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Tradición | Un sector que busca mantenerse

La lana reivindica su espacio

La plaza de La Constitución de La Orotava reúne a artesanos y ganaderos en la IX edición del Festival de Lana de Canarias para promocionar este tejido natural

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Feria de la Lana de La Orotava Carsten W. Lauritsen

Aurelio Cabrera y Guanyxemar Quintero mueven las tijeras durante el trasquilado con esa destreza que solo da la experiencia. La oveja se mantiene en el suelo quieta, como hipnotizada, mientras que toda la lana que la cubría va desapareciendo poco a poco. Esa labor que suelen realizar los ganaderos en la soledad de sus casas y fincas fue mostrada ayer en la plaza de La Constitución de La Orotava dentro del Festival de Lana de Canarias, que cumplió este año su novena edición. Se trata de una cita con la que este tejido reivindica el espacio que ha ido perdiendo y en la que se pone de relieve la labor que desarrollan los productores y artesanos.

Una mañana soleada de sábado se dio la mano con un acto que estaba previsto que se prolongase hasta las ocho de la tarde. «Hay 20 puestos con gente de todas las islas e, incluso, de la Península», explicó la concejala de Patrimonio Histórico y Turismo del Ayuntamiento orotavense, Delia Escobar, sobre unos estands dedicados a la lana y a los que también se unía uno en el que los visitantes podían comprar quesos de la Quesería Benijos. «Esto surgió con el objetivo de dar a conocer el trabajo de la lana, que se encuentra en decadencia desde que llegó la industria sintética», contextualizó Escobar, que además de edil es artesana y que junto a Lola Reyes, que está al frente de La Ranilla Espacio Artesano (Puerto de la Cruz), coordinó el evento.

La lana reivindica su espacio

Durante la inauguración de la jornada, Reyes puso de relieve que la lana «no es un residuo, sino un recurso», y defendió el trabajo por la sostenibilidad y el respeto por los animales que se viene realizando desde la creación del Festival. «Esperamos que sea un altavoz», manifestó, antes de destacar la importancia de generar en el visitante una reflexión. El alcalde villero, Francisco Linares (CC), y el consejero de Agricultura, Ganadería y Pesca del Cabildo de Tenerife, Javier Parrilla (PSOE), también estuvieron en la presentación junto a otros representantes públicos.

Parrilla se detuvo en la necesidad de mantener y transmitir el conocimiento en el sector ganadero y artesano. «Desde el Cabildo hemos incrementado un poco la cabaña de ovejas», apuntó, y se comprometió a «generar caminos para que quienes quieran los puedan transitar». Por su parte, Linares felicitó las nueve ediciones con las que ya cuenta la feria, y resaltó que este tipo de iniciativas salen adelante porque «la sociedad civil las impulsa», antes de incidir en que se requiere transmitir los «valores e historia» a las nuevas generaciones.

Detrás del Festival de Lana de Canarias se encuentra la Entidad para la Difusión del Arte y la Cultura (EDAC) y tiene el respaldo del Ayuntamiento, así como del Gobierno de Canarias, el Cabildo de Tenerife y la Obra Social La Caixa, entre otras instituciones. Con más lana que nunca es el lema de esta edición, en la que se entregaron dos distinciones: a la Fundación Tenerife Rural y al Ayuntamiento de La Orotava. Asimismo, se otorgó por primera vez el Premio de Investigación Alcira Padrón. El galardón recayó en Marta Pomposo por un trabajo sobre el uso de la lana en semilleros hortofrutícolas. «Espero que sirva para darle a la lana el valor que debe tener», expresó, y también realzó la figura de Alcira Padrón, una artista y poetisa de El Hierro fallecida en 2020 y de la que familiares se desplazaron hasta La Orotava para sumarse al acto.

