El Ayuntamiento de Candelaria abrió al público ayer un aparcamiento provisional que habilitó en la zona trasera de lo la antigua empaquetadora de Don Sixto Machado, en la entrada al casco urbano de la Villa Mariana. Se trata de 46 plazas de estacionamiento cuyo acceso con vehículo se realiza a través de la calle Las Vichas, mientras que la el tránsito peatonal se produce por la calle El Pozo.
El gobierno municipal informó ayer de que estas 46 plazas de aparcamientos «permitirán que los vecinos y los visitantes tengan un acceso más cómodo al casco de Candelaria», al entorno que concentra servicios administrativos y esenciales como el centro de salud, el Ayuntamiento, el Mercado del Agricultor y diferentes enclaves comerciales y de restauración. Esta zona de estacionamiento también se encuentra «a cinco minutos de la Plaza de la Patrona de Canarias y de la Basílica».
El carácter provisional de este área queda reflejado en el uso de gravilla para rellenar el espacio y acondicionar este lugar, donde se han delimitado las 46 plazas habilitadas para estacionar.
Esta actuación del Consistorio candelariero es un servicio que trata de paliar el déficit crónico de aparcamientos que sufre el municipio, de forma especial el caso urbano. Estas plazas, además, pueden contribuir a amortiguar el caos de tráfico que se genera en la entrada a la Villa Mariana desde que fue habilitada la parada de guaguas en la Plaza de Teror como punto de transbordo en el Valle de Güímar.
El 22 de mayo del año pasado fue cuando el Ayuntamiento de Candelaria formalizó la compra de estas edificaciones que datan de hace 101 años. El coste de la operación ascendió a 2.270.000 euros, procedentes del superávit municipal del año 2018. La inversión cuenta con el respaldo del Pleno, a excepción de Vecinos por Candelaria y Ciudadanos, que se abstuvieron.
La alcaldesa de Candelaria, Mari Brito, ha sido una defensora de esta operación porque entiende que es un patrimonio (industrial) que permitirá no solo habilitar estacionamientos –motivo por el que se puso en marcha la compra de los inmuebles–, sino porque posibilita el desarrollo de proyectos públicos vinculados al ocio, la cultura y la gastronomía.
