Nadie se movió de su casilla inicial en los argumentos ya amplificados mediáticamente antes del pleno de los presupuestos. Discursos llenos de agravios, nuevos y viejos, acusaciones sobre campañas o subidas de sueldo mientras fuera del salón ganaba por amplia goleada la pandemia.
Los argumentos ya estaban fijados antes del pleno de los presupuestos y nadie se movió de su casilla de salida cuando llegó la hora. Ni el presidente, Pedro Martín, quien incidió en el rechazo a la campaña de la oposición con el «peligro de enfrentar a los municipios de la Isla»; ni el portavoz de CC, Carlos Alonso, que acusa al gobierno insular de confeccionar unas cuentas «sectarias» que benefician «a dedo» a los ayuntamientos del PSOE, el mismo partido que el presidente insular. Los principales actores de una mañana de debate (sic). Viejos y nuevos agravios.
Vale una frase de la portavoz socialista, Marián Franquet, para explicar el balance de la jornada: «O hemos leído documentos distintos o las matemáticas de la pandemia no son como las de siempre». Una cuestión de números, en principio los mismos para todos, pero la lectura resultó diametralmente opuesta.
Actores secundarios en la batalla fueron la mencionada Franquet, Enrique Arriaga (Ciudadanos) y María José Belda (Sí Podemos Canarias). En un bando, el del equipo de gobierno y sus aliados. El otro grupo lo completó, junto al nacionalista Carlo Alonso, la popular Zaida González, en un plano algo alicaído, que recibió andanadas sin tener prácticamente tiempo de respuesta.
Con mayor o menor beligerancia, acritud o acierto todos parecieron optar por su particular minuto de gloria. En el caso del presidente más de un minuto porque, sin límite de tiempo, se despachó a gusto al contestar. Evidentemente molesto en algún momento como cuando Alonso le recriminó que en las previsiones presupuestarias se sube el sueldo. Martín recuerda que el año pasado se habían congelado y le afeó algunas ausencias de Coalición en los plenos insulares. Nada de altura de miras, por cierto, desde ningún rincón, aunque la mayoría la pidiera. Será para los otros. Fuera brilla la pandemia y muchos esperan en balde unidad de acción de sus representantes.
El viejo Scrooge reinó en el Cabildo. Apenas se escuchó la tímida felicitación final del presidente, Pedro Martín, y su deseo de que pasar estas fiestas en familia, apoyada por su consejera de Hacienda, Berta Pérez. ¿Y el espíritu navideño?