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Tacoronte

Usar inhibidores para evitar trampas en las oposiciones también es ilegal

El Ayuntamiento de Tacoronte se planteó su uso para repetir el examen para Policía Local con más garantías en julio, pero la legislación impide el uso de esas interferencias

Inhibidor de Frecuencia incautado por la Policia Local de Elche El Día

El Ayuntamiento de Tacoronte se planteó, tras la suspensión el pasado 26 de abril de una oposición a Policía Local tras detectarse que alguien recibía las respuestas desde el exterior, que la mejor solución para evitar estas trampas tecnológicas para copiar en las oposiciones pasaba por utilizar inhibidores de frecuencia en sus instalaciones o por solicitar que los exámenes se realizaran en el futuro aulas supuestamente dotadas con este tipo de dispositivos en la Universidad de La Laguna (ULL). Dos posibilidades que la legislación actual no permite y que complican el control de quienes utilizan minipinganillos, cámaras y tecnología inalámbrica para recibir las respuestas de los exámenes que dan acceso a empleos públicos.

La propia Universidad de La Laguna explicó ayer a EL DÍA que «los inhibidores son a todas luces ilegales, por lo que esta universidad no instala este tipo de dispositivos en sus aulas. Y en el caso de detectar su existencia en alguna, tendríamos la obligación de denunciarlo». Una respuesta que vuelve a dejar en el aire la repetición del examen que se tuvo que suspender tras comprobarse que alguien mantenía una llamada activa con el exterior, a través de un teléfono móvil y un pinganillo oculto.

La Universidad de La Laguna niega que utilice inhibidores de frecuencia

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Existe un informe de la Unidad Central de Seguridad Privada de la Dirección General de la Policía y la Guardia Civil, del Ministerio del Interior del Gobierno de España, que el 16 de febrero de 2010 ya deja claro que «los dispositivos inhibidores de frecuencia sólo pueden ser usados por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y Administraciones Públicas autorizadas, por lo que, en la actualidad, todos aquellos que se estén utilizando fuera de esta excepción, y sin la autorización expresa de la Secretaría de Estado de Telecomunicaciones, se encuentran al margen de la legislación vigente, pudiendo aplicarse, en consecuencia y previa denuncia, el correspondiente régimen sancionador por parte del organismo competente». Además, añade que  todos los estados miembros de la Unión Europea «acordaron no autorizar este tipo de equipos, salvo para las excepciones previstas en la norma en el ámbito de la seguridad pública».

Sin embargo, la Dirección General de la Policía y la Guardia Civil ya reconocía hace más de 12 años la existencia de este problema en las oposiciones y exámenes: «Un caso particularmente problemático es el de los estudiantes y opositores, que vienen utilizando aparatos tecnológicos de muy difícil localización en las distintas pruebas de conocimientos, y que han provocado que muchos centros públicos y privados estén estudiando la conveniencia y la legalidad de instalar inhibidores de frecuencia en sus aulas, con el único objetivo de impedir o hacer inútiles los aparatos utilizados por los alumnos para, de forma fraudulenta, superar las pruebas, pero que también inutilizarían otros aparatos legales como los teléfonos móviles, los equipos de seguridad o los mandos a distancia de los distintos aparatos electrónicos del propio centro y de los locales o viviendas de las proximidades».

Sin embargo, las únicas excepciones que contempla la directiva europea que regula el uso de los inhibidores de frecuencia se limitan a «los utilizados, exclusivamente, para actividades relacionadas con la seguridad pública, la defensa nacional, la seguridad del estado y las actividades del Estado en el ámbito del Derecho Penal». De acuerdo con este marco legal, en la última década el Ministerio del Interior ha obligado a retirar inhibidores de las universidades de Asturias, Valencia, Aragón o Murcia, entre otras comunidades autónomas. Descartados los inhibidores, las administraciones cuentan con otras alternativas que podrían ayudar a detectar estos fraudes, como las Software Defined Radio (SDR) o los detectores de frecuencia, que pueden emitir avisos cuando están cerca de conexiones GSM, 3G, 4G, wifi o bluetooh, como las que usan los pinganillos de los copiones.

Software Defined Radio

El hacker y experto en ciberseguridad Deepak Daswani explica a EL DÍA que «sin entrar a analizar su encaje legal» existen otras tecnologías que, al margen de los habituales inhibidores de frecuencia, podrían impedir el uso de trampas tecnológicas para copiar en oposiciones y exámenes. Es el caso de las Software Defined Radio (SDR), que pueden utilizarse para detectar y complicar las comunicaciones inalámbricas tanto en su modo recepción como en su modo transmisión. Una SDR serviría, por ejemplo, para introducir música o ruido en esas comunicaciones.

Detectores de señales

Daswani añade que también existe tecnología para escanear el espacio radioeléctrico y determinar si hay conexiones activas: «Hay escaner de bluetooh, wifi y detectores de frecuencia». Un detector de frecuencias que trabaje con GSM, 3G, 4G, wifi y bluetooh puede ayudar a descubrir el uso de pinganillos con sólo acercarse a los tramposos.

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