La iglesia de Santa Catalina, en Tacoronte, reabrió este martes 23 de noviembre de 2021 sus puertas tras 27 meses de cierre por unas obras que han permitido que recupere el esplendor perdido y que garantice la conservación del enorme legado religioso, histórico y artístico que atesora entre sus muros. Tras una inversión de más de 2.032.000 euros, financiada por el Cabildo de Tenerife, el Obispado de la Diócesis Nivariense y las aportaciones de los fieles, Tacoronte recupera uno de sus grandes símbolos, el templo alrededor del que creció el Tacoronte actual.
Declarada Bien de Interés Cultural (BIC), con la categoría de monumento, desde mayo de 1986, esta iglesia es uno de los mejores ejemplos de la arquitectura religiosa de la isla y conserva en su interior algunos de los mejores ejemplos del arte flamenco en Canarias y del arte postcolonial, que regresó de América a las islas. «Una joya prácticamente intacta en su interior», según destaca el alcalde de Tacoronte José Daniel Díaz (NC), «que ahora presenta la imagen que pudieron ver nuestros ancestros hace siglos».
La jornada comenzó con el regreso de la imagen de Santa Catalina, patrona de Tacoronte, a su parroquia, tras su refugio temporal en el Santuario del Cristo desde julio de 2019. Díaz no ocultaba su satisfacción en «una noche gloriosa» en la que su municipio recuperó su templo matriz, «hogar de la patrona local y del alma de muchos tacoronteros, porque aquí nace Tacoronte tal y como lo concebimos ahora». Una parroquia que es, a la vez, un auténtico museo, por lo que contará con un amplio horario de apertura para permitir las visitas, que espera que en breve «puedan incorporar también el ascenso a la torre, que es uno de los elementos restaurados en esta actuación».
El Ayuntamiento de Tacoronte tiene previsto destinar, en el presupuesto municipal de 2022, una «importante subvención» para colaborar en la financiación de esta reforma, según anunció el alcalde. El presidente insular, Pedro Martín; el obispo de la Diócesis Nivariense, Bernardo Álvarez, y el director insular de Planificación del Territorio y Patrimonio Histórico, Emilio Fariña, también acudieron al acto de reapertura junto al arquitecto encargado del proyecto, José Yeray Santos Santana.
Los trabajos de mejora, realizados por la empresa Víctor Rodríguez e Hijos, han durado dos años y cuatro meses: comenzaron el 9 de julio de 2019 y concluyeron en octubre de 2021
Pedro Martín recordó que este proyecto, «esta obra esencial», la inició Josefa Mesa, «cuando era la responsable insular de Patrimonio» y que hoy ocupa la Alcaldía de Guía de Isora, que él dejó para asumir la Presidencia de Tenerife. Martín subrayó que «poner dinero en la restauración de nuestras iglesias, de nuestro patrimonio eclesiástico, es poner dinero en valor cultural y hacer un homenaje y cumplir con respeto con el patrimonio emocional que llevamos dentro. Esta iglesia ha sido escenario de momentos buenos, momentos difíciles, encuentros con nuevos miembros de la familia, comuniones, matrimonios, bautizos... es parte emocional de la historia de los pueblos, esa que nos vincula con el pasado, con nuestra historia y con las personas que ya no están». A juicio de Pedro Martín, «con esto no sólo se recupera un patrimonio de los tacoronteros, sino un patrimonio de todos los tinerfeños».
Bernardo Álvarez también quiso «agradecer la colaboración del Cabildo de Tenerife que, mediante un convenio con la Diócesis, permite que a lo largo del año podemos ir restaurando diversas obras arquitectónicas y también bienes muebles. Si no fuera por esta contribución, sería imposible sostener y restaurar todo el patrimonio que la Iglesia tiene en esta isla». El obispo ha valorado el trabajo realizado y ha recordado que esta iglesia, del año 1550, es uno de los principales monumentos de Tenerife. Un templo con tres naves, con hermosos retablos que ha quedado magníficamente restaurado para impedir que todo el arte que alberga en su interior se pudiera ir estropeando con el tiempo».
El director insular Emilio Fariña remarcó «la importancia de la colaboración que debe darse entre instituciones a fin de proteger y conservar los bienes de titularidad eclesiástica integrantes de nuestro patrimonio histórico, para cumplir con el mandato de la Ley de Patrimonio Cultural de Canarias y permitir a la ciudadanía acceder en las mejores condiciones a nuestro excepcional patrimonio cultural».
La reforma del inmueble, declarado Bien de Interés Cultural en 1986, ha costado más de dos millones de euros
Esta actuación ha costado más de dos millones de euros, con un total de 1.808.768,52 euros, financiados en un 80% (1.447.570 euros) por el Cabildo de Tenerife, y en un 20% (361.892 euros) por el Obispado de Tenerife, que también aportó otros 222.074 euros «en concepto de honorarios y tasas».
El arquitecto de la obra, José Yeray Santos Santana, reconoció la «tremenda complejidad técnica de unos trabajos que obligaron a retirar y reconstruir toda la techumbre del templo, mientras se debía garantizar la protección del conjunto de obras de arte que alberga en su interior. El estado del edificio era crítico por la entrada descontrolada de agua a través de la cubierta, que pudrió la madera y afectaba a los muros». Para entender la dimensión del trabajo realizado, el arquitecto resaltó que «si se ponen en línea todos los elementos de madera de esta techumbre ocuparían ocho kilómetros».
