla el documento aprobado ayer por el Pleno.

La recuperación de la Casa Fuerte para el pueblo de Adeje «será un hito, cuando se logre, muy importante». Esta afirmación de la autoridad se produce «no solo por el significado histórico que tiene este lugar, por lo que supuso para el desarrollo y la sociedad local en lo bueno y en lo malo, sino porque desde el Ayuntamiento se considera que una parte del futuro del caso histórico del municipio pasa por ese lugar y todo el entorno que conforman la Plaza de España, la calle Grande, el nuevo Teatro del Centro Cultural, el Barranco del Infierno, etc.

El alcalde sostiene que «es un momento histórico» para el municipio por la carga simbólica del lugar

Interconexión.

En este sentido, el Ayuntamiento tiene proyectada una semipeatonalización de la calle Grande. Se trata de propiciar la permeabilización del entorno para lograr que los vecinos y transiten con facilidad entre la zona turística y la histórica. Esta comunicación permitirá dar a conocer y poner en valor la historia y cultura, así como diversificar la economía y generar oportunidades y riqueza en igualdad de condiciones para todos los núcleos del municipio, señala el gobierno.

La idea es respetar al máximo la construcción original de la Casa Fuerte, tal y como marca la normativa internacional de preservación y restauración del patrimonio. Además, el consistorio considera que se generará un punto de interés turístico.

Décadas esperando.

El Ayuntamiento de Adeje recurre a la figura de la expropiación forzosa, recogida en la Ley de 16 de diciembre de 1954, tras haber realizado numerosas gestiones a lo largo de las últimas décadas para llegar a un acuerdo amistoso con las partes propietarias y herederas de la Casa Fuerte. Sin embargo, todos los esfuerzos fueron infructuosos al no producirse un acuerdo unánime.

Entre los daños enumerados se cita el desplome de tejados o la desaparición de esgrafiados e idolillos

Historia.

En el año 1553, Pedro Ponte solicitó construir una fortificación para defender la zona de las continuas incursiones piratas que asolaban la costa del municipio de Adeje. En 1555, fue autorizado y en 1556 se construyó una casa fuerte que se convirtió, durante tres siglos, en el centro político, económico y social de la jurisdicción de Adeje, bajo el régimen señorial de los Ponte.

Residencia fortificada, mezcla de casa de campo y fortaleza, de planta casi cuadrada, ocupaba 9.024 varas castellanas (7.200 metros cuadrados). Constaba de castillo y torre del homenaje, almacenes, graneros, cuadra, herrería, panadería, hornos, viviendas para la servidumbre y para los administradores, oratorio y palacio principal. Según el naturalista francés Berthelot, «la habitación más importante es la Sala de Archivos», que contaba con cuatro grandes armarios repletos de documentos, definidos por el historiador Viera y Clavijo como «el Tesoro de las Canarias».

La Casa Fuerte, con sus 466 años de antigüedad, marca la historia de la colonización del suroeste de Tenerife. Hacienda protegida por un castillo con una función defensiva ante la amenaza de piratas, constituía el centro económico de la zona, en la que se desarrollaban actividades económicas agrícolas y ganaderas (con cabañas caprina, bovina, mular y camellar), pasando por la explotación forestal para obtener leña, el cultivo de cereales, cañaverales y productos hortícolas.