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Arqueología | Avance importante en el estudio de las primeras poblaciones de la Isla

Los guanches, por primera vez en tres dimensiones

Una empresa lleva al 3D una veintena de restos humanos de

los primeros pobladores de Tenerife, entre ellos varias momias

Helia Garrido, arqueóloga de la empresa Cultania, trabaja con un cráneo para sacar una imagen en tres dimensiones. E. D.

Cráneos, mandíbulas, tibias, peronés, pelvis o incluso momias completas e incompletas que muestran marcas de artrosis, sinusitis, trepanaciones, heridas por golpes o hasta tumores y vísceras. Todos estos restos guanches del Museo Arqueológico de Tenerife se podrán ver por primera vez en tres dimensiones a través de un ordenador gracias a un proyecto de documentación que dirige la empresa Cultania, con la financiación del Instituto Canario de Desarrollo Cultural del Gobierno regional y la colaboración del Museo de la Naturaleza y la Arqueología de Santa Cruz de Tenerife (MUNA), al que pertenece el Arqueológico.

Javier Soler, socio fundador de Cultania junto a Josué Ramos, explica que se ha empleado la fotogrametría, técnica que consiste en la toma de fotografías de toda la superficie de los restos humanos con las que se realiza posteriormente una reconstrucción en 3D. «Por ejemplo, para las momias completas hemos necesitado unas 800 fotografías, mientras que para un cráneo, 300. Son imágenes que se van obteniendo moviendo cada resto con mucho cuidado y poniéndolo en diferentes ángulos», detalla Soler, doctor en Prehistoria por la Universidad de La Laguna y profesor de Arqueología en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.

En esta primera parte del proyecto, el equipo de Cultania ha completado las imágenes tridimensionales de 20 restos de guanches. Fueron seleccionadas por los bioantropólogos Conrado Rodríguez Maffiote y Mercedes Martín Oval, del Museo Arqueológico de Tenerife, «cuya colaboración ha sido fundamental», detalla Soler. «Son todas piezas con características diferentes, que cuentan historias muy distintas de cada individuo. Es muy interesante porque hablamos de unos fondos, los de este Museo, entre los más completos y mejor conservados del mundo», matiza el arqueólogo.

Artrosis, tumores, golpes

Las enfermedades que presentan van desde las más habituales en las primeras poblaciones de Tenerife, que se calcula que llegaron a la Isla sobre el siglo V antes de Cristo, como las vinculadas a procesos degenerativos –artrosis, sinusitis o abscesos–, a otras habituales en sociedades con una alta intensidad física –correr, trepar, saltar– como la periostitis –inflamación de los huesos–, fracturas –de tabique, por ejemplo– o traumatismos de muy diversos orígenes. Según los estudios, las marcas de los golpes no solo proceden de caídas, sino también del impacto de instrumentos hechos con piedras que, como en el caso de un cráneo procedente de Garachico, llegó a afectar a todo el lado derecho de la cabeza. «Este guanche debió tener la mitad de la cara destrozada, pero sobrevivió al encontrar marcas de cicatrización», recuerda Soler.

Se ha buscado también que la procedencia fuera lo más diversa posible, abarcando no solo yacimientos arqueológicos de distintas zonas de Tenerife, sino también de épocas diferentes: desde excavaciones de la década de 1940 y 1950 realizadas por Luis Diego Cuscoy –como la del Llano de Maja (Las Cañadas), Barranco Cruz de las Ánimas (Candelaria), El Masapé (San Juan de la Rambla), Cueva de La Lana (Tacoronte) o Cueva de los Guanches (Tegueste)– hasta otras intervenciones más recientes como las de Majagora (Guía de Isora), Cueva de San Marcos (Icod de los Vinos) o Mesa del Mar (Tacoronte). Igualmente, se ha trabajado en restos procedentes de colecciones, como la de Villa Benítez, que posee un cráneo en el que aparecen restos de un tumor benigno; o de donaciones, como un cráneo de San Andrés que presenta un interesante ejemplo de trepanación.

El proyecto permitirá crear un fondo para que cualquiera pueda estudiar los restos sin manipularlos

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Estas piezas bioantropológicas de los guanches convertidas en imágenes en tres dimensiones ofrecen dos ventajas principales, asegura la empresa responsable del proyecto: mejorar la conservación de estos restos, pues solo se necesitará entrar en una página web para estudiarlos y observarlos con todo lujo de detalles sin necesidad de manipularlos de forma directa; y permitir que este fondo de documentación esté al alcance de toda persona interesada en las características de los primeros pobladores de Tenerife, no solo los investigadores o los propios conservadores del Museo Arqueológico.

A Javier Soler le llaman la atención las evidencias de trepanaciones, técnica quirúrgica rudimentaria que practicaron los guanches a través de incisiones en el cráneo para aliviar el dolor por cefaleas o migrañas. Entre los ejemplos reproducidos en tres dimensiones destacan algunos en los que se ve cómo el hueso cauterizó tras la intervención, lo que indica que el individuo logró sobrevivir a la operación. También le despertaron mucha curiosidad los restos momificados, como el de un torso que conserva restos de vísceras, o huesos aislados a los que aún se adhieren tejidos blandos, como el cráneo de una anciana procedente de Anaga que conserva parcialmente el cuello, una oreja y parte de la nariz.

La técnica de la fotogrametría

La fotogrametría es una técnica de documentación que «ha avanzado mucho en los últimos años por sus numerosas ventajas para la conservación, visualización y difusión de los bienes culturales», subraya Javier Soler. De hecho, son cada vez más los museos que apuestan por esta tecnología para dar a conocer, de manera innovadora, sus colecciones. Los diferentes modelos generados podrán ser consultados a través de una página web o de la aplicación Sketchfab, una plataforma que permite visualizar objetos y otros elementos en 3D. Se estudia también que estas imágenes puedan ser exhibidas en el MUNA de Santa Cruz y otros museos.

Otro proyecto que va a proponer la empresa Cultania es utilizar esta misma técnica no solo en restos humanos, sino también en otros pertenecientes a los guanches como recipientes o utensilios que utilizaron para las tareas cotidianas. Estas imágenes servirán para conocer mejor a los primeros pobladores de las Islas, que llegarían desde el norte de África, «muchos posiblemente con la ayuda de púnicos y romanos». «Arribarían grupos de bereberes cada uno con su cultura y costumbres, porque los bereberes de Túnez no eran iguales a los bereberes del alto Atlas. De ahí posiblemente que las poblaciones experimentaran desarrollos y comportamientos diferenciados en cada isla», teoriza Javier Soler.

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