La lana reivindica su espacio

El saber herreño

Los allegados de Alcira Padrón no eran los únicos herreños en la plaza de La Constitución. El ganadero Aurelio Cabrera también es de la Isla del Meridiano, al igual que Guanyxemar Quintero. Ambos viajaron hasta el Norte de Tenerife para realizar las cuatro pelas de ovejas que se llevaron a cabo durante el día. La primera de ellas tuvo lugar tras la inauguración del Festival. Una voz en off iba explicando algunos datos sobre esta práctica, y posteriormente Lola Reyes incidió en que la oveja «no sufre en absoluto», y añadió que el animal necesita que se le quite de encima esa lana que recubre todo su cuerpo.

«En Canarias solemos utilizar el sistema del corte con tijeras, no se suele emplear la máquina», precisó mientras que Aurelio y Guanyxemar iban avanzando en el trabajo. La lana que se obtiene de la denominada pela se llama vellón. Según expuso, posteriormente se procede al lavado del tejido con agua y sin jabón. «Que esto sirva para poner en valor el trabajo de los pastores», recalcó.

En concreto, Aurelio Cabrera es de Isora, del municipio de Valverde, y lleva toda la vida al cuidado de los animales. Señaló que tiene 140 ovejas y que observa que se está perdiendo la tradición. También consideró que se requiere un poco más de flexibilidad por parte de las administraciones en materia burocrática, y de una forma especial cuando se trata de jóvenes que quieren poner en marcha actividades ganaderas y que se encuentran con demasiados requisitos que dificultan su objetivo. «Esto se debería hacer todos los meses para que la gente joven se vaya involucrando y aprendan a ser peladores», indicó sobre la importancia que acciones como el Festival de Lana tienen para el sector. Por su parte, Guanyxemar es de El Pinar y, aunque no es pastor, sí conoce la práctica de la pela.

La lana reivindica su espacio

Al analizar el presente del sector, la concejala Delia Escobar observó algún signo para la esperanza. «Ahora notamos que hay un resurgir con el consumidor sostenible, el que busca el kilómetro cero, las fibras naturales...», explicó. Precisamente, la situación de la lana fue lo que impulsó la puesta en marcha de esta feria que ya suma nueve ediciones. En los inicios, como en la actualidad, estaban preocupados por la pervivencia de las razas autóctonas de ovejas en Canarias y fue por ello que decidieron organizar un acto que uniese a artesanos, pastores y ciudadanía en general.

Iniciativa consolidada

La iniciativa se ha ido consolidando y ha resistido al parón de la covid. No en vano, este sábado contaban incluso con una artesana procedente del municipio cacereño de Hervás. Su nombre es Almudena Sánchez y acudió hasta La Orotava de la mano del proyecto Dehesalana. Según apuntó, se dedica profesionalmente a esta actividad como formadora, productora y artesana. «Tenía muchas ganas de venir; necesitamos que se divulguen esta actividad y es importante que exista una red de espacios dedicados a la lana», señaló tras un análisis sectorial en el que detecta luces y sombras. «Está habiendo un resurgir, pero nos estamos dando cuenta cuando se han perdido muchos saberes y espacios para la transformación», manifestó.

Sánchez aborda el problema de la transformación por los escollos con los que se encuentra en el día a día. «Se ha perdido sobre todo la infraestructura que garantizaba la transformación en origen», dijo. «No tiene sentido que lo que producimos viaje a la otra parte del mundo para que después vuelva transformado», prosiguió, al tiempo que lamentó que, además, se da la circunstancia de que las instalaciones que quedan están pensadas más para los grandes productores que para otros más pequeños. Estos últimos, como es su caso, se encuentran por ese motivo con serias dificultades.

Según indicaron desde el Ayuntamiento, la feria celebrada ayer es el «broche final» de un programa de actividades más amplio. A lo largo de la semana se sucedieron talleres en dos lugares emblemáticos como son el Centro de Interpretación del Arte Efímero y el Museo de Artesanía Iberoamericana de Tenerife, con distintas disciplinas artesanales de fieltro, ganchillo, hilado o bisutería lanar, entre otras, vinculadas con la fibra natural de la lana de oveja.

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